Entre Corcheas – En El Cono Sur
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
VII
GELASIO LUNA Y LUNA (+)
GELASIO Luna y Luna nació en Tlaxcala el 23 de septiembre de 1921. Fue Ingeniero Mecánico egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional; recibió innumerable reconocimientos de carácter nacional, por la lealtad y entrega con que desempeñó su profesión en el servicio público durante más de 50 años. Fue miembro de varias sociedades científicas y culturales entre las que destacan la Academia Mexicana de la Educación, Plan Estratégico de Mérida, Ordenador de la Ciudad de Mérida, Charlas de Café, A. C., Grupo Liberal “Fraternidad y Justicia” A. C, La Peña del Café A. C., entre otras.
Su trabajo como escritor fue de siempre, aunque en el 2005 decidió iniciar la recopilación de su trabajo como ensayista, escritor y poeta con “Mi tiempo eres tú”, dedicado a su esposa María Refugio Consuelo Robledo (+); “Cien Antiversos Yucatecos”; Semblanza: Juan Luna. Narrativa poética Favián, Poemario, Voces del Ayer, Más Voces del Ayer, y una edición auspiciada por la Universidad Autónoma de Yucatán “Historia de los Ferrocarriles en Yucatán”; de esta, la Universidad Autónoma de Yucatán no la ha publicado a la fecha, y nunca se devolvió el original a su autor -9 tomos-, desconociéndose su destino. También escribió un ensayo sobre Emiliano Zapata, que prologó Janitzio E. Durán Castillo y será editado por el grupo Liberal “Fraternidad y Justicia” A. C. en su área editorial “Pensamiento Liberal”, como el número 10. Escribió en diferentes gacetas y periódicos locales y su producción diaria fue muy vasta en todos estos campos.
TIMÓN
Gelasio Luna y Luna
Voy navegando sin rumbo
Tronco que las olas mecen
o pluma que el viento flota
y va entrando a la borrasca.
Voy maniobrando sin tino
como pájaro en ventisca
como pez en torbellino
como rana en el torrente
como espuma de resaca.
Vengan el viento y borrasca
venga también la ventisca
el girar del torbellino
y el golpear del agua arisca.
Mirando hacia el cielo abierto
he de tomar el timón
he de corregir el rumbo…
Sea bienvenido el destino.
Con “Timón” de Gelasio Luna y Luna, y los poemas anteriores de Mario Paolucci, queda el sabor porteño de la poesía argentina.
Toca la aparición analítica poética del sentimiento social que me une al Cono Sur en pensamiento y obra, como también me sucedió con el Caribe y la Europa Central desde mis inquietudes preparatorianas en la Universidad Nacional del Sureste en los años cincuenta. Se encuentra en los periódicos de la Asociación Periodística Estudiantil Yucateca, de la cual creo que solo quedamos tres de sus fundadores: Luis Alvarado Alonzo, Edgardo Salazar Salazar y el que escribe. Con otros compañeros, en el 52 dejamos nuestra huella poética en el Diario del Sureste, bajo la dirección del dramaturgo Wilberto Cantón hace 70 años.
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Es uno de los más versátiles y conocedores además de prolífico ensayista sobre la cultura mundial, nacional y local.
La continuidad en su tarea cultural es indiscutible.
Ha profundizado en el estudio, ensayo y análisis del fenómeno de la creación vivido por él como pintor, músico, poeta y escritor, además de crítico con buen juicio y altura, que maneja el comentario del nivel y temática que fuese, con calidad y claridad suficientes para el disfrute pleno de sus opiniones escritas.
Conocedor de otros lares, artistas, situaciones, experimentando en viajes y países, ha creado un estilo propio de expresarse, engalanando sus escritos con el uso elegante del idioma y la correcta ubicación de las palabras.
Tomado del libro Crónicas de la APEY
Asociación Periodística Estudiantil Yucateca
Una generación universitaria trascendente.
“Testimonios de una juventud comprometida con Yucatán”.
Universidad Autónoma de Yucatán
SILENCIO ARGENTINO
Alfonso Hiram García Acosta
Qué maravilloso era sentir a la naturaleza; mirar el cielo, ver volar las nubes, oír correr el agua entre las piedras; contemplar un lago, ver el horizonte, admirar su perfil y observar las piedras.
Qué delicioso era oler el amanecer; sentir el amanecer del día; oler el agua, las flores, la hierba, el atardecer, el anochecer; contemplar cada noche las estrellas en un cielo sin nubes; oír la música de la naturaleza y oler el polen de las flores; y pensar: “Qué belleza es la pampa Argentina”
¿Argentina?
No se ve el horizonte
sólo troncos de botas militares.
ya no se mira el cielo
tan sólo son las suelas.
No brillan más luceros
ni los lejanos soles
tan sólo los aceros
de los estoperoles.
Ya no se ven más nubes
el cielo se ennegrece
pero el color de botas
obscureció el ambiente;
las esperanzas rotas
quedaron esparcidas
se aplastó la simiente.
No se percibe más
la frescura de los ríos;
los rumorosos arroyos
de pronto enmudecieron.
Sólo el olor que transpira
la piel del esclavizado
cada vez es más intenso
el sudor del oprimido
corre simbólicamente
en el dorso adolorido
por el certero espadazo.
Ya no ha amanecido.
La capa militar ha obscurecido
el amanecer del día.
Ya no queremos los ojos
que vean tan sólo injusticias
ni queremos los oídos
en que sólo se oiga el fuete
en la bota militar.
Silencio.
Oír sólo el latir de nuestras sienes:
que enmudezca cada hora
que calle el tango por siempre:
el pueblo, la milonga llora.
En Argentina ha vuelto el régimen civil; la población podrá opinar, podrá romper el silencio, podrá soñar, su esperanza podrá volar.
¿VOLAR?
Alfonso Hiram García Acosta
Vuelve a volar el ave
¿Vuelve a resplandecer el sol?
¿La vida vuelve a ser vida?
Vuelve a palpitar el corazón.
¿Sol? Ha vuelto el sol
nadando entre marañas de tinieblas
tal vez invisible para muchos
pero el sol está allí.
Érase un enfangado laberinto
donde el hombre moría
en donde entró la luz
rompiéndose el silencio.
Era un silencio argentino…