XIII
POESÍA ERÓTICA I
XIV
La lluvia cae…
Y los árboles se estremecen mecidos por el viento.
La lluvia cae y baña mi espíritu,
Me estimula y me recrudece la necesidad… de ti… de tu amor.
Refresca, languidece y azota de nuevo,
no le importa donde caiga,
y humedece por todas partes,
y la humedad se transmite… y se exuda,
y los poros se abren y se disponen a recibir,
mientras la lluvia penetra,
y recorre,
cambia de ritmo,
cambia de pose,
sube y baja en oleadas,
y sigue bañando los cuerpos.
A veces se detiene, descansa,
permite tomar aliento y permite también la contemplación,
y reanuda su actividad
hasta terminar…
Pero no se satisface,
su deseo únicamente se acrecienta,
hasta que su necesidad le hace caer de nuevo,
y vaciarse hacia su compañera,
para humedecerla,
para fertilizarla,
llenarla por completo y satisfacer sus ansias,
y yacer de nuevo,
hasta que la necesidad renazca,
en un ciclo eterno de comunión,
mientras nos volvemos a prodigar cuerpos y caricias,
mientras nos aguantamos las ganas.
Sergio Alvarado Díaz
Continuará la próxima semana…