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Abducción – Capítulo IX

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La estancia quedó en silencio sepulcral. Las imágenes en la pantalla desaparecieron. La pared quedó en color blanco mate. Parecía que en el ambiente flotaba un aire seco, sin olor ni sabor, o quizá sólo reinaba expectación.

Dam permanecía rígido en su asiento, con las piernas cruzadas, las manos sobre el reposabrazos, y la mirada perdida, pero aún pendiente de la pared que se utilizó como pantalla.

El Dr. Otto, con semblante tranquilo, inició la silente comunicación: “Dam, lo que la Dra. Clelia expuso acompañándose con imágenes no es más que un hecho que pudo ocurrir u ocurrió: viajeros involuntarios que, cuando desarrollaban con normalidad su vida en una época, se trasladaron por azares del destino a otro tiempo, nuevo y desconocido para ellos, en un viaje rápido y fortuito de ciento treinta y nueve años terrestres, se enfrentaron a un mundo científico y técnicamente modificado; el mismo mundo, pero ya no como ellos lo vivían sino como lo vive ahora su descendencia.”

“El cambio de una era a otra pudo ser inesperado, pero el desarrollo no. Este avance social fue producto del trabajo y dedicación de muchos seres pensantes que, sin sentirlo, contribuyeron oportunamente a los avances modernizadores en todos los campos de la vida.”

Dam se movió inquieto e interrumpió a su interlocutor: “¿A qué viene la exhibición de esa vieja y mala película? ¿Cuál es objeto de las explicaciones de la Dra. Clelia? Ya estoy enterado de todos esos argumentos, y la vida, en el desempeño de mis actividades, se desarrolla en un ámbito de tecnología cibernética. Estoy empapado de lo que ustedes llamaron novedades de la ciencia y la tecnología.”

“Para tu tiempo, es cierto lo que ahora nos replicas” – intervino sonriente la Dra. Clelia. “Para que comprendas los cambios de un futuro optimista, quisimos establecer un parangón entre lo que les aconteció a Juan y Dulce María cuando, sin querer, vivieron intensamente un futuro, y lo que te sucede ahora, Dam: sorpresa e incredulidad ante lo que estás comenzando a conocer a través de nosotros.”

“Solicitamos que clarifiques tu mente y, sin apasionamiento, cotejes los cambios culturales y técnicos que la pareja de jóvenes encontró ciento treinta y nueve años después de su tiempo.

“Generalizaremos la exposición de acontecimientos sin mantener una rígida secuencia ni profundidad en las observaciones:

  • Los jóvenes viajeros en el tiempo no conocían vehículos automóviles, sólo se transportaban en carros tirados por bestias
  • Los semáforos le resultaron novedad increíble, y la manera de operarlos ni la imaginaban; conocieron algo de computación y los equipos electrónicos de comunicación mundial
  • No se imaginaban que pudiera existir la masiva transportación aérea, y apenas fueron informados de la Estación Espacial Internacional que mantienen fuera de su atmósfera varios países de este planeta, algo que incluso, en su época, si lo creyeran o pregonaran hubiera resultado blasfemo para la religión católica que profesaban”

“Así podríamos elaborar una larga lista de sus ‘descubrimientos’, junto con las explicaciones que recibieron y de las que se asombraron, pero no comprendieron, y que tal vez a su retorno compartieron con algún grupo reducido de sus coetáneos.”

“A ese escueto conjunto de conocimientos modernos que Juan y Dulce María apenas percibieron, podríamos agregar otros que Quique no quiso, o no supo cómo y cuándo expresárselos. Puntualicemos algunos:

  • Los viajes al espacio, tripulados o no, que a estas fechas ya se habían realizado; los hombres que pisaron la luna del planeta Tierra desde el siglo anterior; las naves de exploración a otros planetas del mismo sistema solar; los observatorios con potentes telescopios que vigilan y estudian el cosmos; y las sondas que han recorrido o siguen recorriendo el espacio sideral
  • En medicina, loablemente se estudiaron, diseñaron y produjeron antibióticos, anestésicos, transfusiones de sangre, rayos X, y vacunas que borraron las epidemias y las pandemias que por siglos asolaron a un sin número de naciones; los estudios y descubrimientos científicos que evitaron otras enfermedades y padecimientos de la gente del pasado, para obtener un mayor bienestar corporal y así aumentar el ciclo de vida general de la población prolongando aproximadamente treinta años la esperanza de vida terrícola
  • La bomba atómica, cuyas consecuencias hasta ahora temen ustedes
  • Su democracia con la ‘abolición’ de la esclavitud, abolición entre comillas, porque aún subsiste”

“Y podríamos continuar apilando estos relevantes acontecimientos que Juan y Dulce María pudieron conocer, para estimar que la vida en mil ochocientos setenta y tres mutaría lentamente hasta llegar al año dos mil doce, en donde los avances en todos los campos (social, técnico, científico, etcétera) harían la vida más cómoda y placentera. Confiamos que toda esa simple y sencilla historia sirva para creer lo que la gente de Ciilulah te informa.”

