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Hockey sobre hielo

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Perspectiva – Desde Canadá

Dos íconos canadienses: la Copa Stanley y el gran Neil «Bubba» Peart.

XXXVIII

Si bien el deporte más popular en México es el fútbol soccer, aquí es el hockey sobre hielo, seguido muy de cerca por el lacrosse, el fútbol americano, el béisbol, el curling, y recientemente el soccer. Esto en cuanto a deportes de conjunto, porque el golf me parece es el deporte individual preferido de las mayorías canadienses.

En 2006, durante una de las inolvidables conferencias de Calidad que cada par de años teníamos para mantenernos actualizados y compartir información entre las diferentes empresas del corporativo, la actividad integradora consistió en asistir a un juego de los Anaheim Ducks, el equipo californiano de hockey sobre hielo.

Había visto algunos juegos en la televisión, pero debo reconocer que lo que sabía del deporte (que era intenso y con mucho intercambio de golpes) provenía de las películas Slap Shot (con el inmortal Paul Newman), Mistery, Alaska (con un hasta ese entonces desconocido Russell Crowe) y Miracle (la victoria del equipo estadunidense ante la aplanadora rusa en Moscú durante los juegos olímpicos de invierno de 1980, con Kurt Russell como el entrenador de los gringos); en otras palabras, prácticamente nada.

Gracias a mi gran amigo Jamie –un canadiense avecindado en Michigan que adora el hockey por los golpes que le permite acomodar a sus rivales– pude seguir las acciones esa noche y, al menos en esa ocasión, disfrutar el juego.

Pues bien, estos poco más de dieciocho meses que llevo en Canadá han dejado muy claro que, salvo los juegos de la Eurocopa, de la liga Mayor en Inglaterra, y los de la MLS, el fútbol mexicano simplemente no es artículo de primera necesidad aquí.

Así como en México la oferta de programación permite ver varios juegos de soccer durante la semana, lo mismo sucede aquí, pero con el hockey sobre hielo.

Siendo un aficionado a los deportes, sin otras opciones, mis primeros intentos de ver en la televisión un juego completo de hockey –en teoría tres períodos de veinte minutos, con interrupciones al finalizar cada período, cuando el puck sale del hielo, se revisan castigos, o cuando el “portero” (goalie) atrapa el puck en su guante, que resultan finalmente casi dos horas y media– resultaron infructuosos: me fastidiaba y perdía el interés.

Ah, pero comenzaron los playoffs, algunos compañeros del trabajo manifestaron sus preferencias por algunos equipos que estaban jugando, y entonces comencé a prestar mayor atención. El resultado fue que seguí muy de cerca los playoffs y luego la final, que ganaron los Rayos de Tampa a los Canadienses de Montreal en cinco juegos, 4 – 1.

Mientras seguí esta etapa final, aprendí algunas de las reglas y algunos detalles curiosos de este deporte.

  • Cada equipo tiene 5 jugadores (3 delanteros y 2 defensas) y un portero sobre el hielo, aunque el portero puede ser retirado si se necesita un jugador ofensivo más; lo sorprendente son los numerosos cambios a lo largo del juego, que se hacen sin interrumpirlo
  • La postura es sumamente demandante: inclinado siempre, con el bastón en contacto con el hielo;
  • El contacto es continuo, lo llaman el “chequeo”, que consiste en empujones, golpes, bastonazos y choques (voluntarios e involuntarios, sin intención y muy mal intencionados)
  • El puck (un cilindro vulcanizado de una pulgada de altura y tres pulgadas de diámetro que pesa casi 200 gramos) alcanza velocidades superiores a los 100 km/h al ser golpeado por los bastones; cuando hace contacto con una superficie expuesta del cuerpo, o una no suficientemente protegida, las consecuencias pueden requerir hospitalización
  • Los equipos canadienses son las Flamas de Calgary, los Petroleros de Edmonton, los Canucks de Vancouver, los Jets de Winnipeg, los Senadores de Ottawa, los mencionados Canadienses de Montreal y las Hojas de Maple de Toronto
  • Las Hojas de Maple de Toronto vienen siendo el Cruz Azul canadiense, pues no han estado en las finales desde hace varias décadas, mientras que los Canadienses de Montreal (también llamados los “Habs” por “Habitants”, una palabra francesa para referirse a los primeros pobladores de Canadá que comenzaron a colonizar este país por esa zona) son el equivalente al América en cuanto a capturar el odio de los aficionados de los otros equipos canadienses
  • El ganador del torneo se lleva la Copa Stanley, que recibió su nombre para honrar a Lord Stanley of Preston, Gobernador General de Canadá de 1888 a 1893, que donó la copa para premiar al mejor equipo canadiense amateur de hockey sobre hielo (sus hijos practicaban el deporte y, como muchas veces sucede, hicieron que sus padres se enamoraran también de él)
  • Los Rayos de Tampa Bay ganaron por segundo año consecutivo la Copa Stanley, muy meritorio, sobre todo cuando se toma en cuenta que esto ha sido en medio de la pandemia, con protocolos de aislamiento, casi sin fanáticos
  • Si bien es un juego violento, con constantes golpes, los que son inmediatamente penalizados con dos minutos de “expulsión” en la caja de castigo son los clasificados como “menores”: tripping (tropezar al adversario), hooking (usar el bastón en cualquier parte del cuerpo para evitar que el contrincante golpee el puck), high sticking (cualquier golpe encima de los hombros usando el bastón)
  • Los castigos “mayores” son penalizados con cinco minutos en la caja de castigo, y existen algunos que son penalizados con diez minutos
  • Cada penalización deja con al menos un jugador adicional al equipo ofendido durante el período de castigo

Si supiera patinar, o hubiera tenido la oportunidad de practicar este deporte, me queda claro que habría sido “goalie”, la posición más demandante, a mi parecer, porque implica detener todos los disparos a la portería (de 1.8 m de ancho, por 1.2 m de alto y 1.1 m de fondo) como se pueda, ayudándose con el bastón, un guante, y protegido de pies a cabeza precisamente por los daños que puede causar el puck.

Tal vez lo que más me asombra en todo esto es que fui capaz de ver los juegos completos, entender algunas de las llamadas de los oficiales (cuatro de ellos en el hielo, más al menos dos en la cámara de video), y no dormirme sino hasta sufrir y disfrutar la intensidad.

Es cierto que, ante la ausencia del fútbol americano y del soccer mexicano, no hay muchas otras opciones deportivas que me parezcan meritorias, como también es cierto que sin asistentes tampoco hay mucho ambiente, pero vale la pena decir que el hockey sobre hielo pudiera muy bien convertirse en uno de mis deportes favoritos mientras viva en este gran país. Ojalá pueda asistir a ver alguno a Ottawa, a Montreal, o incluso Toronto.

Desde esta perspectiva, si tan solo supiera patinar tal vez lo disfrutaría aún más, o sea, a ver qué se me ocurre para aprender a patinar sin arriesgar la integridad física en el aprendizaje.

Ya metido en eso de la adquisición de nuevas habilidades deportivas, me he propuesto aprender a jugar golf, otro de los deportes favoritos de los nativos de estos lares…

A ver cuál agrego a mi talkú.

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

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