Amor Materno Animal
¿Puedes imaginar que te separen de tus hijos pequeños? ¿Cómo reaccionarías?
No hay nada que una madre no sea capaz de hacer por sus hijos. Ellas, guiadas por su inmensa generosidad y su instinto de protección, le dan lo mejor que tienen a sus crías. Algunas permanecen meses sin comer y los alimentan hasta perder 130 kilos de su masa corporal, como es el caso de la foca de Groenlandia: dan a luz bebés de 90 kilos después de gestarlos por casi dos años, se exhiben como carnada ante los depredadores para salvar a sus pequeños, y sacrifican sus vidas por ellos sin pensarlo un momento.
Vale la pena comentar que las hembras tienen un instinto maternal muy desarrollado: son entregadas, protectoras y cariñosas con sus crías, ¡como nosotras, las madres humanas!
El amor maternal es un regalo divino. Sabemos que no es necesario que haya un vínculo sanguíneo de por medio para que se manifieste, no es exclusivo de los seres humanos, sino que está presente en todas las criaturas y, a veces, entre especies distintas.
No existe tanta diferencia como creemos entre los hombres y los animales. El amor entre una madre y su hijo es un amor que traspasa todas las barreras, que se lleva tan adentro que no importa de la especie que sea. Desde mamíferos a insectos, pasando por reptiles o moluscos, la Naturaleza ofrece innumerables ejemplos del más abnegado instinto maternal.
Hembras que cuidan con extrema dedicación sus huevos, otras que actúan de cebo para alejar a los depredadores de sus cachorros. Unas son capaces de sacrificar partes de su cuerpo por sus crías, otras los mantienen bien cerquita durante años. Y semejante esfuerzo es fundamental para la supervivencia de sus hijos en el mundo natural, que también puede ser muy hostil.
La madre orangután es la más paciente de todo el reino animal: mientras que en algunas especies las crías se independizan pocas horas o días después del parto, los bebés orangután permanecen junto a sus madres 6 o 7 años. Si obviamos a los seres humanos, ningún otro animal en todo el planeta permanece tanto tiempo junto a sus hijos.
Lo sorprendente de la madre orangután es que durante toda su vida, incluidos los largos años que pasa con sus hijos, cada noche construye un nido nuevo en la copa de un árbol. Puede llegar a construir 30.000 nidos a lo largo de su existencia para darles protección y abrigo a sus crías.
Las gacelas recién nacidas son de los animales que más rápidamente aprenden a ponerse de pie y caminar. Con todos los riesgos que corre en la sabana, es vital que pueda sostenerse en sus patas y correr cuanto antes para salvarse de depredadores. Apenas el pequeño puede pararse, su madre lo deja solo en medio de la pradera.
¿Entonces por qué es una madre generosa si abandona a su hijo poco tiempo después de parirlo? En realidad, la mamá gacela no lo está abandonando, lo protege. Mientras él da sus primeros pasos, ella se expone para que, en caso de que haya depredadores al acecho, la cacen a ella y no a él. La madre gacela hace las veces de carnada para permitirle a su hijo entrenarse para el mundo en el que vivirá.
Las hembras de oso polar, como la mayoría de madres de la naturaleza, son madres solteras. Cuando llegan a parir, el padre de sus hijos hace mucho tiempo se ha olvidado de ella y de sus crías. Esta valiente mamá trae a sus pequeños al mundo al final del invierno ¡en el Polo Norte! Cava un refugio en el hielo y permanece con sus hijos los primeros meses de vida allí, protegiéndolos del implacable clima y alimentándolos con leche materna.
En este tiempo ella se alimenta de la grasa corporal que ha acumulado en el período anterior al alumbramiento, pero no caza ni sale a buscar comida, sufriendo una dramática pérdida de peso que deberá recuperar en el verano.
La madre elefante tiene la valentía de parir las crías más grandes de la naturaleza. Los elefantes recién nacidos pesan en promedio 90 kilos, y son enormes incluso proporcionalmente a sus madres.
Pero esto no es todo. Las elefantas llegan al día del parto después de llevar en su vientre a una cría durante 22 meses. Los pequeños elefantes son ciegos cuando llegan al mundo y esto hace que su madre, en compañía de todas las hembras de su manada, deban cuidarlo de manera especial.
Esto es solo una pequeña muestra de lo que una madre puede ser capaz de dar por sus hijos. No somos tan diferentes a los animales, por ello debemos respetar y luchas por sus derechos.
“FELICIDADES A TODAS LAS MADRES DEL MUNDO”
Dra. Carmen Báez Ruiz.
Drabaez1@hotmail.es