MANIFESTA 12 EN PALERMO, SICILIA, EN EL MEDITERRÁNEO
edgar rodríguez cimé
Palermo es una ciudad libre del miedo a lo diferente,
metáfora del encuentro de la diversidad étnica, social y cultural.
Muros de agua (como el libro del maestro José Revueltas) en Europa, o prototipos de muros con tecnología de punta como en Estados (H)Un(d)idos, separan a países exprimidos de naciones exprimidoras, por lo cual la Bienal de Arte Nómada Manifesta 12, en Palermo, Isla de Sicilia, enclave histórico de oleadas migratorias de pueblos africanos, orientales y europeos que dejaron sus huellas culturales, da voz a la tragedia contemporánea de los migrantes en el mundo.
Durante estos meses, esta ciudad italiana es sede de Manifesta 12, feria de arte nómada que se celebra cada dos años en algún lugar del continente europeo. Se trata de una exhibición mundial itinerante que permite explorar los intereses propios de cada ciudad y al mismo tiempo generar nuevas y diferentes discusiones sobre el arte entre países del mundo.
Esta ciudad representa la suma de religiones, culturas, idiomas y semillas de plantas que generaron una vegetación híbrida domesticada por el suave clima mediterráneo, plasmada en la pintura romántica Veduta di Palermo, de Lojacono, pues en ella ninguno de los elementos naturales representados es autóctono, incluidos los cítricos, hoy tan típicos, que fueron introducidos durante la dominación árabe.
Esto, unido a la afirmación del paisajista y filósofo Guilles Clément en su libro Le Jardin Planetaire (El Jardín Planetario), basado en su idea de que vivimos en una especie de Edén, cuyos guardianes somos los humanos y que debemos cuidar su diversidad y sustentabilidad nace Manifesta 12, bienal de arte nómada, diferente a las demás que sobreponen glamour y ganancias, a celebrarse en Palermo: urbe contemporánea que sintetiza, en sus vicios y virtudes, una ciudad como un jardín planetario que le da la Bienvenida a todos. Metáfora de nuestra sociedad global.
Palermo representa, hoy más que nunca, la realidad geopolítica del universo humano desparramado en los seis continentes de la Madre Tierra: una riqueza diversa de imágenes artísticas, olores y sabores, contrastando con la pobreza de sus barrios, la basura de sus calles y la tragedia contemporánea de Europa, nunca imaginada por los tragediógrafos clásicos: las apocalípticas Migraciones.
Se pregunta María Muñoz, de sin embargo.com, si el heterogéneo equipo curatorial (seleccionador de los artistas), dirigido por el siciliano Ippolito Pestellini, arquitecto y socio de OMA, había imaginado que la ciudad respondería con tanta generosidad a la propuesta de “abrirse a lo contemporáneo” (con tanto arte clásico); si habrían previsto que la grande bellezza de Palermo pondría a prueba la capacidad del visitante para concentrarse en las piezas contemporáneas (sin quedar deslumbrados por el arte presente de otras épocas).
Las obras, son cuestionadoras del quehacer humano: En el Oratorio di San Lorenzo, tan delicado, con estucos de Serpotta del siglo XVIII, donde santos y putti hablan ya de por sí de cuerpos frágiles y torturados, en el que la croata Nora Turato ha situado una horrible jaula de metal negro para realizar su performance sobre mujeres maltratadas, rompiendo el silencio con una letanía en inglés, como parte de la sección 1 “City on Stage” (el escenario es la ciudad).
En la sala adyacente, la obra Connected by Air (Conectados por el Aire), del holandés Richard Vijgen, aborda el tema tan actual de la vigilancia global sobre la sociedad: una proyección en el techo recuerda a un planetario en el que, en lugar de constelaciones, se muestran datos en tiempo real de señales inalámbricas, aviones y satélites, recordándonos que (el ojo del Big Brother) nos observan constantemente, como parte de la sección “Out of Control Room” (Fuera del Cuarto de Control).
Finalmente, la sección Garden of Flowers (Jardín de Flores), tiende a una posición más utópica, celebrando la esperanza y, porqué no, la belleza: Theatre of the Sun (Teatro del Sol), del dúo de Los Angeles Fallen Fruit, es resultado de mapear todos los árboles frutales de la ciudad situados en espacios públicos que poca gente repara en ello, porque la instalación también consta de un papel de colores brillantes estampado con dichas frutas que decora las paredes de una sala del espectacular Palazzo Butera, joya del barroco siciliano.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”