Entre Corcheas
In Memoriam
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Conocí a Angelita Castany en la ciudad de Mérida, cuando la trajo Daniel “Chino” Herrera para el Teatro “Fantasio”, a la mitad del año cincuenta del siglo pasado, para su temporada de teatro regional y revista, para solaz de los meridanos y visitantes. Ir al teatro es parte de la vida cultural de nuestra etnia maya, hasta antes de la pandemia que nos mantiene en casa por seguridad sanitaria.
Mi memoria viaja y veo a la joven cantante, actriz y vedette alegrando los cuadros musicales que completaban las puestas en escena de ese grupo profesional de hermanos actores Herrera –Daniel “El Chino”, cabeza del elenco, Mario “Sakuja” y Fernando “Cheto Chulim” –, el propietario del teatro Alfredo Espinoza; Fernando Abreu, administrador; Fernando Mediz, dramaturgo, y Raubens A. Medel, un español profesional de la dirección teatral y actoral que ayudó a nuestro espectáculo regional a adquirir mayor calidad y que fue la persona que sugirió a Angelita Castany para reforzar los cuadros intermedios de variedad. El grupo de danza lo componían Gilda Flores, Ligia Cocom, Alma Cerón, Isabel Solís, junto con Perla Aguilar y Violeta Lara Payán –las cuatro primeras egresadas como maestras de danza clásica de Bellas Artes–, bajo la dirección y coreografías de la maestra Socorro Cerón, de gran prestigio como maestra de danza. Angelita Castany era la cereza del pastel por su juventud, alegría y talento que le llevó a triunfar en México, tanto en radio, teatro, cine y televisión mexicana. Puedo decir que, como Marión Inclán, otra grande de la música nacida en el Caribe cubano, no debe faltar en el libro del musicólogo y Doctor en música José Loyola Fernández pues con estos datos se continúa certificando la unión de dos países unidos por la Educación, Cultura, Artes e Historia, Cuba y el México peninsular del Mayab.
La ilustración del encabezado del artículo me la envió su pianista preferido en los Estados Unidos, el musicólogo cubano José Ruiz Elcoro –también lo fue de Rosita Fornés–, gran amigo de ambas divas del espectáculo teatral hasta sus últimos días.
Nuestro colaborador en el Diario del Sureste, José Ruiz Elcoro, me escribió lo siguiente: “La foto que te adjunto de Angelita Castany nos fue tomada en el Miami Dade County Auditorium, la última vez que visitó Miami. Creo hace dos años. Murió este martes 29 de septiembre en México a los 86 años de edad y sé que la conociste. Muy amable, decentísima, agradable. La traté durante los ensayos del Festival Lecuona todas las veces que trabajamos en el mismo evento.”
Angelita, como yo, somos de la misma generación, pues soy un año menor que ella. Mi trabajo en los teatros Yucatán y Fantasio en Mérida me permitió conocer desde mi adolescencia a múltiples artistas de gran calidad en tierras del Mayab.
Castany inició su carrera en la actuación y la danza en su juventud y decidió trasladarse a México en agosto de 1960 para participar en el espectáculo “Pachanga Chá” del empresario Pepe León. Acto seguido empezó a desempeñar papeles menores en películas como “La barranca sangrienta” y “La venganza del resucitado”, ambas de 1962. En 1968 obtuvo reconocimiento en el país mexicano al aparecer junto a Mario Moreno Cantinflas en el filme de Miguel M. Delgado “Por mis pistolas” y un año después en el largometraje “El matrimonio es como el demonio” de René Cardona Jr.
En la década de 1970 apareció en películas como “Espérame en Siberia, vida mía” y “El futbolista fenómeno”, con el cómico Adalberto Martínez “Resortes” además de registrar participaciones en series de televisión como “Sábado loco, loco”. En los años 1980 y 1990 se le pudo ver principalmente en producciones para televisión entre las que destacan “Infamia” y “Valentina”.
Angelita Castany estuvo casada con el popular actor de comedia Xavier López “Chabelo”, y posteriormente se casó con el empresario italiano César Portaluppi, quien falleció en 2011. En septiembre del 2020, luego de estar internada durante varios días en una clínica por problemas respiratorios, Angelita ya se encuentra en un nuevo plan astral, dejando el recuerdo grato de su trabajo profesional como cantante y actriz grabada en el sentimiento de quienes la pudimos tratar en su lejana juventud.
Desde la mañana de septiembre 22, varios programas de espectáculos dieron a conocer la noticia; asimismo, se filtró que posiblemente la muerte de Castany pudo haber sido consecuencia del Covid-19, aunque esta información aún no ha sido confirmada de manera oficial.
Angelita también filmó en 1952 la película “Honor y Gloria” que fue un homenaje a Roberto Ortiz, gran pelotero cubano que de Cuba vino a Mérida a la Liga Peninsular, y de aquí pasó a las Ligas Mayores, a quien tuve la dicha de ver jugar en el Estadio Salvador Alvarado en dos temporadas del beisbol yucateco, cuando se reforzó con peloteros cubanos como Ramón Bragaña, Julio Pérez Azcuí, Charolito Orta y Bibí Crespo, entre otros.
Si quiere el escritor cubano y musicólogo, gran aficionado a la pelota, José Loyola, podemos hacer otro libro sobre el acercamiento del Caribe en el Beisbol profesional de la Liga Peninsular en el estadio Salvador Alvarado.
Fuentes