VIII
REPRESENTACIÓN Y ORIENTACIÓN ASTRONÓMICA EN LA ARQUITECTURA DE CHICHÉN ITZÁ
Susan Milbrath
Curadora del Museo del Estado de Florida
Traducción: Veronique Breuil
Este artículo trata de unos efectos temporales de la luz del sol, descubiertos recientemente en Chichén Itzá, Yucatán, México. El Templo Inferior de los Jaguares o de Los Tigres está orientado hacia la salida del sol a principios de la temporada de secas en noviembre y sus relieves pueden reflejar la práctica de un culto guerrero en este período del año. Por otra parte, la fachada del Templo Superior de los Jaguares mira hacia la puesta del sol en el momento del cenit solar, lo que coincide con el inicio de período de lluvia en mayo. Entonces, la luz del sol penetra en el templo inferior, iluminando el dintel, las jambas de la puerta y los murales del fondo. Las representaciones de los relieves y murales pueden estar relacionadas con esta orientación astronómica. Se propone aquí que los murales y relieves atestiguan unas observaciones astronómicas hechas cuando Venus, el Sol y las Pléyades se encontraban juntos en el horizonte poniente, alrededor del cenit solar.
Chichén Itzá es, entre los de Mesoamérica, uno de los sitios más importantes para el estudio de las orientaciones astronómicas en la arquitectura. El Caracol, con las aberturas poco comunes de su torre, ha sido reconocido desde hace mucho como un observatorio de los Mayas de Yucatán. En 1975, Anthony Aveni, Sharon Gibbs y Hartung corrigieron algunas orientaciones de las ventanas, propuestas en 1925 por Rickerston, y sugirieron alineaciones adicionales para las escaleras y las plataformas (Aveni 1980: 260-267). Este artículo trata de una orientación hasta ahora desconocida de los Templos Inferior y superior de los Jaguares, del complejo del Juego de Pelota.
LAS ORIENTACIONES DEL CASTILLO. La alineación de la puesta del sol durante el equinoccio es muy impresionante. En esta alineación las sombras del perfil escalonado de la pirámide crean la forma de una serpiente de cascabel con el cuerpo ondulante en la balaustrada del lado Norte (Rivard 1969). La población de Chichén Itzá había notado este singular efecto muchos años antes de que los investigadores descubrieran esta hierofanía del equinoccio (1). Los lugareños interpretaban el juego de sombra como una serpiente de cascabel ondulando hacia debajo de las escaleras (Rivard 1969: 298-299).
En vista de que la serpiente del Castillo toma vida en los equinoccios de marzo y septiembre probablemente está conceptualmente ligada a esos eventos. Los dos equinoccios encierran un período de actividad agrícola muy importante, que empieza con la quema de las milpas alrededor del equinoccio de marzo y termina con el doblado de las mazorcas al principio de la cosecha en septiembre (Milbrath 1981). La serpiente de cascabel del Castillo probablemente representaría esta primera mitad agrícola del año, visto que las cascabeles se acoplan en marzo y son generalmente más activas durante la temporada de lluvias, cuando el clima es más caluroso hace subir su nivel de actividad metabólico. Las cascabeles son generalmente inactivas, comiendo poco, durante el período de cinco a seis meses entre septiembre y marzo (Klauber 1956: 397-398, 692).
El Castillo presenta otras orientaciones que marcan importantes fechas de las diferentes estaciones. Según Coggins (1983. 57), el muro interior de la fachada oriental del Castillo está orientada a la salida del Sol en el solsticio de invierno, mientras que el muro interior de la fachada occidental está orientada a la puesta del Sol en el solsticio de verano, pero en realidad la orientación de 21° (291° azimuth) notada por Aveni (1980: Appendix A) está alineada hacia la puesta del sol en el cenit solar (Fig. 1)
EL CENIT Y EL NADIR SOLARES EN LA ARQUITECTURA DE CHICHEN ITZÁ. El nadir solar puede haber tenido la misma importancia que el cenit en la orientación de los edificios de Chichén Itzá. El nicho de la escalera y la ventana No. 1 de la torre del Caracol están orientados hacia la puesta del sol en el momento del cenit solar (Aveni 1980: Figs. 91-93). El Templo de los Guerreros y la fachada oeste del Castillo tienen la misma orientación: hacia la puesta del sol en el momento del cenit de mayo y de julio, mientras que la fachada este del Castillo a 180 grados de esta dirección hacia la salida del Sol en el momento de los nadires de noviembre y enero (2).
El sol alcanza una verdadera posición cenital o vertical a mediodía únicamente en el trópico. La posición cenital tiene un sentido especial porque el Sol, en el centro, parece más cercano al observador. Los Mayas, con su calendario estructurado y sus redes de comercio a larga distancia, sabían que el Sol estaba en el cenit en diferente momento del año a medida que viajaban hacia el norte o el sur de la Zona Maya. Es posible que cada sitio se distinguiera por su propia ceremonia en el momento en el cual el sol alcanzaba el cenit del lugar.
