La Libreta siempre tiene la razón. Sin importar las circunstancias, siempre te dirá la verdad y nada más. Muchos han tratado de buscar a propósito algún error en la información que otorga, pero nunca se ha equivocado. Incluso si es cierto que cierta información es prácticamente imposible de confirmar debido a su naturaleza, no cambia el hecho de que la mayor parte puede probarse gracias a los resultados observables.
Es cierto que la Libreta pareciera poseer algo similar a una conciencia, pero eso no quiere decir que tuviera la capacidad de mentir. Es capaz de distinguir a su dueño de cualquier persona que la obtenga de forma ilegítima, en cuyo caso simplemente se negará a dar información. Aparte de eso, su único propósito es revelar secretos y nada más.
El truco es simple: Uno solo debe poner una gota de sangre del sujeto del que se desean conocer sus secretos en una de las muchas páginas en blanco y ¡bum! Está hecho. La gota de sangre desaparece de la página, como si se secara en un instante ante tus ojos, siendo remplazada por un texto en tinta negra con cada uno de los secretos de la persona, ocupando un determinado número de páginas. Mientras más pecados ocultos tenga, más páginas se llenarán.
Lo escrito en las páginas siempre parece centrarse en aquellos secretos que el sujeto dueño de la sangre considera más vergonzosos y reveladores. Esto, por supuesto, causa cierta confusión, porque lo que uno considere para sí mismo vergonzoso, humillante y criminal no necesariamente significa lo mismo para la otra persona.
Obviamente hay “secretos” que son simples mentiras blancas y malos hábitos. Siempre escuchas que la gente que vive cerca de ti puede ocultar los secretos más oscuros, etcétera, pero la verdad es que la mayor parte son bastantes aburridos, nada que no hayas escuchado antes: robos, abuso hogareño, abandono familiar, estafas, resentimiento, engaños y similares.
No me malinterpretes, incluso esta información es útil en cierta manera y aquellos más experimentados utilizando la Libreta saben cómo sacarle provecho incluso a los eventos más triviales. En la escala de actos horribles, estos están apenas en la base.
La verdadera recompensa viene de aquellos secretos de hombres y mujeres que poseen una posición privilegiada de poder. Aquellos que públicamente son conocidos por sus buenas acciones y actos de caridad, cuyos escándalos y polémicas son desechados como rumores sin más, o al menos como una exageración de lo que realmente paso.
Si eres lo suficientemente osado y obtienes una gota de sangre de uno de estos sujetos, prácticamente has puesto una soga en su cuello que puedes tensar cuando necesites algún favor.
Créeme, estas personas harán lo que tú digas con tal de mantener escondidos esos secretos. Debes ser listo y estar consciente de las consecuencias de meterte con gente tan poderosa, por la manera en que pueden responder. De ahí que la Libreta proporcione una ventaja enorme, al abrir una ventana de información que puede darte una idea de la forma en que estas personas podrían actuar y comportarse.
Ha habido ocasiones en que algunos idiotas no fueron lo suficientemente astutos. Les costó sus vidas. Tenemos suerte de que las personas que cometieron estos actos estuvieran más ocupadas borrando evidencias como para darse cuenta de la naturaleza de la Libreta; como consecuencia, casi se pierda en más de una ocasión durante la “quema” o “eliminación” de cualquier rastro.
Pese a lo anterior, la mayoría de los usuarios de la Libreta han logrado sacarle provecho. El anonimato y el uso de intermediarios siempre ayuda mucho en este tipo de cosas, resultando bastante convenientes cuando se salen de control.
Cada dueño anterior tuvo su forma de usar la Libreta. Fueron pocos la que la usaron correctamente y no pocos los que la usaron para su beneficio. Algunas veces no se trataba de dinero, sino tan solo el simple placer de saber algo que no debían era más que suficiente.
Otros usaron la información obtenida para manipular a la persona que más querías, al punto de convertirse en su pareja perfecta. Luego de un tiempo repetían el proceso con alguien más.
Luego están quienes llevaron las cosas mucho más allá de simples chantajes y amenazas, utilizando los miedos secretos de estas personas para volver su vida un infierno.
Solo un puñado usó el conocimiento para ganar guerras. Desde disputas de familias mafiosas hasta confabulaciones de carácter político. Algunos se volvieron informantes, poniéndole un módico precio a sus servicios por obtener datos ocultos de algunas personas de interés: Una exnovia, algún compañero de trabajo que no te agradara, alguien que debía dinero, alguien a quien se le debía dinero, algún actor o actriz que interesara a un acosador; sin olvidar secretos de estado, militares y cuentas secretas que se obtenían de personas de posiciones más altas. Todo se vendía en el mercado de los secretos.
