La ruta Mérida – Campeche
César Ramón González Rosado
El 14 de enero de 1893 se abrió el tráfico de Campeche a Hecelchakán. Fue hasta el 7 de junio de 1898 que entró a Campeche el primer tren especial que salió de Mérida.
La aparatosa inauguración oficial de la línea se efectuó el 28 de julio de 1898: de la capital de Yucatán salió un tren con la locomotora “Mérida”, y de la capital del vecino estado salió otro con la locomotora “Campeche”, los dos a las seis de la mañana, deteniéndose ambos poco después de las diez horas en el kilómetro 82, en donde se reunieron las comitivas de las dos entidades, encabezadas por sus gobernadores General Francisco Cantón y D. Juan Montalvo
Para conmemorar tan importante acontecimiento se repartieron a los invitados unas medallas conmemorativas con la siguiente inscripción:
Anverso: “Inauguración del Ferrocarril Peninsular Yucatán Campeche. Julio de 1898
Reverso: “Apadrinó el acto el Sr. Presidente de la República D. Porfirio Díaz, representado por el Secretario de Estado, Lic. Joaquín Baranda”
Hemos referido que la ruta comprendía las estaciones de Umán, Kopomá, Chocholá, Paradero San Bernardo, Maxcanú, Granada y Halachó, tramo que correspondió a Yucatán.
Y a Campeche a partir del puerto, Hampolol, Tenabo, Pomuch, Hecelchacán, Pocboc, Dzibalché, Kalkiní y Bekal, hasta el kilómetro 82, en donde se encontraron ambos tramos.
Permíteme, amable lector, hacer una breve referencia a Calkiní, lugar en el que en tiempos de la Conquista se libraron importantes batallas de resistencia de las huestes mayas de Tzab Canul, Halach Uinik del cacicazgo de los Ah Canul, en contra de los soldados de Francisco de Montejo.
En la actualidad es una bella y próspera comunidad en donde se encontraron los primeros trenes de la ruta Mérida Campeche. Fue aquí precisamente y a principios de la década de los cuarenta del siglo pasado, tiempo que se me hace no lejano pues parece que fue ayer, cuando conocí el primer tren, historia personal ya referida en publicaciones mías anteriores.
Una moderna estación de pasajeros para escala del TREN MAYA se construye ahora en la Villa de Calkiní y se proyecta un corredor para conocer los lugares de interés turístico cercanos.
No ha sido posible encontrar fotografías de todas las antiguas estaciones. Tal es el caso de Hecelchakán. Una nota periodística nos informa al respecto:
Nota del periódico Tribuna de Campeche sobre la antigua estación del ferrocarril en Hecelchacán
“En ruinas exestación de trenes en Hecelchakán”
HECELCHAKÁN.— En total abandono se encuentra la exestación de trenes de esta cabecera municipal, pues sus techos y paredes están sumamente deteriorados, al tiempo que la maleza y basura se acumulan en sus alrededores.
Pablo Chan Poot, Baltazar Pech Ríos, Miguel Chi Euán, Roberto Poot Haas y Manuel Sandoval Serrano, entre otros vecinos del lugar, señalaron que hace más de 15 se intentó rescatar el inmueble, por lo que se pintaron sus paredes, pero luego quedó de nueva cuenta en el olvido.
Recordaron que varias décadas atrás, el ferrocarril fue el primer medio de transporte colectivo que conectaba con Calkiní y la capital del Estado, igual que con Maxcanú Halachó, Umán y Mérida, Yucatán.
Pero luego de esas épocas de gloria, ahora el edificio está en ruinas y convertido en guarida de malvivientes, cuando podría ser rescatado para destinarlo a actividades culturales.”
En varias ocasiones estuve en Hecelchakán. Existía en este pueblo un internado para estudiantes hijos de trabajadores en donde se estudiaba desde la primaria, secundaria, y hasta una escuela normal de profesores. Un plantel que se creó cuando el gobierno del General Lázaro Cárdenas del Río.
La vez primera fue toda una aventura. Mi hermano Armando estudiaba la secundaria y a Pisita se le ocurrió ir a visitar a mi hermano. Abordamos el tren en Calkiní. Después de poco tiempo llegamos, o eso creyó Pisita. No era Hecelchakán, era el paradero de Pocboc, distante unos 4 o 5 kilómetros. Nos habíamos bajado del tren antes de llegar realmente. Y, otra ocurrencia, caminamos sobre la vía del tren bajo el Sol canicular del mediodía la distancia mencionada. Llegamos cansados y sedientos después de una hora de camino a Hecelchakán.
