Fauna
El pato mandarín (Aix galericulata) es comúnmente conocido como pato del amor o pato chino y, en inglés, Mandarin Duck.
Es una especie de ave anseriforme de vivos colores de la familia Anatidae oriunda de China, Japón y Siberia, que ha sido introducida en diversos puntos de Europa y que es muy apreciada por su belleza, por lo que se la tiene en numerosos parques de todo el mundo. Se reconocen varias subespecies, siendo una de las especies de pájaros más admiradas por su belleza y elegancia.
Elegante y de constitución robusta, esta ave vive entre 6 y 7 años, dependiendo de si es salvaje o doméstica. Tiene un Largo de 41 a 49 cm, envergadura alar 65 a75 cms., peso aproximado de 444 a 500 grs.
Presenta un dimorfismo sexual profundamente marcado, siendo el macho inequívocamente reconocible con respecto a las hembras y otras aves similares. Así, en armonía con el pico de un tono rojo coral, este pájaro presenta un copete rojo con brillos metálicos de color verde sobre la frente donde, junto a dos franjas laterales de color blanco, destacan los ojos oscuros. Asemejándose a unas barbas, posee unas plumas de un color naranja cobrizo. El pecho y la garganta son de color morado; el vientre es blanco, y los laterales son de un tono crema con dos bandas azuladas, que dan paso a sendas franjas anaranjadas curvadas hacia arriba. Un pato vestido de gala.
El pato mandarín suele habitar zonas forestales densas cerca de lagos poco profundos, charcas o lagunas. Su área de distribución original en Asia del este. Las aves fugitivas han proliferado en Gran Bretaña desde principios de 1900. En Finlandia sólo se ven algunos individuos cada año. Estas especies asiáticas son migradoras y suelen albergar en las tierras bajas del este de China y del sur de Japón.
Se alimenta de diversas plantas acuáticas y partes de plantas de la superficie del agua o inmersas en aguas poco profundas. También se alimenta en tierra, cuando come incluso frutos secos y semillas. Se le ve mayormente alimentándose en el atardecer o amanecer, y permanece en los árboles o en el suelo durante todo el día. Su dieta puede cambiar según la época del año. Un ejemplo de ello es en otoño y en invierno, cuando se alimentan de bellotas y granos, mientras que en la primavera se alimenta de insectos, de diminutos peces y algunos cuerpos acuáticos como caracoles.
Los patos machos producen llamadas de advertencia como un silbido chillón cuando toman vuelo; las hembras producen un graznido apagado.
El pato mandarín es un ave muy sociable. Cuando llega el invierno, estas aves comienzan a formar grupos con otros miembros de su misma especie; en algunas oportunidades se han visto juntos hasta cien de ellos, pero muy ocasionalmente se asocian con otros patos. Cuando esta próxima en llegar la primavera forman su pareja, antes de emigrar a las áreas donde anidan en Manchuria y China.
El pato mandarín se parece levemente al pato joyuyo, aunque las hembras se pueden identificar en todos los plumajes por la base clara de su pico y las manchas redondas en sus flancos. También tienen menos color blanco alrededor de los ojos; sus anillos oculares y las franjas de los ojos son más angostos y con bordes más definidos. Los machos adultos son inconfundibles. Una franja blanca amplia comienza desde su pico, ensanchándose detrás de los ojos y terminando como parte de un collarín colorido detrás de su cuello. Las largas plumas anaranjadas de sus mejillas y cuello lucen como si se hubieran peinado cuando estaban húmedas. De su dorso sobresalen dos “velas” anaranjadas. Sus flancos son de color pardusco, y tienen parches de color blanco debajo de su cola, y pecho de color violeta oscuro metalizado. Las partes superiores son principalmente oscuras y brillantes. Su iris es oscuro, y tienen pico rojo con base clara.
Durante la temporada calurosa del año, los machos presentan un hermoso copete rojo con brillos metálicos de color verde sobre su frente en las que destacan los ojos oscuros y el pico de un tono rojo.
Los patos mandarines son monógamos y se aparean de por vida, pero cuando pierden a su pareja se afligen y permanecen solos el resto de sus vidas. Cuando una pareja cría por dos temporadas seguidas tienen una gran posibilidad de permanecer junta. Durante el resto del año cuando no hay apareamiento, los machos dejan de ser llamativos y sus colores ya no son tan brillantes, mientras que en la época de apareamiento su plumaje y copete presentan nuevamente esos vivos colores que lo caracteriza. La hembra se dedicará a escoger al macho que luzca mejor y tenga un aspecto más atractivo, pues esto es signo de que el macho tiene buenos genes, garantizándoles así la belleza de sus crías. En estado silvestre, esta especie anda siempre rondando los lagos, pantanos o lagunas. Una vez que ellos han seleccionado el mejor lugar para vivir, la pareja defiende su área de otros miembros de su especie.
Anidan en primavera, y generalmente lo hacen dentro de huecos en los árboles, a cierta altura, casi nunca anidan en el suelo, solo lo hacen después del apareamiento. Esta especie de aves hacen su puesta de huevo entre los meses de abril y mayo. Tanto la hembra como el macho participan en la incubación de sus huevos, siendo la madre la que pasa la mayor parte del tiempo sentada sobre el nido. Puede poner de 9 a 10 huevos. La incubación de los huevos puede durar de 28 a 30 días. Una vez que los pichones salen de los huevos, a los pocos días su madre los estimula a salir del nido. Los pichones o polluelos seguirán siempre a su madre. Ellos nacerán ya con su plumaje y los ojos abiertos, y estarán ya preparados y dispuestos a alimentarse por sí solos a los pocos días. Cuando los patitos cumplan de 40 a 45 días de nacidos, ellos aprenderán a volar.
A mediados del siglo 20 en Inglaterra inició la distribución de estas aves, cuando emprendieron su huida de manos de los coleccionistas. Se estima que en Inglaterra existe una población de aproximadamente 7000 ejemplares. Su área de distribución original fue en Asia del este. Estas aves que huyeron han proliferado en Gran Bretaña desde principios del año 1900, muy al contrario de Finlandia, donde sólo se ven algunos de esta especie cada año. Es por esta razón que existen pequeñas poblaciones de estas aves en los Estados Unidos. En la ciudad de Cerro Negro en Carolina del Norte se encuentra muy esparcidas y en estado salvaje una pequeña población, así como California.
Esta especie de aves fueron consideradas como animales de buena suerte en la antigua China, enalteciendo su cultura en las bodas importantes, pues los recién casados recibían como obsequio una pareja de estos patos. El pato mandarín es apreciado en China como un ave sagrada, y matar a uno de ellos es considerado como un delito. A pesar de ello, y motivado al gran progreso, el gobierno de China tuvo que importar en el año 1975 aproximadamente 30 mil parejas de los Países Bajos, destinados a incorporarlos en aquellas zonas donde se consideraban que habían desaparecido del país. Gracias a las acciones de los coleccionistas particulares, algunas especies de patos mandarines han garantizado su supervivencia.
En cautiverio existe una transformación que hace ver al pato mandarín como si tuviera albinismo. Es una característica muy común en esta especie. Se cree que esta condición es debido al emparejamiento de aves genéticamente vinculadas (familias), y la selección de las crías las llevó a una mezcla de genes que producen ese albinismo.
Su población a nivel mundial se estima entre 65.000 y 66.000 individuos.
Dra. Carmen Báez Ruiz
drabaez1@hotmail.es