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XIV
PRUDENCIO PATRÓN PENICHE
(1892 – 1971)
Maestro Distinguido 1992
Espita fue un antiguo asentamiento perteneciente al cacicazgo maya de Zací, hoy Valladolid. En la historia de Yucatán el municipio ha sido partícipe de acontecimientos que forjaron la identidad de la región. Durante la Colonia fue una encomienda de la Corona española donde se inició la construcción de edificios religiosos. A principios del siglo XIX el pueblo contaba con importantes haciendas maiceras. En 1825 pasó a formar parte del Partido de Tizimín. El pueblo espiteño vivió el acontecer de la Guerra de Castas, iniciada en 1847, siendo escenario de varios episodios, entre ellos la batalla protagonizada por Los Quince de Espita. En 1852 el pueblo fue elevado a la categoría de Villa (1).
Debido a su auge económico e impulso social durante la segunda mitad del siglo XIX, Espita fue considerada como una de las mejores poblaciones culturales del estado, al grado de que fue conocida como La Atenas de Yucatán. Los espiteños cultivaron las bellas artes y contaron con sociedades culturales como la Sociedad Progreso y Recreo (2) y periódicos como El Demócrata (3), así como un teatro y una biblioteca. Los ahí nacidos destacaban como músicos, profesores, médicos, comerciantes, actores, declamadores, en fin, una pléyade de personalidades que forjaron el reconocimiento de esta Villa del Oriente.
Fue en este municipio donde nació el distinguido profesor, escritor, poeta y político Prudencio Patrón Peniche el 29 de abril de 1892. Hijo de don Pablo Patrón Peniche y doña Josefa Peniche, cursó los estudios elementales en su tierra natal, pero tiempo después, durante el gobierno del Lic. Olegario Molina Solís, le fue concedida una beca para estudiar en la Escuela Normal de Profesores del Instituto Literario del Estado, en la ciudad de Mérida. El gobernador Molina tenía en consideración al joven estudiante, que había destacado por su conducta ejemplar e interés por educarse. Fue así que se graduó el 31 de julio de 1909 con una tesis de antropología pedagógica, obteniendo el título de profesor de Educación Primaria Elemental y Superior.
Regresó a Espita a la edad de 17 años e inició su carrera docente en la enseñanza del primer grado elemental en el Colegio Civil de Niños y como director de la Escuela Nocturna para Adultos. Poco después fue invitado por los padres de familia de Tizimín a laborar en ese municipio, donde prestó sus servicios como subdirector del Colegio Civil de Niños y director de la Escuela Nocturna para Adultos. Posteriormente, de nuevo en Espita, tuvo a su cargo el primer año de enseñanzas primaria y superior. Con el paso del tiempo fue ascendiendo a la subdirección, y luego a director del Colegio Civil de Niños. Por nueve años continuó ejerciendo su profesión en la Villa.
Gracias a su destacado trabajo como profesor, las autoridades educativas lo invitaron a desempeñar cargos para el beneficio de la educación en el estado: inspector de Enseñanza Primaria Elemental y Superior en el Partido de Sotuta e inspector pedagógico del Partido de Izamal de la 07 Zona de las escuelas primarias estatales. En el Departamento de Educación Pública de Yucatán fue oficial de la Sección de Escuelas Rurales, oficial jefe de la Mesa de Escuelas Rurales, inspector técnico escolar, oficial de la Sección de Escuelas Urbanas Primarias y Profesionales y jefe del propio Departamento (1935).
En Mérida se desempeñó como profesor del primer grado de dibujo industrial en la Escuela Vocacional de Artes y Oficios y catedrático de la recién fundada Escuela Relacionista núm. 1 Francisco Ferrer Guardia. En la Primaria Superior núm. 1 Josefa Ortiz de Domínguez impartió aritmética mercantil y ortografía práctica en los cursos libres de comercio.
Durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto fue invitado a asistir a las giras que éste realizaba por las poblaciones del estado, para impartir conferencias sobre educación y asuntos sociales. En esos tiempos la Liga Central del Partido Socialista le encargó, como primer escribiente, la tarea de visitar y recabar datos para la elaboración de un plano de ubicación de todas las ligas de resistencia de Yucatán. Así mismo, lo comisionó para sustentar una conferencia sobre educación en la convención de la Liga de Resistencia Unión de Propietarios, Choferes y Conductores de Autocamiones de Mérida. También fue comisionado especial para solucionar conflictos en la Liga de Resistencia de Cenotillo y se desempeñó como propagandista general, trabajo que consistía en reorganizar las ligas y orientarlas hacia los postulados de los congresos de Motul e Izamal. Posteriormente, el Profesor Prudencio se trasladó a la ciudad de México. La Liga Central aceptó su renuncia y certificó los trabajos desempeñados en el Partido, distinguiéndolo como una persona trabajadora en pro de la causa proletaria. En la capital del país laboró como maestro de cursos elementales, principalmente en la Escuela Primaria de Mixcalco.
