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En el año de 1813 se introdujo la imprenta en Yucatán, según el historiador Eligio Ancona, y quien la adquirió para nuestro estado fue Francisco Bates. La maquinaria provino de Europa, después de hacer una escala en Cuba que fue uno de los puertos de conexión del Viejo Continente.
Desde aproximadamente los años ochentas los cambios en cuanto a la modernidad de la forma de hacer impresos se han dado a pasos agigantados. Algunos pensábamos que la imprenta duraría mucho más, pero no fue así.
En la forma antigua de imprimir, todo era artesanal: formar letra a letra en un componedor hasta armar alguna forma comercial, o tarjeta de presentación, o tarjeta navideña, o armar los folios para luego colocarlos en la rama que inmediatamente después se colocaba en la Chandler para empezar a imprimir y, luego de terminado el tiraje, se procedía a intercalarlo o compaginarlo –como también se dice– para, por último, refilar para su empaque y entrega.
En alguna ocasión me dijo mi jefe, cuando apenas empezaba a conocer la imprenta, que una vez que se siente el olor a tinta, jamás lo olvidas. Y no se equivocó, porque hasta la fecha sigo trabajando en impresos y, cuando estoy en un taller el olor del papel, las tintas y el ruido de las máquinas me transporta al pasado, cuando trabajamos en el Diario del Sureste. Por eso, con gran satisfacción platicamos con Beny, quien también trabajó en el periódico de 1978 a 1983, y en la actualidad todavía sigue trabajando en la imprenta.
Beny, en amena plática, nos compartió lo siguiente:
- Su nombre completo es María Bernarda Ontiveros May, pero todos la conocemos como Beny. Comenzó a interesarse en la imprenta cuando acompañó a una de sus amigas a su trabajo y le enseñó a tirar en la Chandler, en la imprenta “Impresos Selectos”. Después de algunos días, al darse cuenta el dueño de la imprenta que sí podía, la contrató como ayudante de Chandler cuando apenas tenía 18 años de edad. Como dato adicional, la amiga de la cual habla se llamaba Lucelly (+) y también trabajó en el Diario del Sureste.
- Después de un tiempo desempeñando esta función, no recuerda con exactitud, se enteró por medio de Lucelly de que estaban solicitando prensista de Chandler en el Diario del Sureste. Era 1978 y en ese entonces don Juan Sánchez (+) se desempeñaba como Jefe de Talleres. Don Juan le hizo una prueba en la máquina, quedando satisfecho con su trabajo, y decidió contratarla, comenzando a trabajar como operador de la máquina Chandler. Beny trabajó para el Diario del Sureste hasta el año de 1983 cuando, por cuestiones familiares, tuvo que dejar de laborar.
- Al incorporarse nuevamente a trabajar, obtuvo una oportunidad de trabajo en la imprenta “Impresos Herrera” donde, con la experiencia adquirida, se desempeñó como cajista y prensista durante dos años. Se le presentó entonces la oportunidad de trabajar en Cancún y, sin titubear, emigra por una mejor oportunidad. Estando próxima a sufrir los embates del Huracán Gilberto, decide regresar a Mérida.
- Después del paso del huracán Gilberto comienza a trabajar para la imprenta “México”, como prensista de Chandler y de la máquina Heidelberg de aspas, pasando en esta imprenta alrededor de 17 años, hasta el 2001.
- Del 2001 hasta la presente fecha continúa como impresora, claro, aplicando la gran experiencia adquirida por todos los años trabajados en las imprentas.
Después de tan grata charla, nos despedimos de ella.
Aunque estos tiempos son difíciles para las imprentas (por la digitalización de muchas labores), Beny no desfallece, sigue adelante, convencida de que su trabajo FORMA PARTE DE LAS ARTES GRÁFICAS.
Jorge Zapata
