Editorial
Los pequeños escolares, esas criaturas ligeras y de gran movilidad que activan los hogares cada mañana en demanda de desayunos previos a su acceso matutino a las escuelas de enseñanza primaria, han guardado por unas semanas los libros y cuadernos, los lápices de colores y libretas.
Al comenzar su periodo vacacional, unos –los privilegiados–, en sus residencias playeras o haciendas familiares, los más en sus hogares por unas semanas, llenan sus habitaciones y espacios con sus voces y risas.
Este tiempo vacacional llevará a muchos a casas de playa, donde saludarán a los elementos naturales y a sus familias con el sonido de sus palabras y alegría.
En las familias más ordenadas se cuidará que haya alegría, sí, pero sin travesuras.
Voces frescas, risas y carreras agilizarán la vida familiar y estrecharán la convivencia entre sus integrantes.
Los progenitores asalariados cumplirán con sus horarios laborales, siendo los otros familiares los que se involucrarán en estos tiempos vacacionales de los pequeños y/o jóvenes escolares.
Convivencia deseada, en orden, como debe de ser.
¡Felices vacaciones!