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El Humorismo en Yucatán (XXV)

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Humorismo_1

XIII

Continuación…

CONRADO ROCHE

Conrado Roche Canto es otro fecundo humorista yucateco. Nacido en la ciudad de Izamal a principios del siglo, colaboró en periódicos dedicados a la literatura festiva, como La Caricatura, así como en la revista literaria itzalana “La Voz de los Cerros”, y también incursionó con éxito en el arte teatral. Damos a continuación algunas muestras del estro anacreóntico de Conrado Roche Canto en el campo del epigrama, que fue de su predilección.

 

Tildaban de vergonzoso

al amigo Juan Ventó

y su esposa comentó

-En verdad tan solo es soso.

Cuando se hace un matrimonio

dizque se unen los destinos,

los tinos o desatinos;

pero en verdad el demonio

une un carajo y un coño.

Mi novia tiene reacciones

que empiezan a preocuparme

pues prefiere más turbarme

que darme satisfacciones.

No voy a malos lugares,

dijo el marido de Olimpia,

pues amo a mi esposa a mares

es hermosa, buena… y limpia.

Cuando vayas al molino

no te juntes con Pascual,

pues afirma el muy cochino

que te juega el nixtamal

y no lo tomas a mal.

Por su esposa Juan Turrizas

nunca gasta en confecciones,

ella cose sus camisas

y le hace los pantalones.

Al casarse Pedro Huerta,

portero de profesión,

por costumbre o distracción

se quedó el pobre en la puerta.

Anita posee un taller

y, según su esposo Pablo

es un negocio del diablo

el que tiene su mujer.

Muchas novias sin razón

tienen los rostros contritos

por una disposición

que prohíbe tocar los pitos.

No me ha tocado ni un pelo

mi esposo, Luisa decía,

y replicaba Carmelo:

Tiene mucha puntería.

El novio pidió la mano,

el padre la concedió,

pero la novia le dio

algo mejor al fulano

y presto se embarazó.

Le gritó mujer liviana

a una gorda un tío violento

y ella quedó muy ufana

sintiéndose pluma al viento.

Aunque le gusta el melón

nunca lo come Librada,

pues le brinda su tajada

a su novio Juan Ramón.

Que padrotes y porteros

se parecen es mi ver,

pues ambos ganan dineros

aunque por distintos fueros

atendiendo a la mujer.

A un sordo atento invité

a subirse a una avioneta,

y él me dijo: ¿A una coqueta?

A mis niños para qué.

Que sigue la mortandad

de gallinas es lo cierto

y topar con gallo muerto

a la hora de la verdad

no es, por cierto, desusado;

le ocurre a mucho casado…

Tiene un auto Paco Lara

que lo hace desesperar,

pues cuando sale a pasear

con su novia se le para

y hasta se llega a mojar.

La morena María Inés,

según su novio Larrondo,

tiene defectos tal vez

pero tiene muy buen fondo.

 

Con mi novia Esperancita

voy a la playa a pescar,

porque así puedo gozar

al meterme a mi Lanchita.

Aunque presume de charro

José no sabe montar

según suele asegurar

su mujer, que es todo un carro.

Baila con tanta efusión

la morenaza Carmina,

que siento, cuando se arrima,

parárseme el corazón

y que algo más se me empina.

Hay razón, amigo Andrés

de que orgulloso me deje

esta corbata que ves

pues mi mujer me la teje.

Me decía Luis Alcocer:

las hembras ni de regalo

deben mandar en tu ser;

siempre debemos tener

a la mujer por debajo.

Conrado Menéndez Díaz

Continuará la próxima semana…

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