“Ahora razona: no queremos convencerte, ni a ti ni a tu gente, de nada. Solo exponemos un hecho real que con seguridad los terrícolas vivirán sin sobresaltos, pero en su momento. Tu descendencia, y la de todos tus congéneres, gozará en un futuro no muy lejano lo que las ciencias y la técnica avanzada proporcionarán para el disfrute más placentero de la vida”, dijo el Dr. Otto.

“Muy bien, todo eso está muy bien dicho y muy bien rezado” – reaccionó confundido Dam. “Y, en resumidas cuentas, ¿por qué ustedes han venido a ponerme al corriente de lo que ocurrirá en nuestro futuro? En realidad, ¿a qué se deben estas visitas y ese intento por abrirnos los ojos? ¿Acaso son ustedes una estirpe benefactora que anda por el cosmos predicando la doctrina del bien y la verdad?”

La tensión se reflejaba en el rostro del terráqueo entrevistado: sus músculos se hallaban tensos, su mirada profunda, torva, y los puños apretados. Su estado de ánimo contradictorio era patente.

“No te inquietes, Dam. Permíteme aclarar algunos conceptos”, nuevamente intervino la Dra. Clelia. “Ciilulah y el planeta Tierra se conocen desde hace milenios, ya te hemos dicho. Por lo avanzado de nuestra civilización tenemos oportunidad de efectuar visitas periódicas y observar el desarrollo de la vida en estos territorios. Dijimos que a varios grupos de pueblos les instruimos y ayudamos, hasta que ellos perdieron el rumbo y abandonaron la práctica de nuestras instrucciones. Ahora hemos observado que el camino que han seguido les está conduciendo a su propia destrucción. Si nos permites, queremos llamar tu atención para que valores, sin pasión, los hechos que ocurren a diario en este, como ustedes dicen, valle de lágrimas.”

Dam no se movió, permaneció pasmado, no intentó interferir.

“La estructura social del planeta Tierra está basada fundamentalmente en el desarrollo económico. Otro elemento pernicioso es el siguiente: las grandes industrias y la mayoría de los transportes personales y de servicio colectivo, esto es, millones de vehículos motorizados, enturbian y contaminan el ambiente de todas las ciudades, convirtiéndose en amenaza para la vida humana y la de todo su entorno, incluyendo flora, fauna, e inclusive modificando la consistencia de los minerales.”

“Paralelo a esta amenazante situación, podemos encontrar en innumerables regiones del orbe conglomerados de gente, millones podríamos contar, ahogándose en pobreza extrema, miseria y hambre. Del otro lado del fiel de la balanza se sitúa un reducido grupo de humanos en abundancia de riqueza y opulencia. En este mundo, donde prevalece la ambición por la posesión de bienes materiales, la gran mayoría de las personas batalla por la supervivencia entre penas y estrés, con humillaciones y pobreza.”

“Millones de seres, en cualquier parte del planeta, inician cada mañana sus labores, sin saberlo o soslayándolo, con la finalidad de contribuir al aumento de poder y riqueza a favor de una camarilla que económicamente más posee. Esta relación entre miserables y poderosos resulta una esclavitud disfrazada.

“Políticos de todo el mundo desbordan sus preferencias y protección a este reducido, pero intocable, gremio, aprovechando, claro está, el soborno con que son premiados.

“Ejemplificaremos esa condición de poderoso y políticos amalgamados para obtener amplias ventajas sometiendo a su voluntad a los pobres desheredados del orbe.

