XII
El más fecundo de nuestros cantilenistas –creador de la letra que ha servido de canevá a nuestros músicos populares para forjar bellísimas canciones como Rayito de Sol, Desdén, Mestiza Meridana y Amapola del Camino–, el también compositor justamente aplaudido Ermilo A. Padrón López ha sido también fino poeta anacreóntico, autor de composiciones tan donosas como la “Xlá Fiesta de Santiago”, que reproducimos a continuación.
Es de señalarse que el inspirado aedo –conocido en el mundo de la trova meridana como Chispas Padrón, a más de ser felicísimo bardo costumbrista, como lo revela precisamente su poema a la fiesta de Santiago –la cual por obra ineludible del tiempo ha mostrado en los últimos lustros una marcada decadencia (1) – ha espigado con gran fortuna en el género de la poesía didáctica que ennobleciera Publio Virgilio Marón, según lo evidencia ese conjunto de finísimos poemas dedicados a describir las varias faenas del trabajo agrícola destinado a producir el henequén , que forma parte de su obra intitulada “Rocío en las Pencas”.(2)
Esta calidad de poeta didáctico de notables facultades descriptivas, sin mengua de su inspiración, fue señalada certeramente por el Dr. Mario Ancona Ponce durante el homenaje al vate Padrón López efectuado el jueves 6 de febrero de 1969 en el Club Rotario de Mérida, y al que asistió lo más granado del mundo literario de Yucatán.
¡Ay, fiesta de Santiago!,
burda alegría
de nuestras juventudes
en lozanía;
gestos y risas
de las que renunciaron
a ser mestizas
y tontas se disfrazan
a la europea,
sin saber que ese traje
más las afea.
Pobres cuch-túnicos
que han perdido vernáculos
encantos únicos.
Mestizos que cambiaron
el albo traje
por una vestimenta
que da coraje;
en sus afanes,
nuestros mozos imitan
a los Tarzanes.
Venteros que no venden
por más que gritan,
madres que caminando
mucho se agitan.
En comitivas
mil féminas impúdicas
provocativas,
promoviendo el pellizco
o el baxa-mis,
algo que en otro tiempo
fue flor de lis.
Vieja o chiquilla
la falda luce arriba
de la rodilla.
Giran casi vacíos
los carruseles;
polvo, saliva y moscas
en los pasteles.
Cuentan dos días
de vida las tajadas
de las sandías.
Náncenes que agonizan
por enlodados,
hormigas a la orden
en los helados.
Moscas, moscas humanas
e inhumanas, grandes y toscas.
Tómbolas, loterías
que no hacen daño,
pero sin la belleza
de las de antaño;
altoparlantes,
que destrozan los tímpanos
de los paseantes,
y tandas folklóricas
variedades,
prodigando insolencias
y necedades.
Y en la iglesia sombría
tan sólo el cura;
¡hoy por entrar al cielo
nadie se apura!…
ni en veinte siglos
puede ser perdonado
tanto pecado.
También ha volcado su humorismo el poeta Padrón López en gran número de explosivas bombas que se han popularizado en nuestros bailes regionales. He aquí algunas:
Boshita, tu tía y tu madre
me ponen tremenda cara;
no le hace, las meto en varas
y que otro perro me ladre.
Si dices no, me harás daño
y réquetenegro el destino:
pues matarás tu cochino
pá rezar mi cabo de año.
Quiero ser chinchimbacal
para cantar en las huayas,
y así poderte mirar,
nena, ¡cuando al patio vayas!
Tienes que ser mi mujer,
no te apures, ten paciencia,
te tiene que suceder:
¡dentro o atrás de la iglesia!
(1) La otrora celebrada Fiesta de Santiago es hoy cosa del pasado. Fue suspendida definitivamente durante el trienio del C.P. Guido Espadas (1982 – 1984).
(2) Ermilo A. Padrón López falleció en la ciudad de Mérida el 14 de diciembre de 1978.
Conrado Menéndez Díaz
Continuará la próxima semana…