Editorial
Yucatán es una península orientada al Norte dentro del continente americano. Rodeada por el golfo de México y el Mar Caribe, cuenta a distintas profundidades con mantos de agua dulce consumible por sus habitantes.
Vivir en ese medio difícil por muchos siglos sirvió a la raza maya para forjarse un carácter fuerte, firme como las duras piedras de sus construcciones, viviendo, conviviendo y sobreviviendo en las tierras del Mayab.
Maya-ob, “no para muchos”, es una tierra en la que una raza fuerte afirmó su carácter y definió su visión sobre su entorno y circunstancias. Debido a lo anterior, la cultura maya es ahora admirada a nivel mundial.
Cualquier otra raza habría continuado su peregrinación en busca de un sitio más apropiado para vivir y convivir. Los mayas no actuaron así: su firmeza de carácter, su visión cósmica, sus grandes construcciones ceremoniales nos transmiten su gran voluntad de modelar la piedra en obras de arte y documentos del devenir de una raza admirable por su comprensión del cero, su capacidad de razonamiento e investigación sobre la flora y la fauna, sus sistemas de registro de hechos y sucesos, de visiones propias surgidas de mucho tiempo de estudio y reflexiones.
Mayab es tierra para no muchos, sino para elegidos o seleccionados, para un pueblo fuerte con fe en sí mismo y en sus capacidades.
Ahí están, después de siglos, los testimonios pétreos que nos lo demuestran y continúan siendo, como en el pasado, motivo de asombro para la humanidad.
El Mayab eterno resplandece a través de los siglos.