LXXX
IGNOMINIOSA REALIDAD
JORGE PACHECO ZAVALA
Durante toda su vida fue una sombra.
Por las noches se escapaba de su soledad para sentirse acompañado por los transeúntes; gente desconocida que en su diario andar lo apartaban del camino, como se aparta a un objeto que estorba.
La noche en que todo terminó, sus ojos, como lunas apagadas, parecían mirar fijamente al exterior. Eran dos rendijas sin vida por donde se filtraban hilos de luz que exponían su decadencia.
Ahora, mientras lo habitan los límites, se interna cada noche en una realidad llamada “vida”. Desde ahí retorna sin aliento para encontrarse con su propio rostro: eterno disfraz que ya no lo salva.
Sin embargo, más allá de los linderos de la apariencia, están la piel y la memoria; están el embrujo de la inteligencia intacta y el idilio del sentimiento convertido en pasión.
Más allá de la sombra y la ignominia está la evocación que pervierte y confunde, que disipa, muerde y anestesia el dolor.