Hasta aquí todo parece fácil y bueno. Tiene sus riesgos pero, como dije antes, si eres listo puedes obtener muchos beneficios.
El verdadero problema viene de aquellos que, como la Libreta, son de una naturaleza inusuales, impredecible.
Primero debo aclarar algo: hubo un tiempo en que la Libreta era del conocimiento de un grupo de personas dispuestas a encerrarla en una caja para siempre. No estoy seguro de cómo se llamaba el grupo, pero eran muy organizados y sus conocimientos en ocultismo y artefactos era sumamente vasto. Yo los conocía como los Anticuarios, en parte por la clase de objetos que ellos coleccionaban, atrapados en varios círculos y sellos mágicos.
Fue nuestro error. En ese entonces se propuso que un círculo selecto de personas usara la Libreta usando un sistema de rotaciones, algo así como una organización creada en torno a la Libreta. Fíjate que no la llamé “sociedad”, “logia” o “culto”, pues esos nombres solo los usa gente que cree que objetos como la Libreta son un “regalo del cielo” o un “milagro” otorgado por alguna deidad.
Nosotros no éramos creyentes de nada. Nuestro uso de la Libreta era para negocios que nos permitieran obtener ganancias monetarias e influencia. Seamos sinceros, con dinero el amor y la venganza se pueden obtener sin necesidad del uso de artefactos mágicos. En fin.
Al final tuvimos suerte de no ser descubiertos. Un integrante se las ingenió para hacer que los Anticuarios atraparan a los miembros que tenían copias falsas de la libreta. Desde entonces, nos hemos asegurado de que la Libreta pasara a los hombres de la familia para así preservar su legado.
Sin embargo, no son los Anticuarios de los que tienes que preocuparte. Hace mucho tiempo que no oigo de ellos de cualquier forma, y ya hubieran encontrado la Libreta si realmente siguieran activos.
Tu mayor preocupación debe ser aquellos que lucen como humanos. ¿De qué estoy hablando? Déjame darte un ejemplo.
El anterior dueño de la Libreta, un rico Empresario, una vez mandó a uno de sus hombres a robar en un hospital que contenía muestras de sangre de un sujeto al que iba a extorsionar. El sujeto que contrató fue descubierto en el acto y tuvo que salir rápido, por lo que tuvo que tomar las muestras y las de muchas otras personas.
Sin más remedio, el empresario probó todas las muestras, una por una, hasta que dio con el sujeto que quería. Durante el proceso descubrió algo: Al colocar una de las muestras de sangre, de un tal Jonathan S, la Libreta no mostró nada en sus páginas. Inicialmente el empresario pensó que la libreta había perdido sus propiedades, luego de probar con otras muestras se dio cuenta de que sí servía. No era la Libreta, era la sangre.
A decir verdad, no pensó mucho en eso. Su mente estaba más ocupada con sus planes de chantaje. No fue sino hasta días después que la sangre reveló los secretos del sujeto. Aunque raro, el efecto había tardado un poco, o eso creyó él.
Curioso, añadió una nueva muestra de sangre a la libreta y leyó. Esta vez no eran los secretos de un hombre, sino los de una ama de casa. El empresario contrató a algunas personas para que investigaran a este señor S, así como a la ama de casa de nombre Mary.
Las cosas se volvieron extrañas. El señor S había muerto la noche anterior de un derrame cerebral, justo antes de que el empresario añadiera la sangre a la Libreta por tercera vez. No había nada irregular en su expediente, salvo lo que se decía de él en su barrio: había cambiado mucho unas semanas antes de su muerte.
La historia de la señora Mary era similar: muchas de las personas que le eran cercanas mencionaron un cambio en su actitud, justamente días después de la muerte del señor S.
El Empresario se preguntó si habría alguna correlación entre ambos eventos y el uso de la Libreta. No es que le pesara lo que había sucedido a las personas, sino que le preocupaba que alguien notara estas conexiones y entonces pudieran llegar a él y la Libreta.
Entonces la señorita Mary murió.
Respondiendo a un presentimiento, el empresario derramó otra gota de sangre y, en efecto, la vida ahora descrita era de alguien más: un tal Emanuel, un joven de 24 años.
No entendía qué estaba pasando. Buscando respuestas, concretó una cita con el sujeto quien, sorprendentemente, no pareció extrañado por eso.
El empresario se reunió con él en una habitación de huéspedes. Antes de que pudiera decir algo, Emanuel habló: “Así que tú eres el que me observa siempre, ¿verdad?”. El empresario no entendió a qué se refería. “Tengo esta sensación de alguien observándome desde que tomé al décimo. Siento cuando tomas cosas de él. Es molesto,” dijo con una voz extraña, no acorde a la apariencia del chico. “Ustedes, hijos de Adán, pueden devorarse los unos a los otros si lo desean, no me importa. Solo déjennos cazar en paz.”
