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El dolor de perder a un amigo

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Mascotas

Uno de los momentos más dolorosos es ver que tu compañero de vida da signos y síntomas de que se acerca a su fin, sea por vejez o por una enfermedad terminal. Desde el momento en el que llegan a nuestras vidas se convierten un miembro más de la familia, formamos lazos sentimentales difíciles de explicar. Quisiéramos que fueran eternos y que nunca nos abandonaran.  Lamentablemente esto no es posible: los perros viven menos que los humanos, dejando un gran vacío en nosotros cuando llega su momento de partir, presentando señales previas al triste suceso.

Cuando un perro está muy enfermo o a punto de morir, su comportamiento no es el de siempre. Puede mostrar algunos problemas de conducta relacionados con su estado de ánimo, expresiones de miedo, mayor agresividad o movimientos anormales; frecuentemente se aísla a un lugar de la casa donde se sienta más seguro. Son muchos los perros que, cuando saben que su momento está cerca, se alejan de la manada para intentar morir en solitario. Es algo instintivo que le viene al perro de sus orígenes, el lobo.

También es posible que, aunque no intente huir, busque algún lugar cómodo, aunque algo apartado en el hogar, donde pueda dar sus últimos suspiros. Si esto ocurre, no le regañes, simplemente acompáñale y pasa con él sus últimos momentos,acariciándolo y queriéndole.

Pudiera ser que no tenga ganas de pasear, cuando era una de sus actividades favoritas del día; en estos momentos eso no lo entusiasma, principalmente cuando son perros de edad avanzada y disminuye el nivel de actividad física.

En esta etapa los perros no tienen el mismo control en sus funciones intestinales ni urinarias. También puede suceder que sí están conscientes de que deben ir al lugar asignado para hacer necesidades, pero la falta de agilidad no se los permite.

Cuando un perro pierde el apetito algo ocurre. Si rechaza sus croquetas o sus comidas favoritas hay que empezar a sospechar, especialmente si tampoco bebe agua. A consecuencia de ello, el perro podrá mostrar signos de deshidratación y desnutrición.

Las constantes vitales del perro estarán alteradas, lo notarás porque los jadeos aumentan (los canes deben hacer entre 10 y 30 respiraciones por minuto) y su temperatura corporal aumenta o disminuye (lo normal es entre 38 y 39 grados).

En momentos como estos, lo mejor que puedes hacer es contactar inmediatamente a tu veterinario de confianza. Él podrá valorar la situación, en base a los síntomas del perro y a su historial clínico, y te aconsejará qué opciones hay.

Cuando el animal sufre mucho dolor, la eutanasia puede ser una opción para evitarle más sufrimiento. En el caso de que decidas esperar hasta el final, lo fundamental será darle al perro todo tu cariño, que se sienta bien acompañado. Es un momento muy delicado para toda la familia.

La muerte de nuestro amigo peludo nos dejará un profundo sentimiento de pérdida. Hay que aceptar su ausencia y vivir el duelo hasta que podamos sentirnos mejor.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

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