Los Brujos Aztecas: Hermelinda Linda y Aniceto Verduzco

Los Brujos Aztecas, Hermelinda Linda y Aniceto Verduzco

Siendo desde mi niñez un comprador compulsivo de historietas, no me fue difícil encontrarme con dos personajes que alcanzaron enorme notoriedad, principalmente en la década de los setentas. Se trata de Hermelinda Linda y Aniceto Verduzco Platanares, dos brujos feos en serio, a los que invariablemente al final todo les salía mal.

Para finales de los setentas, mi colección comprendía infinidad de historietas de los más variados personajes. El Hombre Araña, Batman, Shang Shi (Kung Fu), Los Vengadores, Los 4 Fantásticos y Los Hombres X estaban entre mis preferidos, junto a La Zorra y el Cuervo, Periquita, El Pájaro Loco, Mortadelo y Filemón, Ásterix el Galo, Mafalda, Charlie Brown y Snoopy. Pero no crean que la producción nacional quedaba fuera; también había espacio para Kalimán, Águila Solitaria, El Libro Vaquero, Memín Pingüín, Los Supersabios, La Familia Burrón, Batú y tantos otros que me acompañaron a lo largo de mi adolescencia. Recuerdo que, de todos ellos, eran precisamente Hermelinda y Aniceto los que menos simpatía despertaban en mi madre, quien cuestionó alguna vez que si era una lectura apropiada para mí, mientras que mi padre siempre se declaró fan de ellos.

La importancia de ambos en los anales de la historieta mexicana se cala al mezclar elementos cotidianos del México de aquellos años (mediados de los sesentas) con humor negro, una buena carga de erotismo, una marcada picardía, y un estilo rascuache que los hacía imprescindibles.

La Bruja Hermelinda, quien era sumamente fea, gorda, sin un ojo y con horribles granos en la cara, compartía aventuras con su hija Arlene (que, a diferencia de su madre, era joven y bonita), la Nana Chona, también bruja y mamá de Hermelinda, Apolinar, el brujo Aniceto Verduzco y, por supuesto, las otras brujas que aparecían ocasionalmente como Blanca Nieves, Irma Chiotes, Bonga Bonga y Kalinova.

 Aunque sus hechizos y pócimas casi siempre fallaban, le dieron la oportunidad de vivir una serie de aventuras no solo en su pueblo natal Bondojia sino también fuera de su país, incluso en los escenarios más exóticos, utilizando sus poderes para convertirse en una hermosa dama.

A tal grado llegó su fama que, por ejemplo, Hermelinda Linda salvó de la quiebra a Editormex, propiedad de  Giorgio Torelli, al alcanzar ventas de 600 mil ejemplares semanales. Fue tal la cantidad de dinero generado por la popularidad de la hechicera que incluso dieron vida a una editorial adicional a la que bautizaron ‘Litorel’, comprando nuevas máquinas impresoras.

‘Brujerías’ inició su publicación en 1965 en blanco y negro, pero poco después cambió a sepia. A partir de 1968 comenzó a llamarse ‘Hermelinda Linda’ (en el número 129). Llegando la década de los setentas comenzó a salir a color. Se imprimió hasta finales de los ochentas, sumando un total de 1200 números publicados. Más tarde tuvo su versión mini de bolsillo, siendo también llevado al formato fotonovela (en los setentas); en 1984 fue adaptada al cine bajo el título de ‘Hermelinda Linda’ y en 1986 tuvo su secuela: ‘Agente 0013: Hermelinda Linda’, ambas protagonizada por la actriz Evita Muñoz ‘Chachita’.

Oscar González (padre de Oscar González Loyo, creador de ‘Karmatron y Los Transformables’) fue el creador intelectual tanto de Hermelinda como de Aniceto, y José Cabezas fue el que diseñó los personajes. Cuando ‘Brujerías’ alcanzó mayor éxito, debió cambiar de nombre por presión de gobernación, Guillermo González Guerrero (hermano de Oscar) estuvo a cargo de los argumentos, ya que era el escritor de planta en Editormex, donde se hacía cargo de otros títulos, y también de Novedades, donde se encargaba de El Libro Vaquero. También Fausto Buendía y Joaquín Mejía participarían a lo largo de los años como dibujantes de ambos personajes.

José Cabezas afirmó en una entrevista que para crear el físico de Hermelinda se basó en una vecina que se encargaba de lavar la ropa del vecindario cuando vivía en la colonia Gertrudis Sánchez del Distrito Federal. De hecho, en los dos primeros números  de ‘Brujerías’ es Cabezas quien aparece como argumentista y dibujante.

Respecto a Aniceto, comentó que fue creado enteramente como un producto de su imaginación. Este brujo era igual de horrible que Hermelinda: un enano panzón, feo, con verrugas en la cara, realmente desagradable. Sus primeras apariciones fueron en el cómic ‘Burrerías’ (diciembre de 1967) para, posteriormente, cambiar a ‘Andanzas de Aniceto’, y finalmente a ‘Aventuras de Aniceto’. Esas historietas abarcaban un gore extremo, pero muy bien llevado, para crear situaciones jocosas, con ocasionales invitados de lujo como Batman y Robin, Fidel Castro, James Bond e incluso los Beatles.

Su aparición se dio en respuesta al enorme éxito que Hermelinda otorgó a Editormex, que no tuvo empacho en repetir la fórmula otorgando su propio espacio a Aniceto Verduzco Platanares, un brujo al que nada le sale bien. Estas aventuras eran impresas a todo color, siendo la única edición realizada y distribuida en toda Latinoamérica. Al igual que con su colega, su éxito permitió su salida exitosa hasta inicios de la década de los 80s, pero varias reimpresiones permitieron que siguiera vigente hasta finales de esa década.

Considero que vale mucho la pena recordar a estos entrañables hechiceros aztecas, los cuales no eran malos por naturaleza, más bien eran torpes porque en las trama de sus historias no daban una con sus encantos y maleficios, ya que siempre algo tenía que salirles mal.

RICARDO PAT

riczeppelin@gmail.com