De 1928 a 1938 destacó como uno de los profesores más comprometidos con el Departamento de Enseñanza Primaria y Normal de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Pasado este período, renunció para dedicarse a su casa editorial denominada Para el Maestro, donde se consagró publicando material didáctico y pedagógico para los profesores, ocupación que le produjo buenas ganancias.
Contrajo matrimonio con la Profra. Lía Souza Novelo, con quien tuvo dos hijos: Nereo y Raúl. Con su esposa publicó El libro del maestro, destinado a todos los grados de primaria, presentado como éxito en la región y el país. En 1945, acompañado de su familia, regresó a Espita, teniendo como hogar la Quinta San Prudencio. Poco tiempo después fallecieron sus hijos. Con el capital que había reunido en la ciudad de México, él y su esposa se dieron a la tarea de construir un museo pedagógico, a manera de donación a la Villa de Espita, con el objetivo de contribuir a la elaboración de material didáctico para las escuelas primarias, secundarias y normales. El profesor Prudencio fue el primer director del recinto. Posteriormente el Gobierno del Estado participó en la distribución de los materiales, nombrando director al Prof. Max Molina Fuente. Al fallecer la maestra Lía, el sitio fue denominado Museo Pedagógico de Espita Lía Souza Novelo de Patrón, y dos de los salones recibieron los nombres de Nereo y Raúl. Tiempo después el Gobierno del Estado transformó el museo en jardín de niños.
El profesor Prudencio redactó una variedad de libros, entre ellos las recopilaciones histórico-sociales de su pueblo natal; comedias, zarzuelas, diálogos y dramas escolares; monólogos, recitaciones para niños, comedias para adultos y zarzuelas para niños y adultos. Rescató mapas y fotografías del oriente del estado, en especial de Espita. Casi todas estas obras fueron publicadas con sus propios recursos. Algunas de sus principales publicaciones fueron Léxico yucateco, Barbarismo, provincialismo y mayismos (en Revista de la Sociedad Científica Antonio Alzate, D.F. 1930), La Independencia. Drama histórico para niños (1937) y Boceto de comedia: tema de crítica social (1947).
Entre las publicaciones que dedicó a su tierra natal destacan Espita (X-ppitah). Historia, geografía, estadística, relicario sentimental (1950); Espita. Bibliografía de maestros muertos (1951); Espita. Historia de la educación pública (1953); Espita. Apuntes biográficos del Dr. Fabián Vallado Escalante (1957); y Espita. Sus “boladas” (1960) (4). En 1962 publicó su novela de carácter social Redención, ambientada en esta villa.
Varias de sus comedias escolares fueron premiadas en los concursos organizados por la SEP. Tal es el caso de ¿Soy libre?, La huelga y Venganza indígena. También destacan Doña Gramática y sus hijos, Travesura de números, Concurso de animales, El nuevo rico, La leyenda de la casa del enano, Hada del río, La familia geométrica, Día del Maestro, Águila que cae, La independencia, Leona Vicario, El borracho ha muerto, La caperucita roja, Camino de perdición, Hilanderos y tejedores, El ahorro, Las Américas unidas, unidas vencerán, Por la grandeza de México, El príncipe ciego y Los Quince de Espita.
Como escritor desarrolló diversos géneros literarios encauzados a la educación de la sociedad mexicana: La primavera, zarzuela escolar con música del Prof. Tomás Ponce Reyes; Luz y sombra, la paz y la guerra, diálogo escolar; El amor más grande, Feliz quien tiene madre (varias ediciones), drama escolar; El ocaso; monólogo: El pequeño labrador, zarzuela para niños con música del Prof. Vicente Uvalle; Farándula escolar, recopilación de comedias escolares, precedida de la historia del teatro, su importancia y reglas de dramatización; Los apuros de un periodista, El Diablo se casa, ¡Ah, que líos!, Uno que fue por lana…, ¡Péguenle y verán!, Celos, Don Mauricio, Audición para el K.A.T.A., El avaro, Lección para mujeres, Telón adentro, Juvencio, El maistro Ugenio, Venganza de un muerto, comedia para adultos y La mancha, zarzuela con música del niño Raúl H. Patrón, posiblemente su hijo.