El nadir solar es el momento en que el sol está directamente abajo a media noche, y la elíptica está vertical como una rueda. El nadir solar puede parecer un evento más difícil de observar que el cenit. Sin embargo, el nadir solar puede ser deducido al observar las estrellas que se mueven al opuesto del sol. Por ejemplo, el cenit de media noche de las Pléyades correspondía durante el Período Postclásico al momento del nadir solar. Sabemos que los Aztecas y los Mayas leían la hora observando a las Pléyades (Sahagún 1950-1982: Libro IV: 143; Tozzer 1941: 133), es probable entonces que conocían esta oposición del Sol de las Pléyades en el momento del nadir solar de noviembre (Milbrath 1980: 292-294).
En el trópico existen dos cenit y dos nadires solares al año, y las cuatro fechas corresponden a períodos importantes del calendario agrícola del norte de Yucatán. El primer cenit solar coincide con el principio de la temporada de lluvias en mayo, mientras que el segundo corresponde a un período de máximas precipitaciones (Aveni 1980: 66, Tabla 3; Pérez Toro 1942; Milbrath 1981: 270, 282). El nadir solar a fines de noviembre marca el principio de la temporada seca en la latitud de Yucatán y el segundo nadir de enero señala el comienzo de la temporada agrícola, cuando se limpian las milpas antes de la quema de marzo (Milbrath 1981: 279).
EL CENIT Y NADIR EN LANDA. El calendario ritual postclásico de Landa (Tozzer 1941: 151-166) parece hacer alusiones a las observaciones de las fechas de los cenit y nadires solares en el norte de Yucatán. El segundo cenit solar a fines de julio (26 de julio en 19° 30’ de latitud Norte) coincide con el principio del calendario yucateco en el mes Pop es decir el 26 de julio a 14 de agosto del calendario gregoriano (Milbrath 1981: 280) (3). En las latitudes más septentrionales de Yucatán el segundo cenit solar cae en el período importante para los ajustes del calendario. En realidad, las culturas yucatecas ubicadas en el Norte de la latitud de Becán (190° 30’) parecen haber compartido numerosos rasgos culturales y todos tenían probablemente un calendario semejante. Informantes yucatecos del siglo XIX afirmaron específicamente que el cenit solar marcaba el comienzo de Haab, año de 365 días (Aveni 1980: 42-43). Quizás de esta manera se ajustaba el Haab para quedar sincronizado con el año sinódico de 365.25 días.
Las informaciones de Landa sugieren que los días nadires solares marcaban períodos importantes del calendario yucateco. En el norte de Yucatán, según la latitud precisa, las fechas del primer nadir solar caen entre el 22 y el 27 de noviembre lo que corresponde al fin de mes Xul, o el primer día del mes siguiente Yaxkin (del 23 de noviembre al 12 de diciembre del calendario gregoriano). Xul significa “fin” y Yaxkin “sol nuevo”, es decir, un fin seguido por el principio de un nuevo período solar. Gates (1978: 74-75) apunta que durante el mes de Xul se prendía un fuego nuevo y se realizaban ceremonias del año nuevo a las de Pop. Esto implica que ajustes calendáricos se efectuaban paralelamente en el transcurso del Xul y que el mes siguiente, Yaxkin, estaba dedicado a la renovación y al comienzo de un período calendárico. El primer nadir solar anunciaba también el solsticio de invierno del mes siguiente. Los dos nadires encierran el solsticio de invierno lo que corresponde al mes de Mol (13 de diciembre a 1 de enero) del calendario prehispánico. El segundo nadir corresponde al fin del mes de Chen (2-21 de enero) o principios de Yax (22 de enero – 10 de febrero). Yax contiene la palabra nuevo, igual que Yaxkin, según Landa, empezaba una nueva cuenta calendárica (Tozzer 1941: 161-162), lo que sugiere que Yaxkin y Yax estaban relacionados al comienzo de períodos calendáricos específicos quizás ligados a los dos nadires solares (Milbrath 1981: 278-280).
(1) Feliciano Salazar López guardián del sitio, menciona que su padre observó la serpiente del equinoccio muchos años antes de la publicación de los estudios de Jacques Rivard y Luis Arochi.
(2) En este momento, la declinación del sol al sur de Ecuador es exactamente igual a la latitud del sitio justo como durante el cenit solar, la declinación al norte del ecuador es igual a la latitud de sitios particulares ubicados al norte de ecuador. Por ejemplo, el nadir debe caer el 26 de noviembre y 18 de enero en Chichén Itzá, ubicado a 20°40’ de latitud Norte, porque el sol tiene esta declinación al sur del Ecuador en estas fechas (eso se puede determinar consultando cualquier edición del American Ephemeris and Nautical Almanac).
(3) Para pasar del calendario postclásico al calendario gregoriano, es necesario añadir diez días a las fechas dadas por Landa.
Continuará la próxima semana…