El mal llamado Síndrome de Down es muy poco común en los animales; se trata de una anomalía cromosómica que le hace tener un aspecto diferente y un carácter muy peculiar.
Son gatos con un cromosoma de más, algo que en seres humanos causa síndrome de Down. Los gatos tienen 38 cromosomas, agrupados en pares de 19, por lo tanto, al tener una distribución genética diferente no presentan el mismo tipo de alteraciones. Aunque en muchos casos se describe a estos animales como si tuvieran este trastorno, técnicamente no es así.
El Síndrome de Down se da cuando una persona tiene una copia extra del cromosoma 21, tres en vez de las dos habituales. Cada especie tiene pares diferentes de cromosomas, por lo que se pueden dar trisomías que causen dificultades cognitivas y anomalías físicas, pero no se podría hablar de síndrome de Down. La estructura de los cromosomas en los felinos es demasiado diferente como para presentar mutaciones condicionadas por el síndrome de Down.
Hay que reconocer que no es una de las enfermedades más comunes de los gatos, aunque es probable encontrar algunos casos aislados en cualquier rincón del planeta.
“En la especie animal podrían existir trisomías en otros cromosomas, y la afectación provocaría problemas en la quijada, la cual se vería más corta, lo que deformaría la cara del animal, o generar paladar hendido o una cadera deforme e incluso no poder tener hijos,” detalla el especialista de la UNAM, Carlos Gustavo Vázquez.
La única especie que podría desarrollar síndrome de Down (además de los humanos) son los primates.
Suelen tener una cabeza más pequeña que la media y los ojos bizcos y muy separados entre sí. Al margen de estas características físicas, habitualmente presentan un comportamiento más inmaduro que otros gatos adultos, pero nada más.
Según cuentan los dueños de algunos gatos que padecen esta anomalía genética, suelen ser mascotas muy cariñosas, juguetonas, y poseen algunas facciones físicas muy características, como las orejas más apuntadas, el hocico más achatado o los ojos ligeramente más achinados que los de un gato normal.
Los animales con alteraciones cromosómicas pueden llegar a ser superestrellas en redes sociales. Y es que son tiernos hasta niveles absurdos. En Instagram han proliferado perfiles de gatos con este tipo de alteraciones.
De hecho, en los años 2000 Kenny saltó a la fama, un tigre blanco que fue rescatado en Arkansas de un criador privado que se quería deshacer de él porque no era lo suficientemente guapo para vender, eso es porque en aquella época todavía no existía Instagram; si hubiera existido, tendría millones y millones de seguidores.
Un buen ejemplo es el de Maya, una gatita cuya peculiar apariencia ha servido para que su dueña lance un libro.
Los gatos con síndrome de Down nos recuerdan la inocencia que poseen los niños y personas con esta condición. Por eso debemos demostrar respeto y el compromiso con nuestro gatito al facilitarle la atención medica que requiera porque, si bien ya establecimos que no pueden tener la condición, la similitud física nos acerca a la sensibilización.
Dra. Carmen Báez Ruiz
drabaez1@hotmail.es