Con este disco lanzado el 25 de septiembre de 1972, Black Sabbath, los ‘Príncipes de la Oscuridad’, demostró que mejoraban con cada trabajo pues, tras lo logrado con ‘Master of Reality’, nos legaron 10 maravillosas canciones grabadas en los Record Plant Studios de Los Angeles, con producción de Tony Iommi, Geezer Butler, Bill Ward y Ozzy Osbourne.
Es impresionante escuchar el resultado de un disco creado en medio de un tobogán de drogas, a la que le rinden evidente culto con ‘Snowblind’. Además, de 1970 a 1972 la banda estuvo dos años seguidos girando por Europa y los Estados Unidos, debiendo cruzar el Atlántico seis veces. La afición de los nativos de Birmingham a la cocaína inició a inicios de 1971, tras un concierto en Denver, siendo Leslie West, del grupo Mountain, quien les invitó sus primeros pases.
Las sesiones para la grabación del álbum iniciaron en mayo de 1972, cuando los cuatro músicos ya estaban totalmente clavados en el polvo blanco, eligiendo los Record Plant Studios de Los Angeles, trabajando la producción ellos mismos, pero con el respaldo del británico Patrick Meehan (Small Faces-Gentle Giant).
Los roqueros ingleses vivieron todo aquel mes de mayo en una mansión de Bel Air que incluía personal de servicio, salón de baile, siete habitaciones, un cine privado y piscina, lugar donde esnifaban tal cantidad de coca que debían a la par fumar una bolsa de mariguana para evitar que reventaran sus corazones. Allá protagonizaron buenas tertulias con groupies para tomar inspiración en la creación de los temas. Estaban tan fascinados que decidieron titular al disco ‘Snowblind”, algo que de inmediato rechazó la compañía Vértigo. Al final decidieron llamarlo ‘Vol. 4’, para realizar un velado tributo a Led Zeppelin, de quienes eran amigos, por su recientemente lanzado cuarto álbum sin título.
Totalmente prendidos, crearon los 8 temas que conforman esta colección, Ozzy recuerda: ‘Descubrimos que cuando te metes coca, todo lo que se te ocurre, todo lo que dices, toda sugerencia que haces parece lo más fabuloso que has hecho en tu vida.” En varios de ellos Tony Iommi, desatado creativamente, incluyó arreglos de cuerdas, mientras que Geezer escribió una lírica más directa, deliciosamente aguda, para dar vida a temas considerados clásicos.
‘Wheels of Confusion’ es una apertura perfecta, un temazo en dos tiempos donde los riffs encendidos de Iommi, la brutal base rítmica de Geezer y Ward y la peculiar voz de Ozzy mantenía su pesado sonido pero incorporando exquisitas progresiones duras pero melódicas. ‘Tomorrow’s Dreams’ es otra gema que define el sonido del heavy metal, durísimo y magistral, donde la fusión de talentos queda en total evidencia.
‘Changes’ narra el dolor de la pérdida por pluma de Geezer, quien toca el melotrón, mientras que Tony Iommi se encarga del piano para dar oportunidad a Ozzy de demostrar que era capaz de transmitir emotividad a raudales.
El instrumental ‘FX’ es simplemente un interludio de efectos que antecede a…
‘Supernaut’, un poderoso himno que sembró semilla para el desarrollo del heavy metal, con una batería contundente de Bill Ward, tan poderoso que el mismísimo John Bonham de Led Zeppelin adoraba la rola y llegó a palomearla con ellos en estudio.
‘Snowblind’ es la pieza maestra del disco, un hard rock con mucho groove, que comparte la declaración de amor de ellos a su novia cocaína, con un cambio en el medio donde Ozzy canta: “Me hace feliz, me deja congelado, mis ojos están ciegos, pero puedo ver.”
‘Cornucopia’ es otras de las canciones más duras del álbum, mientras que en ‘Laguna Sunrise’ aflora una sensibilidad acústica y orquestal en Tony Iommi nada habitual en el sonido ‘macabro’ de la banda. Un tema instrumental realmente hermoso.
‘St. Vitus Dance’ parece conservar el sonido logrado en su anterior placa ‘Master of Reality’, mientras que ‘Under the Sun’ es un final perfecto, con sus casi seis minutos de duración, presentando diversos cambios en su estructura, cada uno con el estilo que los ‘Príncipes de la Oscuridad’ ya tenían patentado para entonces, reivindicando la libertad individual de pensamiento lejos de ataduras morales.
El ‘Vol. 4’ vendió medio millón de copias en los Estados Unidos, tras llegar al puesto 13 de la lista de Billboard. La reedición de este majestuoso álbum incluirá cinco discos en su versión en vinilo, cuatro en versión CD, mientras que en Apple Music y Spotify sólo está disponible la remasterización. Además contiene 79 minutos de descartes remezclados ni más ni menos que por Steven Wilson, quien realiza un trabajo quirúrgico, por ejemplo, escuchar a la banda probando tempos para ‘Supernaut’ con distinta letra o canciones grabadas en vivo en Inglaterra en 1973, cuando el grupo estaba en su mejor momento.
RICARDO PAT