II
Continuación…
La información más conocida que se tiene de la Ermita de Santa Isabel proviene del “Registro Yucateco”, periódico que publicó bajo el rubro de “La Ermita del Buen Viaje”, pág. 115, una referencia anónima sobre una fuente histórica anterior muy vaga, como se deduce de estas palabras “… Habla de ella nuestro historiador de la manera que lo hace casi siempre sin citar fechas ni extenderse en pormenores que son siempre curiosos e interesantes para todos los que desean instruirse hasta de las más pequeñas noticias de la historia de su país; de modo que tendremos que conformarnos con lo poco que él nos refiere.”
Ignoramos de qué historiador se trata.
El frente de la Ermita mira al poniente, limitando al norte con una amplia plazuela; al sur con predios particulares; al oriente con la calle 64A y al poniente con la ya citada calle 66, bastante amplia en este tramo, de modo que permite una buena perspectiva. Puede uno llegar a ella directamente partiendo del ángulo sudeste del parque “Pablo Moreno” o San Sebastián, del que dista solamente dos cuadras cortas
El estilo arquitectónico de la iglesia es pobre, se acerca al primitivo franciscano. Nada tiene de notable ni en cuanto a su construcción ni en cuanto a su riqueza. Su atractivo principal es de otra clase, es sentimental, constituye el alma del barrio de San Sebastián luengos años ha y viene siendo el rincón más señalado en el extenso cuadro de su ubicación urbanística de traza colonial, siempre de interés para los meridanos curiosos por el pasado de su ciudad.
Constaba el predio de ermita, atrio, sacristía, casa cural, cementerio y patio, como se ven en el plano con que ilustramos esta nota, inserto en el Catálogo de Construcciones Religiosas del Estado de Yucatán, formado en 1929-1933 por la Comisión de Inventarios de la Cuarta Zona, dependiente de la Dirección General de Bienes Nacionales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
En el mismo documento encontramos la siguiente descripción oficial:
“El atrio es un terraplén que rodea a la Ermita por los lados poniente y norte, al cual se sube por una simple escalinata situada al lado poniente y fuera de dicho atrio; tiene catorce escalones. Por el lado norte había una escalera más chica, que fue destruida por el Ayuntamiento de la ciudad para construir el pavimento de la calle que limita por ese lado la plazuela. El muro de contención del terraplén sube un poco sobre el atrio formando un pequeño pretil.
La Ermita es de mampostería, de una sola nave, teniendo al fondo el presbiterio, separado por un arco rebajado. Al otro lado de la nave está un pequeño coro de madera con un barandal sencillo de fierro. El altar mayor es de mampostería, con dos escalones de madera, todo ello sin importancia. A los lados de este existen dos puertas de madera, entabladas, de agradable aspecto que comunican con la sacristía. Además de estas, hay otras tres, siendo una de ellas la del frente y las otras dos laterales. Las tres son de tablones de madera, con pequeños chapetones de fierro; toda la cubierta es de viga de madera labrada con pequeñas viguetillas del mismo material, y apoyadas sobre ellas unas bovedillas formadas de argamasa y ligeramente inclinadas hacia los costados de la nave. El piso es de ladrillo francés de época muy posterior a la construcción. Para subir al coro hay una escalera de caracol de piedra que se prolonga hasta la azotea, teniendo en total 34 escalones.
La fachada de la ermita presenta en su frente sencilla espadaña con tres arcos para campanas; de éstas solo existe una pequeña. A los lados de la espadaña hay dos machones huecos, un poco más altos que el techo de la ermita, cubiertos por pequeñas bóvedas. El de la esquina está ocupado por la escalera de caracol, siendo más amplio que el otro. Sobre la puerta principal que remata con una pequeña cornisa está la ventana del coro con sencillo barandal de fierro. Los muros laterales son completamente lisos y sin aplanar, solo el muro del frente tiene una pequeña parte. La pintura anterior de los muros es de cal y de aceite la de las vigas. Detrás de la nave de la ermita está la sacristía que comunica con ésta y con la casa cural con un pasillo.
La casa cural consta de 5 piezas, siendo una de ellas el pasillo y una pieza adosada al muro sur de la iglesia y junto a la capilla del cementerio. Los muros de esa construcción son de mampostería y tiene techos de vigas de madera (rollizos) y entortados; los pisos, salvo una pieza, que es de mosaico, son de cemento. Al frente de la casa y sobre el atrio, hay un corredor con arcadas techado como las demás piezas y con piso de mosaico. Existe otro corredor al fondo y sobre el atrio, techado con madera y lámina de zinc acanalada. Su piso es de tablas y debajo de él hay una pieza a nivel del atrio que sirve para bodega. Los muros de esta casa están aplanados y acanalados. En el costado sur de la ermita, limitada al poniente por el atrio y al oriente por el patio, está el antiguo cementerio con una capilla en ruinas, techada y sin piso y, sus muros han perdido en parte el aplanado que los cubría. Sobre la pared del frente de esta capilla está un pequeño campanario.
El patio que ocupa una gran extensión de terreno, pues tiene una superficie de 3,110.03 metros cuadrados, está situado al oriente y sur de la construcción probablemente fue la huerta de la ermita, siendo más bien un corral. En él hay una veleta que saca agua del pozo para el servicio de la casa.
El estado de conservación del templo es regular y el de la casa cural es malo, habiéndose hecho últimamente algunas reparaciones en los techos. En lo general, hay un estado de abandono en el templo.
Humberto Lara y Lara
Continuará la próxima semana…