Armando ya no estaba en la estación esperando. Alguien le informó que nos bajamos en Pocboc por equivocación y, presuroso, rentó una carreta tirada por una mula y fue por nosotros por el Camino Real, sin pavimentar entonces. Claro, no nos encontró. Otra persona le dijo sobre de nuestro paradero. Regresó y al fin nos reunimos felizmente.
Años más tarde, volví a Hecelchakán como representante de la Federación Estudiantil Yucateca -FEY- para “coronar a su reina” en un baile de Gala. También el viaje fue muy accidentado en una camioneta Pick- Up, con techo y acondicionada para tal fin. No había carretera, el Camino Real era lodoso, cuando las lluvias, o con mucho polvo en la época de secas.
¿De la estación? Con la misma configuración que las ya descritas, aunque por los menos parece ser que existe algún vestigio de ella que ojalá la autoridad rescate como sugieren en la nota periodística.
Observamos con beneplácito ejemplos de cómo pueden ser utilizadas esas viejas estaciones históricas en beneficio de la comunidad, aprovechando el sitio y, lo que de útil quede, adaptándolas para las nuevas necesidades.
Referencia al Ferrocarril en Tenabo y su estación.
“En septiembre de 1880 se iniciaron los trámites entre el Gobierno del Estado de Campeche y la Secretaría de Fomento para la construcción del ferrocarril que uniría a la ciudad de Campeche y Calkiní. A mediados de 1882 se programó el primer riel en Tenabo cuando empezó a construirse la línea hacia Calkiní y a fines de 1883 funcionaba ya una parte de la vía, permitiendo el tráfico provisional entre Tenabo y Pomuch en un servicio por tracción animal.
Para 1898 se inicia formalmente el tráfico entre las ciudades de Mérida y Campeche con la compañía de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán y en el kilómetro 133 la Estación de Tenabo” (Wikipedia)
Bibliografía
-Enciclopedia Yucatanense. Tomo lll. Historia de las comunicaciones. Lic. Gabriel Ferrer de Mendiolea.
-Periódico Tribuna de Campeche.
-Yucatán Ancestral.
-Wikipedia
Muy interesante!
Qué bien está ilustrado. Muy completo el artículo. Me gustó mucho.
Usted tenía algún parentesco con el Gobernador de Yucatán de ese entonces? También su apellido materno era Rosado: General Francisco Cantón Rosado
Qué risa sus aventuras
Bueno, no tanto…
Qué terrible eso de andar caminado una hora por las vías a rayo de sol y ya me imagino la angustia de su hermano.
Qué edad tenía Usted? Era un niño pequeño?
Gracias Carolina respondo tu pregunta:
El General Francisco Cantón Rosado, político y militar de la segunda mitad del siglo XIX no es mi pariente. Yo soy de los Rosado de Espita, el general fue oriundo de Valladolid, de los Rosado de esa ciudad.
Su historia es de contradicciones: Sirvió al imperio de Maximiliano.
Cuando la restauración de la República cayó en desgracia, aunque poco después logró congraciarse con Porfirio Díaz quien lo puso de nueva cuenta en circulación política y así, después de muchas peripecias políticas y militares llegó a la gubernatura de Yucatán.
Todos sus ahorros los invirtió en la construcción de una suntuosa residencia para habitar, la que hoy se conoce como el Palacio Cantón en el Paso de Montejo. No murió pobre, algo le quedó para vivir tranquila su vejez.
Muy interesante!
«No murió pobre» Jajajajaja…. nada más le quedó el Palacio Cantón, tan hermoso! Interesante saber quién era el dueño. Tengo buenos recuerdos de mi infancia en torno a ese Palacio.
Continúo Carolina mi respuesta:
Si. la narrativa es parte de esos tiempos pasados de la niñez, que a mi no me parecen lejanos.
Gracias, Don César Ramón. Estaré pendiente de las otras entregas
FELICIDADES POR TAN HERMOSOS RELATOS,NOS DEVUELVEN LOS BELLOS RECUERDOS QUE LA CELOSA MEMORIA SE VA LLEVANDO.
Saludos desde Dzitas,Yuc.