“La violencia es el último recurso del incompetente”
Isaac Asimov
En el ámbito laboral podemos observar tristemente cómo se desenvuelven conductas de humillación y sometimiento, lejos de mantener prácticas que lleven a consolidar el trabajo en equipo, que benefician tanto a la empresa como al rendimiento físico y emocional de los trabajadores.
En México, de acuerdo con estadísticas, alrededor de 44% de la población profesionista ha sufrido acoso laboral. De igual modo, una gran parte de este mismo sector ha sido testigo de este tipo de conductas, prefiriendo no reaccionar por temor a represalias.
El acoso laboral o Mobbing, cuyo término proviene del idioma inglés “To mob” que significa acosar, hostigar o acorralar en grupo, fue utilizado por primera vez en la década de los 80´s por el científico sueco Heinz Leymann. Fue denominado así inspirado en la etología, ciencia que estudia el comportamiento de los animales, sobre todo del campo de la ornitología, donde la conducta defensiva de un grupo de pequeños pájaros consiste en el atosigamiento continuado a un enemigo más grande, con frecuencia un ave rapaz.
Estos comportamientos en la naturaleza terminan frecuentemente, o bien con la huida, o con la muerte del animal acosado por varios otros.
El mobbing puede definirse de la siguiente manera:
- Es una situación que surge en una empresa, cuando grupos o personas aplican algún tipo de acoso sobre otra
- En él se inhabilita la cualidad del trabajo en equipo
- Existen intereses personales por encima del bien común
- Hay manipulación para desacreditar a una persona
Además del acoso y la victimización personal, en la dinámica del mobbing se utilizan maneras para estancar el éxito profesional de la persona.
Maneras de desacreditación laboral:
- Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de cumplir en tiempo y forma
- Sobrecarga de trabajo
- Retirar a la persona de áreas de responsabilidad clave, asignándole tareas rutinarias y por debajo de su capacidad
- Difamar acerca de su desempeño externo o en trabajos anteriores
- Infravalorar o evaluar constantemente su trabajo
- Bloquear o retrasar procesos administrativos (vacaciones, salarios, bonos etc.)
- Revisar correos personales, archivos, sembrando o retirando información vital para la empresa
Estas conductas le general al trabajador un estrés laboral, que en ocasiones resulta en el abandono del trabajo.
Consecuencias emocionales que genera el Mobbing:
- Deterioro del autoestima y capacidad laboral
- Inseguridad, torpeza, indecisión
- Desarrollo de culpabilidad en la víctima (la propia familia suele cuestionarla sobre su comportamiento)
- Aparición de enfermedades somáticas, la persona se ausenta del trabajo por constantes complicaciones de la salud física
- Bajas laborales que el acosador suele aprovechar contra el trabajador
- Insomnio, ansiedad, estrés, irritabilidad, hipervigilancia, fatiga, cambios de personalidad, problemas de relación con la pareja
- Creencia de haber cometido verdaderamente errores, fallos o incumplimientos
- Conflictos con otras personas e incluso familiares
- Depresión
- Pensamiento suicida
En ocasiones, suelen aparecer comportamientos agresivos en la victima contra los acosadores o personas que perciba como amenazantes dentro del trabajo.
Es esperable que, en un ambiente de acoso, el trabajador opte por el abandono voluntario o forzoso del mismo, lo cual le acarrea problemas familiares y económicos que incrementan su inestabilidad emocional.
El acoso laboral suele complicarse, pues cuando el trabajador abandona su empleo y sale a buscar nuevas oportunidades, el acosador puede seguir difamando a la persona, al otorgarle malas referencias que le compliquen obtener un nuevo puesto en otra empresa.
No existe una regulación sistemática del acoso laboral dentro de nuestro código penal, pero existen algunas vías que pueden ser utilizadas por las víctimas para lograr una sanción para el hostigador, y para obtener una reparación al daño moral.
Además de la necesidad de una sanción legal, es necesario que se cree una cultura de respeto y tolerancia que forme parte del clima laboral; se debe tener en cuenta la vulnerabilidad de la víctima de acoso laboral y el sometimiento bajo el cual se encuentra, y fomentar la solidaridad de los demás compañeros de trabajo, familia y amigos.
Haber vivido una situación de acoso necesita una intervención psicológica para prevenir que el abuso continúe en otras áreas. Confrontar y poner límites a tiempo es necesario para establecer una sana calidad de relación personal que se traslade al área laboral.
Psicóloga Jimena Báez
Psicología Clínica/Arteterapia
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