Siempre he sentido un gran respeto por el arte, por los artistas que son capaces de emocionarnos con su obra, sea a través de la danza, la escritura, la escultura, el dibujo, la pintura, la música. Por ello, para mí Alberto Isaac, uno de los más talentosos de México, es uno de mis héroes, un individuo capaz de figurar de manera efectiva en diversos campos.
Los más adentrados en arte saben que Alberto Isaac Ahumada, nacido un 18 de marzo de 1923 en Colima, fue director y guionista de cine mexicano, pero también fue caricaturista y pintor, además de un consumado deportista, pues se coronó como campeón nacional de natación en 1941, reteniendo el título 10 años consecutivos. Esto lo llevó a ser considerado para representar a nuestro país en los Juegos Olímpicos de Londres 1944, pero la Segunda Guerra Mundial lo impidió.
Como realizador, de sus trece películas recuerdo principalmente cuatro: «En este pueblo no hay ladrones» (su debut en 1965), «Tívoli» (de 1975, con la que conocí al maestro), “Mujeres insumisas» (1995) y «Cuartelazo» (1977); por supuesto, tiene otras muy efectivas como ‘Mariana, Mariana’ (1988), ‘El Rincón de las vírgenes’ (1972) y ‘Los días del amor’ (1971).
Ejerció brevemente su profesión como maestro en Colima, pues viajó a la Ciudad de México dispuesto a triunfar como caricaturista deportivo, inició un en modesto periódico. Dos años después llegó a Esto, el famoso diario deportivo, también publicando en El Universal, El Sol de México y Novedades. Durante su carrera como caricaturista, hizo uso de una sátira marcada por lo vivido en México en tiempos de nefastos presidentes como Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.
Dirigió su primer filme en 1965 con ‘En este pueblo no hay ladrones’, historia original de Gabriel García Márquez, donde participaron el también caricaturista Abel Quezada, Julián Pastor, Juan Rulfo, José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis, Leonora Carrington, Rocío Sagaón, Luis Buñuel. Como mencioné antes, tuvo una trayectoria muy destacada en el cine, lo que de alguna manera interrumpió su carrera como caricaturista. Pese a ello, durante sus últimos años creó cartones y editoriales desde su casa para los diarios Ecos de la Costa y El correo de Manzanillo en Colima.
Recordamos a este talentoso artista, quien como ilustrador supo plasmar su talento con la suficiente calidad para ser merecedor en 1981 del Premio Nacional de Periodismo de México por su trabajo de caricaturas.
RICARDO PAT
