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Gastritis en gatos

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Mascotas

Una de las causas habituales de vómitos en los gatos es la gastritis. Se le llama gastritis a la inflamación de la mucosa gástrica; la función de la mucosa es la protección de los ácidos gástricos indispensables para la digestión de los alimentos. La gastritis puede ser aguda o crónica, afectando a gatos de todas las edades.

El gato puede sufrir gastritis por haber comido algo inadecuado. También puede contener algo el alimento que provoque una reacción hipersensible del estómago. Los casos más comunes son la ingesta de comida en mal estado, sustancias tóxicas (medicamentos, plantas tóxicas, productos de limpieza, insecticidas…), objetos extraños, consumo excesivo de comida, formación de bolas de pelo o ingesta de heces de otros animales.

Además, la gastritis también puede aparecer como síntoma de otra patología, como infecciones víricas, alergias alimenticias o problemas renales. Algunos medicamentos (por ejemplo, antiinflamatorios y ciertos antibióticos) pueden producir gastritis aguda. Si el gato sufre vómitos con la medicación, deberá contactarse con el veterinario a cargo. Si dichos vómitos aparecen con el uso de fármacos antiinflamatorios, debe interrumpirse enseguida el tratamiento.

Algunas enfermedades sistémicas pueden producir gastritis (entre otros, la insuficiencia renal y el hipertiroidismo).

No siempre es posible determinar la causa de la gastritis crónica en los gatos, ya que los cuerpos extraños en el estómago también pueden ocasionar gastritis crónicas. En caso de que la gastritis no se trate rápidamente una vez aparecen los primeros síntomas, la inflamación de la mucosa gástrica puede agravarse y dar así lugar a una gastritis crónica.

Entre los síntomas de la gastritis están los vómitos, regurgita la comida recién ingerida o bilis amarillenta. También si tiene dolor, rechina los dientes o no deja que lo toquen, especialmente en la parte superior del abdomen, sangre en las heces, debilidad o alteración de las mucosas, pérdida de apetito con la perdida consiguiente de peso, debilidad, diarrea, babeo excesivo y un comportamiento esquivo.

Si no se trata, una gastritis provoca dolorosas úlceras pépticas. Si estas úlceras penetran la pared estomacal, o alcanzan un vaso sanguíneo grande, el gato puede desangrarse internamente. Por eso, hay que tomarse esta enfermedad muy en serio y llevar al animal al veterinario a tiempo.

El examen de la mucosa estomacal mediante un endoscopio de fibra óptica permite el diagnóstico de la gastritis o la úlcera estomacal. Una ecografía permite al veterinario observar la pared estomacal del gato desde fuera y medir su grosor. Si está engrosada, probablemente se trate de una gastritis felina, el veterinario puede hacer una radiografía para observar cuerpos extraños o alteraciones estructurales en el estómago.

Hay varias cosas que puedes hacer para evitar que tu gato contraiga una gastritis, como las medidas profilácticas siguientes:

  • Procura darle una alimentación equilibrada. Si le cambias la comida, hazlo durante varias semanas para que el estómago se acostumbre al nuevo alimento. También puedes prevenir muchas enfermedades infecciosas vacunando a tu gato.
  • Además, evita el estrés en la medida de lo posible, ya que este puede irritar el estómago y provocar inflamaciones.

Si percibes que tu felino está padeciendo algunos de los síntomas indicados, acude a un profesional veterinario para que a través de un análisis pormenorizado de los síntomas pueda indicarte el tratamiento más adecuado a seguir. El tratamiento variará en función de la causa que haya originado la gastritis, así como según el avance de la patología en nuestro felino.

Dra. Carmen Báez Ruiz.

drabaez1@hotmail.es

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