Los vermilinguos (Vermilingua, lat., “lengua en forma de gusano”) conocidos vulgarmente como tamandúa, osos hormigueros, osos palmeros o yurumíes, son un suborden de mamíferos placentarios del orden Pilosa. A pesar de su nombre, no tienen ningún parentesco cercano con los osos (Ursidae).
Los osos hormigueros se distribuyen por América Central y del Sur, en selvas tropicales y pastizales. Existen cuatro especies distintas, con grandes diferencias de tamaño entre ellas. El oso hormiguero sedoso es del tamaño de una ardilla, mientras que el gigante puede llegar a medir más de dos metros desde el hocico a la cola. Algunas especies, como el tamandúa y el oso hormiguero sedoso, ejercen su oficio en los árboles. Van de rama en rama en busca de ricos insectos.
Se caracteriza por tener la cabeza muy pequeña, el hocico largo y cónico, la cola gruesa y tupida, las garras anteriores largas, y un pelaje de coloración castaña, gris y negra. La apertura de la boca es muy pequeña, no tiene dientes y presenta una lengua muy larga y estrecha, de hasta un metro de longitud.
A causa de la longitud de las uñas de las patas anteriores, camina sobre los nudillos, poniendo las manos de lado. Puede medir de 1.20 a 1.30 m de largo, la cola de 75 a 85 cms, y puede llegar a pesar hasta 40 kg. La coloración del pelaje varía en diferentes tonos de grises. Las patas o miembros anteriores tienen dedos con uñas fuertes y curvadas. En el dorso de cada una tienen una almohadilla que apoyan al caminar. Las patas o miembros posteriores presentan cinco dedos con uñas. Al caminar apoyan la región plantar.
La diferencia con otros animales está dada en los pulgares de sus patas que, en lugar de ir hacia delante, como en todas las especies, va hacia atrás y es una púa de 4 a 6 cm de largo que utiliza como única arma contra otros depredadores que lo ataquen, como es el caso de los felinos, a los que el oso abraza para clavarles los pulgares; como consecuencia, el atacante trata de sacárselos de su cuerpo y, al hacer fuerza para escapar, lo único que consigue es que los pulgares del oso hormiguero se le claven aún más profundamente, con lo cual ambos animales mueren abrazados.
Los osos hormigueros no son agresivos, pero pueden llegar a ser muy violentos. Un ejemplar acorralado se pondrá de pie sobre sus patas traseras, usando su cola para mantener el equilibrio, y arremeterá contra su atacante con sus peligrosas garras, las cuales le sirven para enfrentarse incluso a pumas y jaguares.
Son animales mirmecófagos, esto es, se alimentan de hormigas y termitas. Con sus fuertes uñas abren los hormigueros y termiteros, y con la larga y viscosa lengua capturan los insectos.
Son solitarios, excepto en el período de celo o cuando tienen una cría pequeña. La hembra tiene una sola cría por parto. Nace en primavera o verano, después de ciento noventa días de gestación, y a la semana de vida abre los ojos. A las pocas horas de nacer, la cría es transportada sobre la espalda de la madre, agarrándose con sus patas delanteras. Se ubica de tal manera que su franja negra se superponga con la de su madre, logrando un perfecto camuflaje para pasar desapercibida.
A pesar de que la conformación de sus patas no le permite desplazarse rápidamente, la tonalidad de su pelaje marrón le ayuda a camuflarse entre los pastizales, evitando ser detectada con facilidad por el hombre y por su principal depredador natural, el jaguar (Panthera onca).
De hábitos diurnos cuando no es molestado, se vuelve nocturno en zonas habitadas. Vive en solitario o en pareja y se mueve en amplios territorios de hasta 25 km2, siempre en busca de termiteros u hormigueros para alimentarse. Es un buen nadador que entra en el agua a menudo e incluso es capaz de atravesar a nado ríos de notable amplitud. Aunque está perfectamente capacitado para excavar, no construye guaridas para descansar, prefiriendo hacerlo en un hoyo o en cualquier cavidad del suelo, donde se tumba enroscándose sobre sí mismo con el hocico entre las patas y la gran cola sobre el cuerpo. Busca alimento en zonas abiertas, pero descansa en áreas pobladas de árboles.
El hormiguero gigante se encuentra amenazado en muchos lugares de su área de distribución. Se ha extinguido localmente en varios lugares, incluyendo casi la totalidad de América Central. Las principales amenazas para su supervivencia son la destrucción de su hábitat, el fuego y la caza furtiva para obtener la piel y la carne, incluso en el interior de las áreas protegidas.
Esta especie es muy propensa a ser víctima de atropellamiento porque, buscando alimento, recorre largas distancias donde actualmente hay carreteras y debe cruzarlas; son una especie con una visión relativamente pobre, esto los hace vulnerables a este tipo de accidentes, aumentando el número de individuos huérfanos encontrados en las carreteras.
Dra. Carmen Báez Ruiz
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