Gene Wilder
(1933 – 2016)
2016 ha sido un funesto año con la partida de muchas personalidades que tal vez a los Millenials les vengan valiendo sorbete. Espero que con los años, cuando finalmente puedan pasar por el rito de la madurez, se detengan a pensar en todos nuestros deudos de este año y en la influencia que ejercieron en la construcción del mundo en que les tocó vivir. Penosamente, la sangría de grandes figuras, de verdaderos íconos en diferentes ámbitos de la cultura, ha sido muy abundante este año. Bowie, Prince, Juan Gabriel y ahora el gran comediante Gene Wilder han estado muy cercanos a mi desarrollo como adulto, y es por ello que sus pérdidas me afectan más. Si a eso agrego el hecho de que no veo en el horizonte a nadie que llene sus zapatos, imaginarán entonces mi desconsuelo.
Algunos de ustedes posiblemente ni siquiera conozcan quién fue Gene Wilder, y tampoco sepan quién fue Richard Pryor, y tampoco estén familiarizados con Mel Brooks o con Marty Feldman – un genial comediante que se hizo de fama burlándose de su propio físico. Todos los anteriormente mencionados deben algo de su historia al gran actor estadounidense que falleció el 29 de agosto. Pero de lo que sí estoy seguro es de que conocen la historia de Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate, y que también conocen – aunque no sepan quién es – algunos memes en los que el protagonista es precisamente el actor a quien elogio con estas palabras: el mismísimo Gene Wilder, quien interpretó a Willy Wonka en la película original de 1971.
Nacido Jerome Silberman, a los 8 años descubrió que le gustaba actuar cuando el doctor de la familia le recetó que “intentara hacer reír” a su madre (la de Gene) para aliviar sus molestias por la fiebre reumática que padecía. Luego, a los 11, vio actuar a su hermana y le pidió al maestro de teatro que le enseñara, a lo cual consintió, pero hasta que cumpliera los 13. Al día siguiente de haber cumplido esta edad, Gene se presentó con el maestro, y su carrera entonces prosiguió hasta su retiro de los escenarios, lo cual sucedió en 1998, poco después del fallecimiento por cáncer de su esposa Gilda Radner, una gran comediante salida de las filas de Saturday Night Live.
Si bien la serie de películas (El Expreso de Chicago, Locos de Remate, Ciegos, Sordos y Locos) que filmó junto a Richard Pryor, otro ícono de la comedia, lo catapultó a la fama, siempre será recordado por su genial participación en la película “Frankenstein Junior”, filme por el cual recibió junto con Mel Brooks una nominación a Premio de la Academia por Mejor Guion Adaptado en 1975. Perdió ante el guion de “El Padrino II”. También es memorable su actuación en una secuencia del filme de Woody Allen llamado “Todo lo que quería saber sobre el sexo (y tenía miedo de preguntar)”, como el psicoanalista enamorado de una oveja.
Frankenstein Junior es una película cómica filmada en blanco y negro, que contó con grandes actores bajo la genial dirección de Mel Brooks: Peter Boyle, Marty Feldman, Teri Garr, Madeline Khan, todos ellos conjuntándose para ofrecernos una comedia en la que Marty Feldman (quien merece un comentario aparte que prepararé en futura ocasión) y Gene Wilder se roban la pantalla en sus roles de Igor y el Dr. Victor Frankensteen, respectivamente. Tuve la oportunidad de ver este filme en Guadalajara, gracias a mis primos que vivían ahí – y que me enviciaron con las películas de Mel Brooks, algo que he de agradecerles toda la vida, por cierto –, y se convirtió en uno de mis filmes favoritos. La cantidad de bromas que sueltan los actores es impresionante, además del manejo de las situaciones, sin olvidar el giro final de la película que a la vez hace un homenaje a la historia original de Mary Shelley, como al talento de Gene y de Mel como autores del guion.
A Gene simplemente se le murieron las ganas de actuar – también es cierto que “La Mujer de Rojo”, que estelarizó junto a una bellísima Kelly LeBrock en 1984 no tuvo gran éxito, así como otros dos filmes que él dirigió – cuando su esposa Gilda Radner, de quien se enamoró al actuar junto a ella en Hanky Panky, en la mencionada La Mujer de Rojo y en Luna de Miel Embrujada, enfermó de cáncer de los ovarios. Gene la acompañó hasta su último suspiro y posteriormente se dedicó a recaudar fondos para combatir este mal, a través de la Fundación que creó en memoria de Gilda. Se casó nuevamente en 1991, con la persona que le había enseñado el lenguaje de signos mientras se preparaba para el rol que tuvo en “Ciegos, Sordos y Locos”.
Hasta sus últimos días se dedicó a escribir, a pintar acuarelas, y ocasionalmente aparecía en los medios, o en eventos especiales, siempre con fines caritativos o de beneficencia. Por su aparición como estrella invitada en un capítulo de la comedia Will & Grace recibió un premio Emmy en 1999. Desde 2013 presentó problemas asociados con el Alzheimer, enfermedad que finalmente causó su fallecimiento. Señal de su gran corazón fue su decisión de no enterar a nadie de su enfermedad cuando se le diagnosticó, porque “no quería que se impresionaran negativamente sus jóvenes seguidores”.
Gene nos deja una gran sonrisa en los recuerdos y, como muchos grandes artistas, sobrevivirá siempre en sus filmes, con su pelo rizado, esos cachetes y ojos saltones azules, muy azules, y con una expresión picaresca que nos permitía observar lo que aprendió desde aquella ocasión en que hizo reír a su madre. Al finalizar esta nota, he decidido que este fin de semana me regalaré una sesión de risoterapia, acompañado de este gran actor y de sus amigos, disfrutando por enésima vez de Frankenstein Junior.
Descanse en paz.
Gerardo Saviola
