Colonia Yucatán
Otra de las protagonistas que hicieron historia entre las mujeres obreras de la Colonia Yucatán es doña Tere Gerolán, quien me recibe con mucha amabilidad.
«Pasa hijo, siéntate, estás en tu casa… ¿Quieres tomar algo?» me ofrece doña Tere entre sonrisas, como siempre: una mujer contenta, alegre y muy peculiar en su forma de hablar.
“¿Me vas a grabar? ¡Uta maaare, jajajaaa! Como si fuese una artista importante, ¡¡jajajaaa!!” suelta a bocajarro. Entre carcajadas, mientras se arregla el cabello, doña Tere Gerolan -Teresa Pérez Braga-, quien estuvo casada con Augusto Arceo -a quien le apodaban Gerolan, de ahí el apodo de ella.
«Tenía yo tres meses de nacida cuando mis papás, Plácida Braga Romero y Crescencio Pérez Fernández, me trajeron de Calotmul. Mi vida la hice en la Colonia Yucatán, por eso no la puedo olvidar. Ahí me casé y ahí nacieron mis hijos,» comenta entre seria, animada y melancólica, aunque por muy breve tiempo, la mamá de Kike Gerolán (+).
«Nooo, yo no trabajé en la fábrica; trabajé en la panadería con doña Nelda Orozco, la mamá de Pancho y Arturo. No tenía nombre la panadería. Cuando salía de vacaciones, para febrero, me iba a la feria de Valladolid, porque a la feria de Tizimín no se podía porque no me daban vacaciones en diciembre, como a las de la fábrica, y como toda muchacha quería ir al baile. Cuando ellas entraban a trabajar a la fábrica, yo me iba a la feria de la Candelaria.»
«De muchacha trabajé en la panadería. Mi hermano Manuel no quiso que trabaje en la fábrica porque, según él, no respetaban a las mujeres; él trabajaba en la tienda y por eso me consiguió trabajo ahí. Así trabajé como cuatro años, y de ahí salí cuando me casé con Gerolan, Augusto Arceo, quien era buen cocinero y además cantante: cantaba en la orquesta Medval.
«Mi vida de muchacha en la Colonia fue formidable. ¡¡Esos bailes!! Yo nada más tenía permiso para ir a las bachatas que organizaba Jorge Vales todos los sábados, él y Chepo Bojórquez. ¡Qué lindo fue todo!»
¿Se divirtió?
«¡Quueeé!… ¡Como nunca! Por eso ahora lo estoy sufriendo; ni modo, pero lo disfruté. Me divertí bastante,» comenta mientras muestra su brazo vendado ya que el día de la charla se recuperaba de una severa dolencia.
«En la Colonia tuve muchas amigas: Juanita Campos, Candita Morales, la esposa de Ady Rosado, Conchi Burgos; éramos varias que nos juntábamos para divertirnos, muy bonito. A donde voy y me ve alguien de la Colonia ¡parezco presidente! ‘Tere, Tere’… Todos me saludan.
«Quiero ir este año para la fiesta ya que hace años que no voy Arieeelll»… me dice ya seria, ilusionada y esperanzada aquella tarde que conversamos muy animadamente.
Aunque la que habló fue ella, no fue necesario hacerle muchas preguntas, la plática se desarrolló de manera fluida y natural, como casi todas las conversaciones quetuve con los Pioneros de la Colonia Yucatán.
Continuará…
L.C.C. ARIEL LÓPEZ TEJERO