Cine
En la batalla por capturar la atención de los amantes del cine y las series, las diversas plataformas de contenidos libran una batalla constante, compartiendo material de diferentes calidades, siempre con el afán de estar un paso delante de la competencia. Dedicaré unas cuantas líneas a una película canadiense disponible en Netflix que, pese a tener varios años de haber sido lanzada, conserva valores que la convierten en una buena alternativa.
Adquirí el gusto por las películas del Viejo Oeste siendo niño al ver “Por un puñado de dólares” de Sergio Leone, spaguetti western protagonizado por Clint Eastwood. En aquellos años no sabía que aquellos filmes se filmaban en Italia, con bajos presupuestos, casi siempre con actores norteamericanos. Mi gusto por este género se fue ampliando con el paso del tiempo con otras tremendas películas como “Por unos dólares más”, “El Bueno, el malo y el feo”, “Mi nombre es Trinity” y varios más.
Cuando encontré “Forsaken”, protagonizada por Kiefer Sutherland y su padre Donald Sutherland, decidí darle la oportunidad. Fue un acierto ya que, si bien es un trabajo que cumple a rajatabla los clichés género (y por ello es hasta cierto punto predecible), las geniales actuaciones de los Sutherland en la hora y media de duración valen su peso en oro.
El realizador John Cassar conoció a Kiefer Sutherland en 2001, cuando fue uno de los directores de la exitosa serie “24”; de hecho, fue quien se encargó de la versión cinematográfica “24: Redención” (2008), además de ser uno de los directores de la serie de TV ‘Touch’, protagonizada por Kiefer en 2012, que fue cuando le comentó su plan de dar vida a un guion de Brad Wirman que entusiasmó al actor, principalmente porque permitía trabajar una vez más con su famoso padre.
Ensamblaron un reparto bastante interesante, incluyendo a Demi Moore, el eterno villano Bryan Cox, el recio actor Brian Wilcott, y Aaron Poole, entre otros. La trama es típica de este género: en 1872, John Henry (Kiefer Sutherland), quien participó en la Guerra Civil, regresa a su ciudad natal tras abandonar su vida como pistolero, labrándose una reputación como un veloz asesino. Su intención es arreglar la relación con su padre, el reverendo Clayton (Donald Sutherland), encontrando que su madre ha muerto, su ex novia se ha casado con otro, y que una banda tiene aterrorizado al pueblo con el fin de conseguir que los terratenientes vendan sus tierras porque el tren pronto pasará por el pueblo. John Henry es el único que puede detenerlos, pero su padre no quiere que su hijo retorne a una vida de violencia.
El peso del filme recae en las actuaciones sobresalientes de todos los mencionados, incluso Demi Moore, quien nunca destacó por ser una gran actriz y ofrece una interpretación bastante destacada. Pero son los Sutherland quienes impactan, cada uno en diferentes secuencias: Kiefer cuando revela a su padre el pecado mortal que lo carcome, y don Donald al final, cuando confirma que nuevamente perderá a su hijo como resultado de sus acciones, ambas brutales interpretaciones que convierten a esta película en una opción muy recomendable, sobre todo si estás harto de ver películas mediocres, que abundan.
RICARDO PAT