Las tortugas son sencillamente animales asombrosos y extraordinarios, además de ser de los más antiguos que hoy en día viven en la tierra. Su nombre científico es Testudines y pertenecen a la clase de los reptiles. Por ser tan antiguas se cree que son parientes directos de los dinosaurios, y que sus caparazones han surgido principalmente como la osificación de placas dérmicas que se fusionaron con los órganos, con la finalidad de protegerse.
Hay tortugas terrestres y tortugas marinas y ambas son espectaculares, aunado a que poseen unas características únicas y una variedad maravillosa.
Son ovíparas, es decir que nacen a través de huevos. Las hembras alcanzan su madurez sexual entre los 9 y 15 años de edad, que es cuando están listas para aparearse y para reproducirse. La época de reproducción se da entre las temporadas de primavera y verano.
Todas las tortugas ponen huevos, que depositan en un nido bajo la hojarasca o excavado por ellas con sus patas traseras. Cuando ponen sus huevos, unas especies se alejan del nido y no vuelven, dejando que el calor del sol los incube y al cabo de unas semanas nazcan las crías. Otras especies permanecen junto a los huevos, cuidando del nido.
Las tortugas ponen una cantidad de huevos que está en relación con su tamaño: las pequeñas pueden poner de 1 a 4, mientras que las marinas que son muy grandes pueden poner 100 huevos en cada puesta.
Las Tortugas marinas alcanzan su madurez sexual entre los 9 y 20 años, incluso realizan grandes viajes migratorios solo para aparearse y poner sus huevos. Las hembras salen a la orilla de la playa en la cual dejarán sus huevos para posteriormente volver al mar. Los huevos no vuelven a ser visitados por la madre. Cuando algunas especies de tortugas marina no encuentran machos para copular, son capaces de poner huevos que obviamente no están fertilizados.
Las tortugas marinas han evolucionado con aletas y caparazones adecuados para nadar por las diferentes corrientes oceánicas. Hay tantos caparazones como tipos de tortugas. A la parte inferior de este se le conoce como plastrón. Suelen ser de varios colores, y su estructura está formada por una serie de escudos característicos, que por lo general son de córnea de queratina, e indican el crecimiento de las tortugas.
Del mismo modo, sus picos se han vuelto más finos para poder alcanzar el alimento en los arrecifes y grietas bajo el mar. A pesar de que carecen de dientes, cuentan con un fuerte pico que usan para alimentarse. Además de plantas, también comen insectos, caracoles y lombrices.
Las tortugas terrestres se caracterizan por tomar el sol, esto lo hacen con la finalidad de aprovechar la vitamina D proveniente del astro rey y así fortalecer sus caparazones.
Las tortugas tienen 4 patas, 2 traseras y 2 delanteras; en el caso de las tortugas marinas, han evolucionado y más bien se han convertido en aletas, las cuales usan para nadar. La piel de las tortugas es bastante gruesa y áspera, en ocasiones puede ser comparada con un cuero. Se encuentra cubierta por una capa córnea de queratina que asemeja a las escamas.
Los colores de las tortugas son variados, y por lo general están en concordancia con el ambiente que les rodea. Entre los colores de las tortugas terrestres predominan los tonos marrones, verdes oscuros y ocres. Por su lado, las tortugas marinas tienen colores verdes, olivas, marrones y amarillos. Su tamaño es variable, desde 10 cm hasta metro y medio de largo.
Estos son animales muy longevos que pueden llegar a vivir incluso más de 100 años. La tortuga más longeva documentada es Harriet, una tortuga de las Galápagos que alcanzó los 175 años.
La mayoría de las tortugas terrestres son herbívoras, sin embargo también hay especies omnívoras. Las tortugas acuáticas son carnívoras y se alimentan de pequeños peces, percebes, algas, corales y esponjas de mar que, por cierto, es el menú favorito de las tortugas carey.
Su comportamiento varía de acuerdo a su entorno y a su especie. Las tortugas terrestres tienen un comportamiento tranquilo que muchas veces es sedentario, aunque hay especies a las que les gusta estar en movimiento y explorar su entorno. Por su parte, el comportamiento de las tortugas marinas es fascinante; por ejemplo, los machos, una vez que entran al mar, no se les vuelve a ver en superficie jamás. Por su lado, las hembras solo salen para poner sus huevos. Nadan en grupo a través de las diferentes corrientes, y se caracterizan por realizar largos viajes migratorios.
Lamentablemente, muchas especies de tortugas tanto terrestres como marinas se encuentran en peligro crítico de extinción. Las razones son variadas, pero generalmente están relacionadas con las modificaciones que han recibido sus entornos de la mano del hombre.
La extracción de sus huevos, y de estos reptiles, de manera ilegal para ser comercializados también representa una amenaza para su reproducción.
Las terrestres y de agua dulce debido a la contaminación de las aguas o la pérdida del medio donde viven por la invasión de la agricultura o la construcción de casas.
Todas las especies marinas están en peligro de extinción, fundamentalmente por la pesca con redes, en las que se enganchan y mueren sin poder desprenderse de ellas; además, por la contaminación del mar con objetos como bolsas de plástico que confunden con alimentos y que al ser ingeridas les causan la muerte. En el caso de las tortugas marinas, cuando los huevos son dejados en las orillas, quedan a merced de diferentes depredadores, lo que indica que no todas sobrevivirán.
Debido a su disminución en casi todos los lugares del planeta, están protegidas en muchos países por las leyes medioambientales.
Debemos ser conscientes del daño ecológico que estamos provocando en la naturaleza. Debemos cuidar nuestros mares, y los seres que ahí habitan.
Dra. Carmen Báez Ruiz
drabaez1@hotmail.es
