XXXVII
EL ÚLTIMO PENSAMIENTO
Antes de escribir la última línea, de la última carta, en el último día del año, con sus últimas fuerzas provenientes de sus últimos anhelos, impulsado por los últimos latidos de su imperioso corazón: se detuvo y pensó…
Y entonces, luego de pensar su último pensamiento, y con el último acicate que el alma le ofrecía, arrastró la pluma con la dificultad de un moribundo e ipso facto escribió: “Últimamente no sé quién soy.”
Sólo entonces la vida se le extendió un minuto más.
JORGE PACHECO ZAVALA