En el tiempo que lleva la pandemia por coronavirus, 1 de cada 7 niños en todo el mundo, es decir, 332 millones, ha vivido en confinamiento obligatorio, poniendo en riesgo su salud mental y bienestar, advirtió la UNICEF.
Emociones de ira, enojo, incertidumbre y ansiedad son algunas de las manifestaciones que los padres han detectado en sus hijos ante la pandemia.
Algunos signos de alarma que se pueden detectar en niños y adolescentes son: un cambio de actitud radical, sobre todo en los hábitos alimenticios, ya sea que haya abuso de la comida o que no quieran comer. También hay quienes prefieren quedarse en casa y aislarse por la adicción al celular, tabletas o computadora, o quienes sienten rabia y enojo por no poder salir de casa.
Shivagam, maestro de meditación, formador de terapeutas y sacerdote budista, además de fundador de la escuela de Integración Emocional, asegura a Diario del Sureste que es importante y necesario que, para salvaguardar la salud mental de los niños y adolescentes, primero los padres tienen que aprender a manejar sus emociones.
“Los padres no saben cómo explicarles a sus hijos y adolescentes que tal vez están pasando por un cambio hormonal por lo que pueden estar más sensibles. Aunado a que, si éstos le tienen pánico al coronavirus, eso es lo que le van a transmitir a sus hijos, que lo verán como una amenaza mortal,” aseguró, ya que con esta actitud se torna difícil encontrar salidas que beneficien la salud mental de la familia.
“Si partimos de que los adultos no saben cómo manejar sus emociones no sabrán cómo guiar a sus hijos, más en una situación como la que estamos viviendo que nadie esperaba. En la escuela de Integración Emocional nos enfocamos en reeducar a los papás, otorgándoles las herramientas para que puedan entender a sus hijos y encauzarlos en su bienestar,” señaló.
Añade que, en lugar de inculcar pánico al salir a la calle, hay que enseñarles con el ejemplo a usar correctamente el cubrebocas, lavarse las manos adecuadamente y las veces que sean necesarias, con prudencia y tranquilidad, puesto que los niños lo entienden y lo adoptan, y con ello no se les genera estrés postraumático.
“Hay que ser objetivo en la vida, aceptar la realidad. Los niños y adolescentes entienden y absorben lo que se les inculca con verdad, no con mentiras, como la pérdida de un ser querido; si se les explica el proceso emocional que se debe vivir para poder liberar el dolor, ellos lo van a superar,” comentó.
En medio de la pandemia se elaboró un Programa-Terapia sobre Coronavirus, gratuito, al que se inscribieron más de 2 mil personas, abordando cómo manejar la ansiedad y el miedo ante el Covid-19; encontrar la paz en estos momentos; conflictos en la convivencia, en parejas y la soledad ante el confinamiento; cómo lidiar con el aburrimiento; frustraciones sexuales; problemas económicos ante la pandemia y un importante apoyo para el sector salud, así como un mensaje dirigido a los docentes.
Como apoyo adicional, se cuenta con el curso gratuito para superar los duelos por pérdidas y muerte, cuyo objetivo es aprender a superar la culpa y continuar, aceptar la pérdida y qué significa echar de menos, además de las técnicas para aliviar la soledad y el abandono.
La escuela de Integración Emocional está en línea. Ofrece terapia, crecimiento personal, cursos a adolescentes, cursos sobre manejo de ansiedad; forma y certifica a terapeutas profesionales y no tiene ninguna connotación religiosa.
RICARDO PAT