  • Cuando a los jóvenes Dulce María y Juan les ofrecieron cigarros de marihuana, ellos los aceptaron sin recelo porque en la época de la que vinieron al año dos mil doce la utilización y el consumo de la cannabis no estaba prohibido
  • Analicemos esta significativa historia que la mayoría ignora: la cannabis sativa es una planta que se cultivó y se apreció mucho en el Oriente desde hace más de cinco mil años terrícolas. Esta planta aportaba múltiples y satisfactorios beneficios en medicina y en variados campos de la industria como son la fabricación de papel y textiles; también se utilizó en las construcciones.
  • Desde tiempos remotos, más del noventa por ciento de las cuerdas para la navegación eran de cáñamo. Antes que se introdujera el algodón a la industria, en mil ocho cientos veinte el ochenta por ciento de las telas y ropa en general eran elaboradas con variantes del cannabis.
  • Durante el primer cuarto del siglo veinte, industriales de los Estados Unidos de Norte America iniciaron una campaña masiva para eliminar del escenario industrial a una planta que les presentaba seria amenaza para sus intereses. Los industriales del papel, algodón, tabaco, petroquímicos y polímeros promovieron en los Estados Unidos, y muchos países de la Tierra, una campaña enérgica para prohibir, castigar y satanizar el cultivo, manejo, utilización y consumo de la cannabis sativa. Con el fuerte apoyo de su gobierno, y campañas mediáticas en cadenas de publicación diaria, consiguieron su objetivo por allá de los años cuarenta del siglo pasado. Fue un triunfo inobjetable y contundente de las trasnacionales, que en ese tiempo apenas comenzaban a mostrar su poderío. La marihuana salió del mercado industrial para convertirse en materia prima de los narcotraficantes actuales que amasan capitales ilícitos, dinero mal habido que se lava en el Banco Ambrosiano y en otros, con la protección de la CIA. Las bondades y beneficios de la planta se perdieron, bondades que han sido y siguen siendo probadas en las áreas científicas e industriales. Con esta somera historia comprobamos que los poderosos sojuzgan a los débiles; la esclavitud no se ha abolido del todo, aún persiste.
  • Por otro lado, situándonos en el sector social, se puede dejar como establecido que el volumen de lo que el ciudadano consumidor adquiere en el comercio, manipula y somete a la sociedad, la regula, colocando a cada individuo en el nivel de la clase social a la que debe pertenecer. A mayor poder adquisitivo, más elevado será su nivel social.
  • Aclarando la cuestión, es de acuerdo a la capacidad de consumo como son valorados los individuos; éstos también se valoran a sí mismos socialmente cuando recuentan las propiedades y lujos que han logrado amasar en su vida, con el dinero logrado vía remuneración de trabajo legal y cotidiano, o vía chantaje y estafa con maniobras perfectamente camufladas.”

“Continuando con la relación de algunos motivos por los que estamos ante ti, Dam, insistiremos sobre algo que ya seguramente conoces: el consumo desmedido de hidrocarburos y otros químicos que ahora se utilizan en muchas actividades industriales ha tenido como resultado negativo la perforación de la atmósfera terrestre, produciendo los agujeros de ozono, sobre todo en el polo sur. Sin la protección del escudo atmosférico, los glaciares se derriten constantemente, aumentando el volumen líquido de los océanos. Al modificarse la posición de los contrapesos terráqueos, cuando el agua se desplaza aumentando el peso del planeta por otros lados hasta donde se ha fugado el líquido, la desviación del eje central del planeta también tenderá a desplazarse lenta pero constantemente. Este fenómeno traerá como resultado negativo el movimiento constante de las placas tectónicas, originando terremotos de alto rango en la escala de Richter. En las costas de todos los continentes los tsunamis no se harán esperar, el nivel del mar aumentará considerablemente cubriendo varios kilómetros de costa y destruyendo todo lo que en esas riveras existe: construcciones, turismo, industria, puertos enteros y sobre todo vidas humanas.”

“Hasta aquí creemos que resulta suficiente para que ustedes abran los ojos ante una realidad que les amenaza.”

Dam tomó la iniciativa: “Parte de lo que ustedes me han referido ya era de mi conocimiento, y también del conocimiento de otras muchas personas que en este mundo vivimos. Sin embargo, se me ha despertado una inquietud: si en siglos pasados vinieron los ciilulenses a ponerse en contacto con las civilizaciones de antaño, tal como me han dicho, creo que es oportuno que informen ahora abiertamente a la población entera, y sobre todo a los gobiernos de nuestras naciones para que tomen las medidas adecuadas a fin de corregir errores, enmendar entuertos y modificar políticas sociales con tendencia a evitar la amenaza.”

“Existe una importante razón”, respondió el Dr. Otto. “Cuando antaño libremente nos entrevistamos con muchos de tus ancestros, ellos nos recibían con amabilidad y nos consideraban, en ocasiones, sus Dioses. Seguían nuestras bien intencionadas indicaciones, hasta que se pervirtieron y abandonaron el camino que les trazamos.”

“La gente actual ya no es de la misma calidad, y los gobiernos resultan engreídos y agresivos; se interesarían más en lo que puedan aprender de nosotros para acrecentar su poderío bélico para seguir aplastando a otras naciones más débiles. Por ello intentamos ofrecer estos básicos conocimientos, en silencio y con cautela, a gente en la que creemos puedan crear conciencia mediante la persuasión, con criterio y liderazgo, a fin de que con su contribución se revierta la amenaza.

“No eres, ni serás, la única persona a quien recurrimos. Muchos son a los que abducimos con ese fin, y otro volumen importante de gente es notificado sutilmente por nuestros infiltrados.”

(Continuará…)

Diego M. Mezeta Chan

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