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Autoridad es el segundo capítulo en la trilogía de “La Frontera Sureña” (The Southern Reach), del autor Jeff Vandermeer. El primero fue Aniquilación, y de ese les hablé en el enlace que encontrarán aquí. Como rápido resumen, el Área X aparece misteriosamente en la Tierra, se han enviado varias expediciones, y todas ellas han tenido resultados funestos para sus integrantes; los registros que han podido rescatar no ayudan a resolver el misterio de su origen, ni cuál es su finalidad. Lo que ha quedado muy claro es que algo muy extraño sucede dentro del Área X, y afecta de alguna manera a todos los que se encuentran dentro de ella. Adicionalmente, sus límites están moviéndose, asimilando todo aquello que queda en su interior.
Pues bien, este segundo capítulo continúa la historia de la bióloga que conocimos en Aniquilación, única sobreviviente de la última expedición, aunque ahora desde la perspectiva de alguien a quien la “Agencia” ha enviado a investigar: John Rodriguez, que desea que se dirijan a él como Control. Ya desde este primer elemento nos damos cuenta de que la extrañeza será nuestra compañera en la historia, y Vandermeer continúa sobre esa vereda, enredándonos en lo misterioso, hurgando en nuestros propios temores, para que de nuestra imaginación surjan las respuestas.
Control tiene una tarea ingrata y muy difícil: tratar de encontrar un elemento lógico dentro de la atmósfera anormal que se desprende del Área X, y que parece haber contaminado las instalaciones y al personal de la base de investigación que se ha construido cerca de ella, encontrar qué está pasando que se tienen tan malos resultados. La agencia exige respuestas a Control, comunicándose telefónicamente con él a través de la “Voz” que, a semejanza de la psicóloga de la última expedición, ha sembrado palabras claves que modifican la conducta y respuestas de Control, para indagar directamente en su mente. Así, Control no solo es investigador sino también es investigado.
Muchos más elementos aparecen en juego, tensando la historia: la relación entre la actual directora de la base y la anterior (que era la psicóloga en la expedición en la que sobrevivió la bióloga), el rechazo de todo el personal de la base al reconocer a Control como un elemento extraño a su comunidad que ha sido enviado por la Agencia, el anómalo comportamiento de la bióloga que retornó del Área X y su posterior fuga, la relación entre los científicos y las afectaciones que van sufriendo al trabajar tan cerca de la anomalía, los diarios en video de la primera expedición y lo que les sucedió.
Vandermeer hace de sus palabras un vehículo de opresión tanto para el lector como para sus personajes, retorciéndonos con horror, rodeándonos de paranoia, mientras intentamos descubrir lo que sucede, mientras formulamos hipótesis que expliquen nuestros temores y los breves datos que asoman, así como las conductas. Al terminar de leer este libro, me sentí agotado mentalmente, angustiado, y francamente asombrado por lo que se ventila en las últimas páginas, que es cuando el autor corta el nudo gordiano y expone la naturaleza de lo que ha transpirado en este segundo capítulo, invitándonos –literalmente– a dar el salto al último capítulo, titulado Aceptación.
No he visto la película que se hizo a partir de Aniquilación, porque pasó directamente a Netflix. Sin embargo, dudo mucho que contenga lo que hace tan efectivos estos libros de Vandermeer: la oscuridad y el horror que reside en nuestras propias mentes, alimentados con nuestras reacciones cuando somos sometidos a niveles incrementales de paranoia y confusión.
Pronto daré el salto a la conclusión de esta trilogía y, la verdad, espero que Jeff Vandermeer me deje tan estremecido con Aceptación como lo ha logrado con Autoridad. Ya les platicaré al respecto.
S. Alvarado D.