El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) reveló que en 2020 se registraron 7 mil 869 casos de suicidio en México, representando la cifra más alta en los últimos 10 años, un 9% más que en el año anterior. El Estado de México, Jalisco y Chihuahua fueron las entidades con mayor número de casos.
«La llegada del COVID-19, los cambios de rutina y el confinamiento son factores que han agudizado los rasgos de depresión, soledad o desesperanza en la población,» explicó a Diario del Sureste la Dra. Nallely Amaranta Arias García, Directora de Ciencias de la Salud en UVM Campus Querétaro.
En el marco de la próxima conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la especialista aseguró que el aislamiento impactó a la sociedad en diversas conductas, como la ingesta de alimentos de manera emocional, el aumento en el consumo de sustancias alcohólicas y/o de tabaco. Sin embargo, hablando de depresión, ansiedad, soledad, desesperanza o estrés, estas no surgieron durante la contingencia, los rasgos ya se tenían, pero no se habían tratado. Al presentarse un evento tan impactante como la pandemia, se detonaron los puntos de quiebre y, finalmente, surgió un trastorno. Por ello, la doctora asegura que es primordial ver a la salud mental como cualquier otro padecimiento, que requiere atención y tratamiento por parte de especialistas.
“Es muy importante dar la debida importancia a lo que sentimos, reconocer por nosotros mismos las emociones que vivimos. Muchas veces nos acostumbranos a sentirnos mal, pensamos que es normal sentirse solo o con desesperanza. Lamentablemente, los seres humanos postergamos mucho los momentos felices, pensamos que los mejores momentos llegarán en el futuro, sin tomar en cuenta que cada día que vivimos es un momento especial.”
Comportamientos como la tristeza, llanto fácil, cambios en la conducta alimentaria, problemas de insomnio son los principales rasgos de depresión, trastorno que se ha relacionado linealmente con el intento o ideación suicida. La especialista agregó que la desesperanza es el estado de ánimo que más se vincula al suicidio: “La desesperanza no permite a la persona visualizar su futuro, ha perdido el interés de tener un plan a largo plazo. Cuando una persona se encuentra en estado depresivo, no ve su imagen en el futuro, no tiene metas, por lo tanto corre el riesgo de no encontrar sentido a su vida, lo cual se ligará a sentir soledad y podría desencadenar una conducta suicida.”
La Dra. Arias García explica que no es fácil identificar cuando una persona tiene ideas suicidas, generalmente se presenta una tendencia al aislamiento, a la desvalorización de la vida propia y en el discurso los individuos comienzan a despedirse con comentarios similares a: “No pasaría nada si yo no estuviera”. Por lo anterior, recomienda a familiares y amigos mantenerse pendientes y muy observadores de las conductas de sus hijos o círculo más cercano, para identificar los cambios de personalidad o comportamiento.
Algunos síntomas de la conducta suicida podrían clasificarse de la siguiente manera:
Conductas auto lesivas: Conductas como cutting o lesiones en cualquier parte del cuerpo para dañarse a sí mismo.
Conductas compulsivas.
Conductas depresivas: sentimiento de tristeza, llanto fácil, pérdida de disfrute o goce, aislamiento.
Finalmente, la académica de UVM recomienda realizar las siguientes actividades con el objetivo de incentivar el bienestar personal.
Evitar la postergación – Cada momento es un buen momento por el simple hecho de estar vivo. La contingencia nos ha demostrado que la vida y la salud es muy endeble, por lo cual se recomienda evitar el aplazamiento a futuro y disfrutar cada día al máximo.
Ser agradecido – Crear conciencia y reconocer lo que se tiene. Aceptar nuestra realidad y visualizar lo que somos y a dónde queremos llegar, evitando los ideales que la sociedad puede llegar a demandar.
Hacer ejercicio – La actividad física libera neurotransmisores que harán sentir mejor a la persona y va a contribuir a fomentar un estado emocional positivo.
Identificar una pasión – Disfrutar de una actividad personal que realmente te guste hacer, ya sea repostería, tejer macramé; cualquier pasatiempo debe tener espacio en la vida cotidiana.
Liberar las emociones – Todos los seres humanos tenemos emociones básicas y complejas, no tenemos que ser felices todos los días a todas horas. Debemos dejar fluir nuestras emociones y reconocer por qué nos sentimos de cierta forma.
RICARDO PAT