Entonces Emanuel se desplomó. Al mismo tiempo, la limosina del empresario arrancó y se retiró a toda velocidad. El empresario no perdió tiempo: tomó algo de sangre del cuerpo de Emanuel y añadió la sangre a la Libreta. Eran los secretos de su chofer.
El empresario no se tomó la molestia de seguir al chofer. Sabía que esa cosa que había sido Emanuel y ahora era su chofer no iba a responder a amenazas. Fue listo al no hacerlo. Hice mi propia investigación y descubrí que, cuando se hicieron las autopsias de los cuerpos, descubrieron que a sus cerebros les faltaba el lóbulo frontal y la amígdala, que el hueco que presentaban era como si “algo hubiera vivido ahí.”
Esta no fue la única ocasión que esto sucedió.
En una ocasión, el mismo empresario añadió la sangre de un sujeto que veía pasar por el edificio de su empresa todos los días después de estacionar su coche. Ignoramos qué lo impulsó. Tal vez había quedado tan impresionado por lo que le sucedió la última vez, que esta vez quería estar seguro de que todos aquellos que lo rodearan eran humanos.
Obligó a muchos de sus más cercanos asociados a darles muestras de su sangre.
El hecho es que, después de mandar a vigilar al joven, logró obtener un poco de su sangre de una manzana medio comida en su lugar de almuerzo.
Dispuesto a enfrentar este problema de una vez, esperó sentado en una banca a la entrada de su edificio que pasara. Añadió la sangre a la Libreta mientras el trabajador pasaba de largo sin notarlo. Entonces la página mostró sus secretos…y luego los de otra persona, y los de otra, y otra, y otra y siguió así hasta que las letras semejaban garabatos, encimados unos sobre otros.
Vio, inerme, cómo la tinta negra se volvía roja, cubriendo toda la página. En el siguiente instante, justo en el centro, un enorme ojo de gato se abrió, mirándolo directamente a los ojos.
El empresario cerró la libreta horrorizado, al mismo tiempo que el trabajador volteó y se dirigió hacia él, clavando su mirada en sus ojos.
El empresario corrió a la entrada y se escondió en su oficina, alertando a sus guardaespaldas, quienes revisaron el edificio sin encontrar al trabajador.
Es misma noche tuvo un sueño. En él era perseguido por su empleado. No tenía ojos, tenía varios ojos de gato surgiendo de su pecho, así como un extraño cable rojizo conectado detrás de su cuello.
Desde ese momento todo cambió. El empresario se dio cuenta de las cosas que caminan entre nosotros, luciendo el rostro de las personas que vemos todos los días.
La última vez que el empresario fue visto, salió con varios hombres, armado para cazar a un sujeto. Yo estaba ahí ese día. Estuve presente cuando les dijo a sus otros socios que había encontrado a otra de esas “cosas”. Que esta vez él se encargaría de eliminarla.
Honestamente, creo que esto fue más un capricho que un acto de heroísmo. Cuando hombres como él, que siempre han controlado a otros, descubren que hay cosas que ellos no pueden amenazar, ni comprar, se vuelven paranoicos y aparece un miedo que nunca habían sentido en sus vidas: El miedo a lo desconocido.
Nunca más fue visto, ni sus hombres.
En un último intento por encontrarlo, se me pidió que utilizara la Libreta para rastrearlo. Aunque no soy el dueño original, y no comparto un lazo de sangre, mis conocimientos de ocultismo me han permitido usar la Libreta un par de veces.
Para rastrearlo, utilizamos un pequeño truco y la habilidad de la Libreta para los secretos. Es complicado, involucra hacer algo bastante vergonzoso, reteniendo la imagen mental del acto en todo detalle, incluyendo el lugar y momento en que ocurrió. Funciona la mayoría de las veces; en otras, los dueños de la Libreta no sienten vergüenza alguna por lo que hacen.
Tomé una muestra de sangre del empresario del banco de sangre y la añadí a una página de la Libreta. Una sola palabra se registró: “Ayúdame”.
¿Entiendes ahora por qué te digo esto? Como heredero de tu abuelo, su dinero, sus cosas y su empresa, también heredas el derecho de ser el dueño en turno de la Libreta. Su uso –su uso correcto, claro– te proporcionará ventajas que ninguna otra persona en la Tierra tendrá, que harán tu vida más fácil, si así lo quieres.
Al mismo tiempo, mientras más uses la Libreta más aumentará la probabilidad de que te encuentres con uno de ellos.
Los socios están seguros de que podrás manejar esto mejor que el último dueño, el gran empresario que fue tu abuelo.
Quiero creer lo mismo.
HUGO PAT