Inicio Nuestras Raíces 500 años de resistencia armada y biocultural del pueblo maya

500 años de resistencia armada y biocultural del pueblo maya

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(Charla en la Academia de la Lengua Maya de Izamal el domingo 18 de febrero, a las 11:00 horas)

edgar rodríguez cimé

Desde un inicio se dieron dos posturas: quienes deseaban pactar con los extranjeros: zuyuanos.

Y quienes se opusieron e iniciaron la defensa de su pueblo contra los invasores: tradicionalistas.

Iniciamos con un repaso sobre la importancia de la Alta Cultura Maya de la etapa clásica, del siglo III al X, expresado en la región Puuc con cabecera política en la ciudad de Uxmal, para ubicar el nivel de desarrollo civilizatorio alcanzado. Fue tal, que los sabios contemporáneos de Occidente quedaron “apantallados”, como queda cualquiera al enterarse de los descubrimientos científicos de los antiguos mayas, al grado de ser considerados como “pueblo de sabios”.

Después de la etapa de “cacicazgos independientes” (X-XVI), sobreviene el choque de culturas, y posteriormente la Conquista (1542) y Colonia (siglos XVI, XVII, XVIII y XIX). Justamente luego de la conquista militar, inicia tanto el largo periodo colonial (servidumbre explotadora) contra el pueblo maya, como la misma resistencia ante el dominio expoliador. Resistencia que, como Jano, puede mostrar dos caras: biocultural y armada.

La resistencia cultural (XVI-XXI), creencias, tradiciones y costumbres sobre las que se sustenta la preservación de la cultura maya, permite “hibernar” lo más elemental de nuestra Cultura, que sirve de sustento para el posterior surgimiento y desarrollo, cuando se han juntado las condiciones necesarias, de la resistencia armada.

Entre la resistencia armada destacan las primeras versiones de “Canek” (1546-1639); la gesta encabezada por Jacinto Uc (1761); la Guerra Social Maya (1847-1901), donde no fueron totalmente derrotados, pues para evitarlo se fueron desplazando hasta el territorio libre de Quintana Roo donde fundan un nuevo asentamiento maya rebelde: Chan Santa Cruz, como el nuevo “corazón” del universo maya, desde donde continúan resistiendo, pero ahora culturalmente; y la lucha de la lideresa campesina y carbonera de Kinchil, Felipa Poot Tzuc (1936).

Asimismo, en los siglos XX y XXI, de la resistencia armada se pasa a una nueva etapa: la resistencia biocultural, con importantes logros conseguidos con la movilización:

  • La Organización de Ejidos Productores Forestales Zona Maya, de Quintana Roo logra preservar un millón de hectáreas, junto con zonas de conservación comunitaria de 50 núcleos agrarios (3 mil familias);
  • 80 mil familias de apicultores, del colectivo Ma´ OGM (No a los Organismos Genéticamente Modificados), productoras de 40 % de la miel del país, enfrenta exitosamente la introducción de soya transgénica perjudicial para sus cultivos;
  • la Escuela Agroecológica de Maní, formadora de cientos de jóvenes mayas;
  • el Centro de Investigación, Educación y Conservación Kaxil kihuic logra crear la Reserva Biocultural Kihuic, del Puuc: 135 mil hectáreas, esfuerzo conjunto de los municipios de Muna, Ticul, Santa Elena, Oxkutzcab y Tekax, con conservacionistas y académicos, como modelo ecopolítico internacional, por proteger una zona estratégica que preserva importantes centros ceremoniales y porque fue generado desde abajo;
  • la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch´Xíimbal (Caminar Juntos);
  • o la Organización Comunitaria de Homún Káanan Tsonot (Anillo de Cenotes).

Sustentados culturalmente en la herencia histórica de los antiguos creadores mayas, algunas modalidades artísticas mesoamericanas como la lapidaria (Luis Echeverría), la talla de madera (Antonio Salazar) o la alfarería (Miguel Tzun), continuaron conservando sus añejas técnicas, lo cual hizo posible su permanencia como parte de las antiguas artes mayas prehispánicas.

Bastaron unos talleres en los años 80 del siglo Veinte, impartidos por eminentes lingüistas como Carlos Montemayor (+), o pintores conocidos –Jorge Corona y José Valeriano Maldonado– para echar a andar el talento de autores contemporáneos: Domingo Dzul Poot, Waldemar Noh Tzec, Briceida Cuevas Cob, Santiago Domínguez Aké (literatura); Marcelo Jiménez, Miguel Ángel Cimé; Leonardo Tzab (artes plásticas); Armando Dzul Ek, María Luisa Góngora, Socorro Loeza (teatro); Espiridión Acosta Canché (cine).

De la misma manera, al avocarse nuevamente al estudio de las ciencias, pero ahora occidentales, posibilitó el surgimiento de los nuevos científicos sociales nativos liderados por Bernardo Caamal Itzá (La milpa y los saberes mayas); Fidencio Briceño Chel (linguística); Javier Gómez Navarrete (linguística); o Lázaro Tuz Chí (linguística).

Concluyendo: Han sido 500 años de resistencia armada y biocultural / La resistencia armada colonial va de 1546 a 1936 / La resistencia biocultural ocurre de 1936 a 2018 / Históricamente (500 años) el pueblo maya ha sido Rebelde (solamente “desactivado” políticamente bajo los gobiernos capitalistas de los últimos 80 años).

edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx

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