El arte Ecofeministadisca de Trini Ibarra
María Trinidad Ibarra González es una talentosa artista visual, originaria de la Ciudad de México, pero radicada en Yucatán desde hace varios años. Cuenta con una Licenciatura en Artes Visuales de la Escuela de Pintura Escultura y Grabado “La Esmeralda,” INBA, de la CDMX, contando con Mención honorífica. Trini investiga y produce dibujo, collage y live cinema, trasladados a distintos formatos análogos y digitales.
Bajo el término “Ecofeministadisca”, Trini Ibarra indaga las opresiones que violentan, discriminan y deterioran nuestra salud mental y nuestro entorno. Su obra busca sensibilizar, derribar barreras y acciones por el respeto a la vida. Debido a esto, Diario del Sureste entabló una interesante charla con ella, la cual compartiremos en dos entregas.
¿A qué edad descubriste tu gusto por el arte?
Desde que recuerdo dibujo. Mi interés por el arte estuvo desde mi niñez, y creo que el gusto por el arte se acrecenta cada año de una forma más vívida.
¿Comenzaste a dibujar desde pequeña?
Sí, en mi casa. Mi madre estudió restauración de obras de arte, alentaba mucho esta práctica. Fue a los 15 años aproximadamente que comencé a dibujar más en un sentido mimético a partir de una referencia fotográfica y poco a poco ha cambiado mi concepción y práctica del dibujo.
¿Cuáles son los artistas que comenzaron a llamar tu atención?
Siempre cito mi encuentro con una obra que logró cautivar todos mis sentidos y realmente afirmar mi sentido de querer formarme como artista visual. Narraré mi experiencia de encuentro con la pieza “Infinito al cubo” de Rejane Cantoni y Leonardo Crescenti, presentada en el Laboratorio Arte Alameda en el 2008.
Al entrar a la instalación, que es un cubo de 3x3x3 metros, formados por placas de espejo, cuando mi cuerpo se desdobla de arriba abajo y por los lados, un túnel sin fin, logro reconocerme y perderme a la vez. Este vaivén se torna fascinante: camino un paso y la estructura se mueve y reformula las imágenes. El cubo lo sostienen poleas y una cruceta en la base, para permitir el movimiento cuando uno entra.
¿Estudiaste dibujo? ¿Dónde?
Dibujé primero bajo la instrucción de mi madre. A los 19 años cursé de oyente en la actual FAD, Facultad de Artes y Diseño de la UNAM en la CDMX. Por dos años, ahí incursione en el dibujo con modelo y tecnicas de composiición visual, asi como Teoría e Historia del Arte. Posteriormente, después de tres intentos entré a la escuela de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, donde cursé la carrera.
La noción de la práctica del dibujo se ha ido transformando a distintos soportes, también entendiéndola como una forma de pensamiento. A través de esta lógica uso el collage con periódico, revista, fotografía y el live cinema para intervenir y modificar el contexto, jugar con la fragmentación. Utilizo estos medios porque, como testigos del tiempo, me permiten re-significar, alterar, montar la realidad para desarrollar un discurso. Uso el collage y el live cinema desde la fragmentación y la constante resignificación de narrativas para generar conocimiento y diálogo sobre el estigma respecto de la discapacidad psicosocial, así como nuestra huella en el medio ambiente.
Me interesa sensibilizar, visibilizar y cuestionar estereotipos culturales y roles sociales que violentan la salud mental y el deterioro del ambiente, y cómo estos hechos se relacionan.
En tu obra das rienda suelta a tu imaginación. ¿Cual es tu metodología para crear?
Cada proyecto exige cosas y tiempos distintos. Sin embargo, la investigación, lectura y, cada vez más presente, la escritura son el primer paso. De ahí busco referencias visuales, realizo aproximaciones visuales intuitivas y, en el caso del live cinema, colaboro con músicos o artistas sonoros
¿Escuchas música cuando trabajas? ¿De qué tipo?
Sí, todo el tiempo y de todo tipo: a veces instrumental como Ravel (Violin Sonata en G Major), de Manos Hadzidakis. Otras veces música pop o experimental como Lhasa de sela (El desierto), Little Dragon (Another love), RHYE (Wicked dreams); electrónica como Hercules & love affair (I try to talk to you), Ellen Allien o Chemical Brothers.
Estoy y estaré siempre agradecida y fascinada con la música de Juan Pablo Villa, quien hace experimentación vocal con objetos y looper. Con su música ya tengo un ancla creativa o me remite a un espacio especial de trabajo: lo escucho y todo fluye. Escucho sus proyectos como La gruta de Baba, Cuatro Minimal Sukiyaki, Xolo con Mardonio Carballo, ó el Coro acardenchado y me transporta a otras posibilidades siempre.
RICARDO PAT