Libros
La última vez que escribí una reseña fue hace casi cinco meses, y mucho ha transcurrido desde entonces, incluyendo despedirme temporalmente de mi familia, mudarme a un nuevo país e iniciar un nuevo trabajo, adaptarme a nuevas costumbres, climas extremos, y muchas otras cosas más.
Como muchos que hemos descubierto su poder terapéutico, la lectura me ha acompañado en toda esta estancia, una amiga desinteresada que me recuerda su presencia y se ha convertido en hábito diario desde hace varias décadas.
Creo que he confesado mi admiración literaria por Stephen King en cada reseña que he hecho de sus libros. Ahora que escribo lo que me pareció The Outsider, no puedo menos que saludar y agradecerle al Maestro haberme otorgado una nueva razón para manifestarle mi admiración y reafirmarle que continuaré siendo uno de sus “Lectores Constantes”, como nos ha bautizado.
Con los años, la destreza en el manejo de la palabra se manifiesta con mayor facilidad en Stephen King mientras cuenta sus historias. La naturaleza de muchas de ellas, por otro lado, no ha perdido lo bizarro sino, por el contrario, se vuelven al mismo tiempo más arriesgadas y más creíbles al enmarcarlas y presentarlas en la página.
Hay algo más que debo mencionar, y que es posiblemente derivado de la experiencia de los años y lo que ha vivido: por escabroso que resulte el tema, no se guarda nada y, al mismo tiempo, no sobreabunda en los detalles.
Como ejemplo, usemos la premisa inicial de The Outsider, novela que publicó en 2018: Terry Maitland es un respetado profesor y entrenador del equipo infantil de béisbol, y es arrestado y acusado del grotesco asesinato de un niño –los detalles del asesinato, les decía, nos hacen retorcernos al leerlos, sin convertirse en un monumento gore.
El caso parece muy sencillo para el investigador que hace el arresto: infinidad de testigos confirman la presencia de Terry en el lugar donde desapareció el menor y, lo más comprometedor, las huellas dactilares en el cuerpo y otras evidencias relacionadas con el crimen concuerdan perfectamente con las de Terry.
Terry insiste en que no fue él, y mucha gente –su esposa y sus hijas entre ellas– está convencida de su inocencia, a pesar del peso de las evidencias en su contra. El caso pronto da un giro que pone todo el caso del detective en tela de juicio. Todo lo anterior en las primeras 70 páginas.
Las siguientes casi 500 se encargan de mostrarnos la habilidad del laureado escritor para contar historias y, para beneplácito de los que lo seguimos desde hace mucho, entrelazar personajes de algunas de ellas que ha publicado en el pasado en esta, así como nuevos personajes con rasgos que resaltan su humanidad y otros que, a la luz de lo que leemos y nos enteramos en las noticias, hace tiempo dejaron de ser humanos.
La característica principal que define cuán bueno es un escritor, y una buena historia, es su capacidad de hacernos sentir, de reaccionar conforme leemos, y con los años el Maestro King cada vez lo hace con mayor facilidad.
Así como en el pasado no mezclaba lo sobrenatural con lo costumbrista en sus novelas –por ejemplo, leer La Hora del Vampiro (Salem’s Lot) y luego leer Rita Hayworth and the Shawshank Redemption (que luego se volvió la película Sueños de Fuga, del director Frank Darabont) no permitiría a los poco avezados en Stephen King determinar que provienen de la misma mente–, sus novelas más recientes trascienden las fronteras de lo extraño con lo cotidiano con tal frescura que tal parece que lo tenemos con nosotros, bebiendo una cerveza, sonriéndonos mientras en su mirada aparece esa mezcla de socarronería y locura que a veces asoma en sus escritos.
Es una pena que The Outsider aún no haya sido traducida al español, pero existe una versión de HBO en forma de serie que, al parecer (no cuento con HBO), fue exitosa, y entonces allí pueden disfrutar de esta muy contemporánea y extraña historia de detectives. Sin embargo, si pueden leerla en su idioma original, no dejen de hacerlo.
Aquellos que quieran abrevar de la grandeza que a veces existe en lo fuera de lo común, y quieran conocer de qué calibre son ya las historias que se cocinan en la mente de este maravilloso escritor originario de Maine, lean confiadamente The Outsider, que seguramente no los hará escandalizarse, o temerle a la oscuridad… ¿o sí?
Nos vemos en la próxima reseña, en la cual les platicaré del libro Strange Weather de Joe Hill, hijo del gran Stephen.
S. Alvarado D.