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XXVII
PLENITUDES
ENTONCES te haré una magnífica corona;
te haré un collar que enrosque su luz en tu garganta
con la palabra-gema que en triunfo se eslabona
con la palabra-ritmo que melodiosa canta.
Será un blasón muy alto, un timbre de mi orgullo
que luzcas esas joyas de rara pedrería…
Si un lauro me conquistan, el lauro será tuyo…
–No basta, mi poeta… ¡No es toda tu poesía!
No es todo lo que luce en tu hondo pensamiento;
no es todo lo que aroma en tu alma solitaria;
no es todo lo que escuchas de música en el viento;
no es todo lo que plañes con dejos de plegaria.
Yo voy por los jardines y, por capricho, tomo
todas las flores frescas que en los jardines brotan…
Con todos sus perfumes mis éxtasis aromo,
y sólo así se colman las ansias que me azotan.
Me has dado muchos besos, y ni un beso resume
los besos que me has dado… ¡su plenitud gloriosa!
¡El beso que es arrullo, el beso que es perfume,
el beso que es un lirio, que es pétalo de rosa!
Me has visto muchas veces, y ni una vez he visto
que sume tu mirada las cosas que yo anhelo:
¡todas las mansedumbres de la pasión de Cristo,
y todos los espasmos de la pasión de Otelo!
Mil veces has disuelto tus cantos en mi oído
y nunca encontré en ellos la radiación completa
del estro que en ti hierve como un metal fundido,
ni todos los matices de tu alma de poeta.
Es la pasión escala, me has dicho muchas veces,
que del abismo arranca y que hasta el cielo sube…
¡Asciende en esa escala y mira que te meces
en alas de una estrofa y envuelto en una nube!
Sí: busca la palabra que todo lo resuma…
No el verbo que fulgura conquistará la palma,
ni el verbo que colora, ni el verbo que perfuma,
sino el que en sí condense la plenitud del alma.
Me has dicho, ponderando del Arte el gran prestigio,
que el Arte es prodigioso… Yo el Arte reverencio…
–¡Oh, mi gentil neurótica!… ¡He obrado ese prodigio
besándote en los ojos… en un hondo silencio!…
José Inés Novelo
Continuará la próxima semana…