¿Quieres un México sin violencia?
(Basado en texto de Beto Castillo, Presidente de El Muro A.C.)
“La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir;
nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”.
Jean Jacques Rousseau
Una corrida de toros es «una fiesta que consiste en lidiar cierto número de toros en una plaza cerrada.» Por su parte, lidiar es «luchar contra el toro hasta darle muerte.» La tauromaquia es definida como «la ciencia del toreo.» Toda ciencia, incluso ésta, se estructura como un conjunto de reglas, observaciones y maneras en que la corrida y la lidia de toros debe realizarse para cumplir su objetivo final: la muerte del animal.
Muchos pensamos que las corridas de toros son una práctica inhumana que no tiene cabida en nuestra sociedad. Este artículo tiene algunos argumentos para contestar, punto por punto, a los fanáticos de las corridas de toros que siguen apoyando esta crueldad innecesaria.
El arte es un proceso de creación y construcción que da vida, no la quita. Como interpretación de una representación mental, algunos autores han definido al torero como seductor, en tanto niega lo absurdo y trágico de la muerte humana, trascendiendo y humillando la animalidad del toro. Para Hilda Salmerón, el toro le recuerda al hombre la angustia por lo limitado de su naturaleza animal, y se proyecta en una superioridad simulada, ideando instrumentos de tortura y lidiando al toro con ellas a través de las diferentes suertes o lances de la corrida. Con ello, el torero representa la trascendencia a su propia condición mortal, a su propia condición animal. Sin embargo, lo que sucede no es el enfrentamiento de toro con torero, sino un animal contra el arsenal del torero. Éste destruye y aniquila, en búsqueda de la ansiada «inmortalidad» que consigue efímeramente bajo el disfraz de la fama, de salir por la puerta grande y de premiar al diestro con las orejas y/o la cola de un pobre animal que ha sido el fantoche en la farsa. Este arte no construye ni da valor. Antes bien, destruye todo lo enaltecedor del arte para la vida humana.
El toro es un animal herbívoro. Gran parte de su vida consiste en buscar pastos para alimentarse, y no es bravo sino en las luchas territoriales, en la lucha por la reproducción, y/o en situaciones de peligro.
Exponer a un menor a este tipo de espectáculos redundará en un daño psicológico, además de que estamos atentando contra los derechos más elementales de la niñez: tener una vida sana tanto física como psicológica. Pedimos que se dispongan acciones y medidas a nivel nacional que eviten que las niñas y niños, hasta los 12 años, presencien las corridas de toros que se realizan en plazas y ferias y que terminan con la muerte del animal.
Si una corrida de toros es un terrible espectáculo de sangre y brutalidad hacia los animales, poner como matadores a los niños me parece la mayor de las atrocidades posibles: arriesgando su vida por un puñado de monedas, educándose como supuestos artistas cuando tan sólo son aprendices de torturadores.
¿Puede alguien defender esta salvajada? ¿Te parece bien que los niños sean toreros, les jaleemos desde el tendido viéndoles cómo se manchan las manos con la sangre de un animal tan noble? Desgraciadamente, el mundo del toreo mueve mucho dinero y no sabe de éticas.
¿QUIERES UN MÉXICO SIN VIOLENCIA?
Empecemos por no asistir a lugares donde la gente se divierte a costa del sufrimiento de un ser vivo y de la violencia que se ejerce en contra de él. Pero, además, ¿te has puesto a pensar que en una plaza de toros existe la posibilidad REAL de que un humano pierda la vida? Olvidémonos del sufrimiento del animal: al permitir la entrada a niños y menores de edad a estas arcaicas y crueles prácticas los están exponiendo a que puedan presenciar la muerte de un ser humano.
¿Por qué hay restricción para el acceso a menores de edad en un casino por ejemplo? ¿Qué es lo que es tan peligroso en esos lugares que no los dejan pasar, pero sí pueden entrar sin problema alguno a estos lugares donde puede morir un ser humano cada vez que se celebra su «fiesta brava»?
Por supuesto, me parece reprobable la tauromaquia por donde la vea. Si los adultos deciden ir, muy su rollo (aunque ojalá muy pronto se terminen para siempre) pero, independientemente de mis o sus gustos, NO DEBEMOS EXPONER A LOS NIÑOS Y MENORES DE EDAD A ESTE TIPO DE PRÁCTICAS CRUELES Y SANGUINARIAS.
Hoy en día hay muchísimas maneras de divertirse sin necesidad de torturar o matar a ningún ser vivo. En serio señores taurinos, ¿quieren un México sin violencia? Empiecen por cambiar sus hábitos de entretenimiento y el primer paso es PROHIBIR LA ENTRADA A NIÑOS Y MENORES DE EDAD A ESTOS CENTROS DE SADISMO Y MUERTE disfrazados de una cultura (que ni es nuestra), de una fiesta (donde hay muerte), de un arte que destruye (cuando el arte en todas sus manifestaciones crea y construye, no como sucede en esta porquería de práctica), y de pose social de gente que en su mayoría no tiene ni idea de lo que pasa ahí adentro (ni respecto a la crueldad, ni a la tauromaquia) pero que solo están ahí por socializar en un evento asqueroso.
En fin, cada quien sus gustos, pero NO A LOS NIÑOS Y MENORES DE EDAD EN ESTOS LUGARES. Ellos no merecen ser expuestos a esta ni cualquier otra práctica de crueldad.
CAMBIEMOS A ESTA SOCIEDAD DECADENTE y empecemos por nuestros propios hábitos y acciones.
Dra. Carmen Báez
Presidenta de El Muro-Mérida A. C.