Perteneciente a la Sociedad Espiteña Progreso y Recreo, el profesor Prudencio participó con ahínco para el beneficio de este grupo. Así, en 1959 y 1960 publicó dos volúmenes Espita. La Sociedad Progreso y Recreo en 88 años de existencia, los cuales abarcaron la vida de la sociedad de 1870 a 1908; el profesor mencionó que escribiría los siguientes volúmenes, pero se desconoce si realizó tal proyecto.
Don Chencho, como le decían sus amigos al profesor, contrajo matrimonio con Yolanda Ramírez, su segunda esposa. En esa época continuó impartiendo clases en la villa. Como político, fue miembro activo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y en 1953 fue electo como alcalde de Espita, cargo que desempeñó hasta 1955.
En 1967 publicó la novela corta Ella, una mujer cualquiera de un pueblo cualquiera. Nuevamente viudo, se casó con Wilma Montero Díaz, su tercera esposa. En ese entonces construyó un lugar de hospedaje el Hotel Espita siendo el primero en su tipo en la población. Donó a la Sociedad Progreso y Recreo parte de su biblioteca personal y concedió otra parte a la Secundaria Dr. Fabián Vallado Escalante de Espita de la cual fue uno de los fundadores y directivo. En sus últimos años fue director del área de Escuelas Primarias de Yucatán. El profesor Prudencio Patrón Peniche falleció a los 79 años, el 8 de septiembre de 1971, en la villa a la que tanto quiso y de la que tanto escribió.
Años después, el alcalde de Espita, Prof. Renán Peniche Pérez, a nombre de los habitantes de la villa, levantó una columna dedicada a la memoria de tan ameritado maestro. Asimismo, algunas escuelas de educación pública llevan su nombre. El 15 de mayo de 1992 fue reconocido como Maestro Distinguido, siendo colocada una placa alusiva en la Plaza del Maestro de la Unidad Habitacional Cordemex de Mérida.
Una vida fructífera, llena de amor y respeto hacia su tierra natal y a la educación, distinguirá por siempre al maestro Prudencio, tal como lo demuestra la siguiente obra literaria de su autoría (5):
Himno a Espita.
El título de espiteño
es un título de honor
es emblema de hombre libre
honrado y trabajador.
Proclama a los cuatro vientos
proclama con frenesí;
soy espiteño, señores;
yo soy espiteño. ¡Sí!
El hombre de verdad en Espita
es hombre de corazón;
cultiva su inteligencia
y da paso a la razón.
Quiere a México, su patria
y también a Yucatán,
con todo amor y muy grande
con claro y sincero afán.
Cultiva tenaz los campos,
hace vivir el taller,
y en todo instante se escucha
de su trabajo el taller.
Y así vive el espiteño
haciendo Patria mejor,
y laborando su terruño,
un renombre de esplendor.
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(1) Pérez Galaz, Juan de Dios. “Espita: municipio progresista: (Agua que salta)”. En Diario del Sureste, 18 de septiembre de 1987.
(2) La Sociedad Progreso y Recreo de la Villa de Espita fue fundada el 16 de septiembre de 1870 por un grupo de espiteños entre los que se encontraban el coronel Eliodoro Rosado Sosa, Manuel Triay Peniche, Eustaquio Peniche y el Dr. Fabián Vallado Escalante. El objetivo de la sociedad era promover el sano esparcimiento de la comunidad y difundir la cultura y las artes (obras de teatro, grupos musicales, retretas, tardes literarias, etcétera).
(3) Fue editado por primera vez el 16 de septiembre de 1887 y continuó hasta el 15 de diciembre de 1889. A partir de 1909 fueron editados en Espita El Humorístico, de carácter festivo; el periódico político El Derecho (1912), la revista literaria Arpa y Eoria, El Heraldo del profesor Prudencio Patrón Peniche, El mosquito, la revista Lac Kin (órgano de la Logia Narciso Campos Sabido) y el periódico La Voz del Oriente.
(4) Otras obras de este tipo son: Espita. Su decadencia económica; Espita. Influencia de D. Manuel Triay Rosado en la cultura literaria de su época (1952); Biografía del ameritado maestro Don Juan José Domínguez (1953); Espita. Historia del teatro (1954); Espita. Problemas demográficos (1955); Espita. Población y linajes (1958); Espita. Su historia desde la época más remota; Espita. Homenaje al Profr. Don José C. Peniche Fajardo en el centenario de su natalicio (1959); y Espita. Mi ofrenda lírica (versos, 1960)
(5) Pérez Galaz, Juan de Dios. Op. cit.
Marion Guadalupe Garrido May
Continuará la próxima semana…