Atisbando el Arte
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
En mi correspondencia con el musicólogo José Ruiz Elcoro, admirador ferviente del trabajo de la actriz Rosita Fornés y su mejor biógrafo –asentado en los libros que le ha escrito–, me hace saber de esta interesante mujer de la zarzuela y gran vedette.
A Rosita la conocí en la ciudad de Mérida, cuando vino a hacer una temporada de revista al Teatro “Yucatán” sito en la calle 63 X 62 y 64, en el año 50 del siglo anterior. Vino acompañada de su esposo, Manuel Medel, y yo estaba a cargo de la nevería del teatro. Siempre me deslumbró su belleza y talento, por lo que el correo de Pepe Ruiz me llevó al “Arcón de los Recuerdos” –como dejó constancia escrita Don Tomás Rosado en sus escritos. Volver a saber de ella me llenó de alegría y me hizo desempolvar la memoria de mi vida teatral desde mi juventud.
El correo de Ruiz Elcoro dice así; “Regalo de Rosita anoche. José Ruiz Elcoro. Para mi hermano Hiram. Rosita Fornés, Amalís Hernández y yo / marzo 28 del 2018:
«Ayer temprano me llamó Rosita. Me dijo: ¿Cuándo vamos a hacer algo? Quiero trabajar contigo.
–Hoy por la tarde –le contesté. Estaba muy lúcida, llena de emociones, deseos de vivir. Le daba gracias a Dios por todo lo que había recibido…
Pronto la acompañaré al piano. Ayer estaba más bella que nunca. Su físico parecía de porcelana de Sevres. La foto no es fiel. Gracias y saludos.»
La última vez que estuve con Rosita Fornés fue en La Habana, en el teatro “El Sótano” de Vedado, cuando fui invitado por el Director de Orquesta Félix Guerrero y su esposa, la soprano Lucy Provedo.
Un par de días antes me solicitó Lucy que escribiera un poema para Rosita, pues se entregarían constancias por trayectoria artística a Rosita Fornés y “Cholito” Soler. Ambos fueron mis compañeros de asiento en primera fila. Antes de iniciar la función nos presentaron y le indiqué que ya nos conocíamos, durante su estadía en Mérida; le dije que era el joven que le llevaba su refresco de cebada “Pino” en cada intermedio y me dijo: “Pero, ¿quién es el poeta mexicano que invitaron?” Le indiqué que yo era el invitado. Me indicó que no dijera lo del joven del refresco. Nunca lo iba a decir.
Lucy se lució interpretando a Ernesto Lecuona, y a posteriori subí a escena para leer mi poema y entregárselo ya enmarcado a Rosita. Ella, ya en escena, con su micrófono dijo: “Hoy me siento emocionada porque un compañero de teatro de Mérida está ahora con nosotros.”
Fue una noche inolvidable con dos excelsos artistas galardonados en su país, y luego una cena deliciosa con mis anfitriones, el Maestro Félix Guerrero y la concertista de Ópera Lucy Provedo.
Desde estas líneas, un saludo cordial a Rosita Fornés, Lucy Provedo y José Ruiz Elcoro, a quien también envían su saludo el pianista Emilio Bueno e Ileana Cortés Alayola, adjunto al mío.
Ahora unas fotos de mi archivo, para mayor información gráfica de la época.