III
EL CAZADOR Y LA MARIPOSA
(PALABRAS EN MEMORIA DEL POETA LUIS ROSADO VEGA)
…después de consultar con mi corazón,
me detuve a esperar la aurora llorando de fatiga y sueño.
Miguel Ángel de Asturias
La palabra del hombre es el espejo que le permite grabar sus pasos en la arena y, a la orilla del crepúsculo, preguntarse por dónde habrá de buscar, entre las hojas y el limo de la sombra, el camino al amanecer.
Entre los verdaderos constructores de nuestra cultura, Luis Rosado Vega fue un empedernido cazador y atesorador de palabras. Pero el secreto profundo de su intención y oficio de poeta está en haber querido atrapar en mitad del aire, para dejarla habitando en un borde del tiempo –acaso en una región diurna de nuestro nombre– eso que él llamó «el alma misteriosa del Mayab».
El vuelo sutil de esta mariposa silvestre, sin embargo, no se podía retener en una red simple, pues como dice el poeta griego Odysseas Elytis: «Con el cimillo se puede atrapar el pájaro, pero nunca el vuelo de sus alas». Sólo la palabra del poeta es el espejo de nuestro aliento: por el conjuro del poema se produce nuevamente el prodigio viejo del barro y del agua, y se nos despierta, humedecida de temblor, la luz en la mirada.
Con la obra de Luis Rosado Vega –con sus leyendas y poemas– un trazo limpio del vuelo de esa mariposa, que media en el candor matutino de la yerba y en el ojo de agua del templo de la piedra, se ha salvado del silencio, quedando para siempre esculpido en la emoción de su palabra. En ella, más allá de la nostalgia, la voz del maya se instala en su sitio exacto, porque en el canto el indio triste del camino tiene la estatura y la condición del hombre. Es la voz limpia del maíz y se refracta en los juegos tutelares del espejo de esta piedra, como una huella arterial de nuestra carne.
Hoy venimos a ti, poeta, con una esperanza: queremos acercarnos a tu palabra, para compartir el hallazgo: sentir el destello de la mariposa de esta tierra y saber más lo que un día fuimos y, de algún modo aún somos. Y para afirmarnos: entender lo que, pese a todo, queremos seguir siendo. Hoy venimos a ti, para reconocernos.
Rubén Reyes Ramírez
Continuará la próxima semana…