Perspectiva
Oficialmente, la Feria Internacional de la Lectura Yucatán 2019, la FILEY, inicia el próximo sábado 16 de marzo. Extraoficialmente, han sido muchas jornadas las que se han invertido en la preparación del evento, y los trabajos iniciaron tan pronto bajó el telón de la edición 2018. A juzgar por los resultados que ha tenido el evento en sus siete ediciones anteriores, no dudo que se superen los resultados previos. En esta ocasión, el gobierno del Estado de Nuevo León y la Universidad Autónoma de Nuevo León (la de los Tigres) apoyan los siempre loables y plausibles afanes de la Universidad Autónoma de Yucatán en el desarrollo de este tan ansiado evento anual.
No deja de resultar interesante, y a la vez intrigante, qué cariz tomará la edición de este año, sobre todo cuando el titular del Fondo de Cultura Económica, Pablo Ignacio Taibo II, acudirá como escritor, y aceptará preguntas sobre el rol que le asignó el líder de la Cuarta Transformación, YSQ. En lo personal, espero que finalmente los precios de las obras que el FCE ofrecerá en esta edición ya sean alcanzables porque, francamente, con los precios del pasado era prácticamente imposible adquirir obras bajo su membrete. Don PIT II, por sus iniciales, ha prometido hacer accesible la cultura y los libros, así que pronto veremos los frutos de sus esfuerzos y cuánto peso llevan sus palabras. Por otro lado, como correctamente apunta nuestro amigo Juan José Caamal en su nota titulada “Días Feriados” en esta edición, los demonios geopolíticos están sueltos, y se corre el riesgo de que se pierda aquello que es lo virtuoso de la FILEY: el espacio para la promoción de la lectura.
Pero dejemos, como bien recomienda JJ, que todo eso se mantenga ajeno a la Feria, y concentrémonos en lo que es verdaderamente la razón de ser de la FILEY: la posibilidad que recibimos nuevamente de asomarnos al trabajo de muchos autores, a los que se han unido ahora artistas (músicos, artistas gráficos, entre ellos), y abrevar de la atmósfera literaria que transpirará de las paredes de las sedes del evento este año: el Siglo XXI y los salones del “complejo” Gran Mundo Maya. Todo esfuerzo por aumentar el nivel cultural de nuestra agobiada nación es motivo de celebración, porque nos ayudará a salir avante en el futuro, a pesar de cualquier ocurrencia, gracejada, o retorcidos planes de unos y otros mal llamados representantes del pueblo. Cuando comprendamos que la clave de nuestro éxito radica en nosotros mismos, en nuestra preparación, y no en los de siempre, estaremos prontos a alcanzar el verdadero bienestar que nos merecemos. La FILEY abona a ese mejor futuro.
Debo confesar que, a pesar de que en mi lista de libros por leer hay una importante cantidad de ejemplares, me es imposible sustraerme a uno de los principales encantos de la FILEY: la posibilidad de adquirir MÁS ejemplares, y entonces caer en la deliciosa encrucijada de elegir cuál leer a continuación. Como corolario, la FILEY resulta un buen lugar para hacerme de algunos ejemplares que regalaré a personas muy cercanas a mi corazón cuando la ocasión se presente (algunos de ellos como regalos de Navidad, aunque el pronunciamiento fuera “No habrá regalos de Navidad este año”), porque siempre es satisfactorio regalar cultura a aquellos que te importan, y a quienes les deseas lo mejor. Como en todo en la vida, habrá que asignar un presupuesto para tal inversión, y domeñar nuestros impulsos ante la inmensa oferta que se desplegará ante nuestros ojos, sopesando y eligiendo aquellos ejemplares que sean difíciles de obtener y, sobre todo, respetando el monto asignado total, para evitar descalabros financieros.
Todos aquellos que amamos los libros, que seguimos a algunos autores, apreciamos eventos como este, al ponerlos al alcance de nuestras inquisitivas mentes, para escucharlos y maravillarnos con el proceso creador que siguieron en sus obras, para conocer nuevas ideas y formas de ver las cosas, para sentirnos parte de ellos, y hacerles sentir a ellos que han logrado lo que busca todo escritor: crear emociones en sus lectores, considerarlos como parte de la familia. Acaso esta edición 2019 de la FILEY impulse a algunos a desplegar sus alas literarias, y animarse a volar. Todo es cuestión de decidirse.
Desde esta perspectiva, deseamos a la UADY y a la FILEY el mayor de los éxitos en esta nueva edición. Sepan que se aprecian sus esfuerzos, y que contarán con nuestro apoyo siempre.
La oferta es amplia y diversa.
Nos toca a nosotros aprovecharla en nuestro beneficio, y en el de los nuestros.
S. Alvarado D.
sergio.alvarado.diaz@hotmail.com